El poeta italiano Federico Fochelini dice que la vida de las personas es como un libro cuyas páginas se escriben con la tinta del tiempo, f...
El poeta italiano Federico Fochelini dice que la vida de las personas es como un libro cuyas páginas se escriben con la tinta del tiempo, formando con el paso de los años el guión de la película que cada uno dibuja con los hechos y sucesos de su vida; para mí, la vida de las personas es algo muy llamativo sobre todo la de aquellas que han sabido aprovechar el material de la que ésta se compone, es decir, el tiempo, e insisto que me parece curioso por el hecho de que siempre he admirado a quienes han tenido grandes ambiciones para conseguir grandes logros, logros que por lo general requieren de titánicas dosis de esfuerzo, sacrificio y un componente innato denominado por los expertos en psicología como talento.
Si nos paramos analizar la vida de algunos seres humanos: famosos artistas, políticos, científicos, deportistas, religiosos, estudiantes, amas de casa, maleantes, rameras, vagos o vagabundos, veríamos que vidas tan distintas tienen unos y otros, vidas que en algunos casos podríamos comparar con películas de distintos géneros: drama, acción, aventuras, etc, etc.
Dicho esto voy a pasar a contaros una que no tiene desperdicio, y que para mí tiene esa curiosidad de que para colmo su protagonista residió un tiempo en nuestro país, lugar como verán, donde se educó y descubrió su vocación, curiosidad ésta como aquella que describía mi amigo y excelente escritor José Luis F. Sierra, cuando nos contaba que el celebérrimo Walt Disney no era norteamericano de nacimiento sino que fue un español parido por su madre en un pueblecito de Almería llamado Mojácar. Pues así de llamativa también fue la vida de Hipólito Triat, el "Padre de la Cultura Física" según pude comprobar en los distintos textos que literalmente durante días devoré en archivos y ficheros de las más prestigiosas bibliotecas.
Hipólito Triat, nació en 1813 en el seno de una familia numerosa de clase media acomodada del Sureste Francés, exactamente en Saint Chaptes una pequeña localidad cerca de Nimes (Francia) de 1.184 habitantes, siendo bautizado con el nombre de Antoine Hyppolitte Trilhac según el acta de nacimiento (1812) e inscripción en el Libro de Registro de la Orden de los Jesuitas.
Su vida fue un verdadero romance, pues conoció las mayores alegrías y los peores sufrimientos, la más alta fortuna y la más lamentable miseria.
A la edad de cuatro años, fue secuestrado por una compañía de bohemios gitanos, con ellos recorrió trabajando en un circo volante: Italia, Austria, Francia y España, siendo en este último país donde se produjo un acontecimiento que tuvo una influencia capital en su vida. Con 15 años, Triat hacía un número en la compañía, que combinaba la fuerza y el equilibrio, consistente en soportar sobre sus hombros y brazos a un total de cinco hombres que formaban un espectacular número circense, esto nos da la idea de la fuerza y el valor del que hacía gala el muchacho, valor que empleó en salvar la vida de una gran dama aristocrática de origen portugués y casada con un noble de Burgos que gozaba de una muy pero muy desahogada posición económica; La dama se llamaba la Señora de Montsento, quien dando un paseo por la ciudad en su coche de caballos, éstos al desbocarse de forma brusca, fueron detenidos por el joven Triat quien en un acto de valentía se coloca delante de los equinos y logra detenerlos rompiéndose una pierna y salvando a la vez la vida de la mencionada señora, quien en señal de gratitud pidió a los zíngaros que les confiara la educación y la asistencia sanitaria del joven. En esta fecha, es decir, en 1828, el joven Hipólito ingresa en el colegio de los Padres Jesuitas de Burgos, en donde allí recibe una cuidada educación, siendo instruido en las letras y también en las ciencias, leyendo obras en griego, latín y diversos tratados sobre ciencias naturales.
