La utilizaciĆ³n de pesos y halteras, como mĆ©todo fĆsico para desarrollar la fuerza muscular tiene un origen remoto y documentado en numerosa...
La utilizaciĆ³n de pesos y halteras, como mĆ©todo fĆsico para desarrollar la fuerza muscular tiene un origen remoto y documentado en numerosas civilizaciones antiguas. El levantamiento de peso, entendiĆ©dolo como desmostracioĆ³n de fuerza, fue conocido en la vieja China, en el imperio Asirio-Bavilonio, en el antiguo Egipto, en la cultura Maya entre las tribus bĆ”rbaras de Germania y Britania. Aunque sin duda, el primer antecedente del ideal fisicoculturista, el entrenamiento del cuerpo humano se encuentra en la Grecia clĆ”sica, como lo atestiguan el magnĆfico arte helĆ©nico y los restos arqueolĆ³gicos de aquel perĆodo que prueban el uso de pesas y halteras para ejercitarse y desarrollar la fuerza por parte de los atletas griegos. Roma, continuadora de la cultura helena, aportarĆ” el concepto y la prĆ”ctica del “gimnasium” como centro de esparcimiento y acondicionamiento fĆsico.
Posteriormente, tras la caida del imperio Romano y el subsiguiente oscurantismo cultural que se prolongĆ³ hasta el Renacimiento, el interĆ©s por la condiciĆ³n fĆsica desaparece, volviendo a resurgir tibiamente en el siglo XVI, cuando algunos tratadistas ingleses y franceses publican trabajos que tratan de la bondad del ejercicio corporal. En el siglo XVIII, El espaƱol Francisco de Paula AmorĆ³s escribe un Tratado de Cultura FĆsica y Moral en el que preconiza el uso de halteras para mejorar fĆsicamente.
El siglo XIX, con la consolidaciĆ³n de la revoluciĆ³n industrial y la mecanizaciĆ³n, impone un nuevo orden social que incrementarĆ” definitivamente el interĆ©s por la cultura fĆsica. En Suecia el pedagogo y poeta Per Henrik Ling (1776-1839) publicaba en 1813 su obra “Fundamentos generales de la gimnasia” en la que se daba a conocer el famoso mĆ©todo hoy conocido como Gimnasia Sueca. Este divulgado sistema de acondicionamiento fĆsico, que, al no utilizar resistencias, parece no tener relaciĆ³n con el fisicoculturismo, aporta una gran base tĆ©cnica para la mecĆ”nica de los movimientos y el trabajo especĆlfico de la zona abdominal.
Por los mismos aƱos, en 1811, el prusiano Friedrich Ludwing Jahn (1778-1852) elaboraba un sistema de entrenamiento que incluĆa el empleo de pesos ligeros, mĆ©todo que tuvo una excelente acogida y se extendiĆ³ por toda Alemania. No obstante, se atribuyen al francĆ©s Hipolito Triat (1813-1881) los primeros estudios encaminados a lograr desarrollo muscular con el empleo de las pesas. Triat no creĆa conveniente el utilizar grandes resistencias, pero destacĆ³ la necesidad de ellas. TambiĆ©n advirtiĆ³ que la educaciĆ³n fĆsica era una ciencia subjetiva e individual que debĆa aplicarse segĆŗn las caracterĆsticas fĆsicas y emocionales de cada individuo. Las enseƱanzas de Triat fueron recogidas y apliadas por Louis Boumarcher conocido tambien como profesor Louis Attila, que sistematiza los diferentes ejercicios entonces conocidos y establece los principios fundamentales del entrenamiento culturista. Posteriormente Boumarcher se traslada a Nueva Cork y abrirĆ” un gimnasio en Broadway desde el que difundirĆ” sus teorĆas por toda NorteamĆ©rica.
Continuando los estudios preliminares de Triat y Bourmachet, otro francĆ©s, Edmund Desbonet expone la teorĆa de un culturismo atlĆ©tico e integral, con un entrenamiento que excluya los grandes esfuerzos y sobrecargas. Sistema que construye mĆŗsculo elĆ”stico y resistente, pero de mediano desarrollo por la pronta adaptaciĆ³n del organismo a las resistencias bajas. Un gran discĆlpulo soyo fue Marcel Rouet, que tanto influyĆ³ en la primera Ć©poca del culturismo espaƱol con su libro “Salud, Agilidad y Belleza AtlĆ©tica”. Quien verdaderamente sienta las bases del fisicoculturismo moderno en su concepciĆ³n teĆ³rica y prĆ”ctica es el prusiano, luego nacionalizado en Gran BretaƱa, Frederick Muller (1867-1925) conocido popularmente como Eugene Sandow, atleta de extraordinaria fuerza fĆsica y notable desarrollo muscular. Sandow realizĆ³ profesionalmlente, exhibiciones de fuerza que le dieron gran fama en Europa y AmĆ©rica, y abriĆ³ un gimnasio en Londres en 1896, llegando a ser profesor de cultura fĆsica del rey inglĆ©s Jorge V. Al contrario de lo preconizado por la escuela culturista francesa, Sandow era partidario del entrenamiento con pesos elevados, pues entendĆa que el desarrollo muscular estaba directamente relacionado con la fuerza empleada y mantenĆa que no podrĆa lograrse un gran volumen muscular sin un esfuerzo proporcional. Tambien se interesĆ³ por analizar y sistematizar el nĆŗmero de series y repeticiones a aplicar en cada ejercicio. Todo ello le convierte en innovador y fundador del actual fisicoculturismo.
Y ya en el siglo XX, el norteamericano Bob Hoffman daba a conocer su mĆ©todo Cork de entrenamiento con pesas, que conjunta sistemas clĆ”sicos de musculaciĆ³n con otros procedentes de la Halterofilia. Siguiendo a Eugene Sandow, Hoffman confirma que para aumentar el tamaƱo muscular deben emplearse pesos progresivamente mĆ”s elevados, conforme la fuerza del atleta vaya aumentando. Hoffman difundiĆ³ su mĆ©todo por todo el mundo mediante la revista STRENGTH AND HEALTH (“Fuerza y Salud”), que comenzĆ³ a editar en 1932 en Cork (Pensilvania).
Las Ćŗltimas dĆ©cadas de la historia fisicoculturista estĆ”n marcadas por la figura de Joe Weider, editor de numerosas publicaciones y mĆ©todos de entrenamiento fisicoculturista que difunden y popularizan los diferentes sistemas y tĆ©cnicas tanto de entrenamiento como de nutriciĆ³n utilizados por los fisicoculturistas actuales.
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