Aunque efectivamente, es cierto que hubo dudas acerca de la veracidad de si Triat se educó o no en nuestro país (para ser más exactos en Burgos), pues algunos estudiosos (ya fallecidos) de su obra, llegaron a plantear que su vida transcurrió en la pequeña localidad francesa de Bourges, que por la similitud de ambos nombres ponía entredicho de que se tratara del Burgos español, llegándose a cuestionar tal información; el caso es, que en la pequeña Bourges francesa, en aquella época no había existencia alguna de Jesuitas, por lo cual mi investigación apuntaba más hacia la ciudad de Burgos española, por lo que pude llegar a saber que en el año 1814 el Papa Clemente XIV restaura la Compañía, y en 1816 el Rey Fernando VII la autoriza en España, volviendo los Jesuitas que fueron expulsados en 1767 (la mayor parte muy viejos que vienen del destierro) a buen número de sus antiguos colegios y casas, estableciéndose entonces dieciséis comunidades en casas y colegios devueltas por la Junta de Restablecimiento, que como era lógico se dedicaron a la educación de la juventud. Uno de esos colegios es el de los Jesuitas de Burgos, hoy en día en perfecto estado de conservación, dedicado por una parte a parroquia y por otra, a usos múltiples.
Triat, que como dijimos antes, recibió una cuidada educación, tenía por costumbre acudir cuatro horas diarias a la biblioteca del colegio, en la cual se pasaba el tiempo estudiando y leyendo libros de ciencias. En éstos textos de carácter variado encontró uno que marcó totalmente su vida, se trataba de un ejemplar del "Arte Gimnástica" un valiosísimo tratado sobre sistemática y fisiología muscular escrito por el prestigioso autor italiano Gerónimo Mercuarialis, libro que como dije antes marcó totalmente su vida pues en él descubrió su verdadera pasión por el ejercicio y la cultura física, ya que el libro explicaba los músculos, su origen, su inserción, el tipo de movimiento que podían realizar, etc, de manera que Triat empezó a diseñar programas y ejercicios encaminados al fortalecimiento de los mismos, creando su propio método, método que heredó Edmond Desbonnet de Francia y éste pasó a sus discípulos Marcel Rouet también de Francia y al profesor Gustavo Buesa de España, continuando a través de éste a sus discípulos Lucio Doncel y este humilde servidor.
Pero en 1834 y ya con veintiún años, se produce una nueva supresión de la Compañía tras los trágicos incidentes de la Revolución ("envenenamiento de las fuentes"), además se añade la Desamortización de Mendizábal con el decreto de suspensión de Ordenes Religiosas y se produce la dispersión absoluta, lo que lleva al joven Triat con un tal Consuelo (español por cierto) del que no se sabe absolutamente nada, ni siquiera el profesor Buesa (hombre documentadísimo y de grandes conocimientos ya fallecido), a montar un espectáculo en el que incluía unas demostraciones de fuerza y del poderío de sus músculos a través de poses musculares, que al parecer era la primera vez que una persona se mostraba así en estos espectáculos, y con el cual obtuvo un gran éxito en diversos países de Europa, y con cuyos ingresos abrió una escuela de cultura física en Bruxelas que mantuvo allí entre 1840 y 1849.
Precisamente es aquí en Bruxelas donde funda en el número 7 de la calle Ligne, su primer gimnasio, el cual era frecuentado por muchos ciudadanos de todas las edades y condición social.
En 1849 se trasladó a París y allí fundó otro gimnasio en el número 55 de la Avenida Montaigne. Este gimnasio fué sin discusión, el más impresionante que nunca había existido en Francia y como no, en Europa. Tenía una longitud de 40 metros y un ancho de 21 m., por 10 metros de alto. Al igual que el anterior era una instalación muy frecuentada, pero en este caso por la más alta sociedad del Imperio, incluso el mismo Emperador fue alumno de Triat durante mucho tiempo. El gimnasio que tenía unos pasillos laterales y unos grandes balcones que lo rodeaban, era muy visitado también por cientos de personas de ambos sexos que acudían a ver las sesiones de entrenamiento de sus alumnos, cosa que hacía que días después pasasen de pasivos espectadores a activos practicantes.
Todos sus alumnos iban uniformados con una camiseta ceñida de color sangre de buey, así como el propio maestro dirigía los ejercicios vestido con un pomposo traje de la época con una túnica larga, botas altas y un sombrero español adornado con una ostentosa pluma.
Con la llegada de la guerra y habiendo prestado su inmenso gimnasio para reuniones de carácter político, éste se le expropia y, Triat es arrestado e ingresado durante algún tiempo en la cárcel. A la salida de la misma retornó de nuevo a su vida profesional fundando otro gimnasio más pequeño, pero más bonito y superiormente equipado en el número 22 de la calle Bouloi, pero los negocios decaían y con la crisis muchos se veían obligados a cerrar, abandonando definitivamente su escuela en 1879, muriendo dos años más tarde en 1881 en la más triste miseria.
La característica esencial de su método, es que por primera vez se ve aparecer el empleo de las pesas, en concreto las de forma esférica que el mismo produjo en varios tamaños. Triat no mandaba hacer ejercicios a manos libres a sus alumnos, la mayoría de los ejercicios se hacían con pequeñas mancuernas o barras con esferas de 6 kg. Fue ello la gran novedad de su sistema, y uno se queda confundido cuando piensa que ha sido necesario esperar más de medio siglo para volver a emplear este método con el que Triat había demostrado toda su eficacia.
Triat para cada alumno tenía programados ejercicios diferentes, que eran aplicados según la categoría o condición física de sus alumnos, que entrenaban entonces al mismo tiempo. Clases para niños, para señoras, muchachos jóvenes y para los hombres ya formados los dividía en dos categorías: los delgados y los obesos. Hay que mencionar que Triat se mostraba particularmente exigente con los obesos. La sesión a la que los sometía era terriblemente dura. Trabajaban con el torso cubierto con una gruesa camiseta de lana y terminaban literalmente chorreando de sudor. Al finalizar pasaban por la ducha a chorro. Se calcula que las barrigas que Triat redujo en el segundo imperio fueron incalculables.
Hombre de grandes ideales y ambición, su sueño era convertirse en un gran profesor de cultura física y poder transmitir así su experiencia y sus conocimientos, para mentalizar a todos del valor del cuidado del cuerpo.
Ya para terminar y a título anecdótico decir que encontrándome en la librería del "Corte Inglés" se me ocurrió buscar en un libro titulado "Los nombres de personas" de la editorial De Vecchi , el significado de Hipólito, y mi sorpresa fue leer: "Hipólito, nombre griego: HIPPOS-LYTOS, el que suelta los caballos, guerrero. Aunque otros investigadores prefieren HIPPOS-LITHOS, aludiendo a que los caballos arrastraron por las piedras al infortunado Hipólito". Que curiosidades tiene la vida ¿no creen?.
NOTA: La realización de este artículo ha significado un trabajo de un año entero de investigación, el cual no se podría redactar con tanto detalle sin la inestimable ayuda del Profesor Dr. Gustavo Buesa de Barcelona, del Catedrático D. Manuel Revuelta S.I., del Decano de la Facultad de Teología de Burgos D. Félix Rodríguez Barbero y del Padre Conde S.I. a quienes agradezco muy especialmente la ayuda que me han dispensado para sacar a la luz este documento.
Por Tomás ABEIGÓN
Si nos paramos analizar la vida de algunos seres humanos: famosos artistas, políticos, científicos, deportistas, religiosos, estudiantes, amas de casa, maleantes, rameras, vagos o vagabundos, veríamos que vidas tan distintas tienen unos y otros, vidas que en algunos casos podríamos comparar con películas de distintos géneros: drama, acción, aventuras, etc, etc.
Dicho esto voy a pasar a contaros una que no tiene desperdicio, y que para mí tiene esa curiosidad de que para colmo su protagonista residió un tiempo en nuestro país, lugar como verán, donde se educó y descubrió su vocación, curiosidad ésta como aquella que describía mi amigo y excelente escritor José Luis F. Sierra, cuando nos contaba que el celebérrimo Walt Disney no era norteamericano de nacimiento sino que fue un español parido por su madre en un pueblecito de Almería llamado Mojácar. Pues así de llamativa también fue la vida de Hipólito Triat, el "Padre de la Cultura Física" según pude comprobar en los distintos textos que literalmente durante días devoré en archivos y ficheros de las más prestigiosas bibliotecas.
Hipólito Triat, nació en 1813 en el seno de una familia numerosa de clase media acomodada del Sureste Francés, exactamente en Saint Chaptes una pequeña localidad cerca de Nimes (Francia) de 1.184 habitantes, siendo bautizado con el nombre de Antoine Hyppolitte Trilhac según el acta de nacimiento (1812) e inscripción en el Libro de Registro de la Orden de los Jesuitas.
Su vida fue un verdadero romance, pues conoció las mayores alegrías y los peores sufrimientos, la más alta fortuna y la más lamentable miseria.
A la edad de cuatro años, fue secuestrado por una compañía de bohemios gitanos, con ellos recorrió trabajando en un circo volante: Italia, Austria, Francia y España, siendo en este último país donde se produjo un acontecimiento que tuvo una influencia capital en su vida. Con 15 años, Triat hacía un número en la compañía, que combinaba la fuerza y el equilibrio, consistente en soportar sobre sus hombros y brazos a un total de cinco hombres que formaban un espectacular número circense, esto nos da la idea de la fuerza y el valor del que hacía gala el muchacho, valor que empleó en salvar la vida de una gran dama aristocrática de origen portugués y casada con un noble de Burgos que gozaba de una muy pero muy desahogada posición económica; La dama se llamaba la Señora de Montsento, quien dando un paseo por la ciudad en su coche de caballos, éstos al desbocarse de forma brusca, fueron detenidos por el joven Triat quien en un acto de valentía se coloca delante de los equinos y logra detenerlos rompiéndose una pierna y salvando a la vez la vida de la mencionada señora, quien en señal de gratitud pidió a los zíngaros que les confiara la educación y la asistencia sanitaria del joven. En esta fecha, es decir, en 1828, el joven Hipólito ingresa en el colegio de los Padres Jesuitas de Burgos, en donde allí recibe una cuidada educación, siendo instruido en las letras y también en las ciencias, leyendo obras en griego, latín y diversos tratados sobre ciencias naturales.
Aunque efectivamente, es cierto que hubo dudas acerca de la veracidad de si Triat se educó o no en nuestro país (para ser más exactos en Burgos), pues algunos estudiosos (ya fallecidos) de su obra, llegaron a plantear que su vida transcurrió en la pequeña localidad francesa de Bourges, que por la similitud de ambos nombres ponía entredicho de que se tratara del Burgos español, llegándose a cuestionar tal información; el caso es, que en la pequeña Bourges francesa, en aquella época no había existencia alguna de Jesuitas, por lo cual mi investigación apuntaba más hacia la ciudad de Burgos española, por lo que pude llegar a saber que en el año 1814 el Papa Clemente XIV restaura la Compañía, y en 1816 el Rey Fernando VII la autoriza en España, volviendo los Jesuitas que fueron expulsados en 1767 (la mayor parte muy viejos que vienen del destierro) a buen número de sus antiguos colegios y casas, estableciéndose entonces dieciséis comunidades en casas y colegios devueltas por la Junta de Restablecimiento, que como era lógico se dedicaron a la educación de la juventud. Uno de esos colegios es el de los Jesuitas de Burgos, hoy en día en perfecto estado de conservación, dedicado por una parte a parroquia y por otra, a usos múltiples.
Triat, que como dijimos antes, recibió una cuidada educación, tenía por costumbre acudir cuatro horas diarias a la biblioteca del colegio, en la cual se pasaba el tiempo estudiando y leyendo libros de ciencias. En éstos textos de carácter variado encontró uno que marcó totalmente su vida, se trataba de un ejemplar del "Arte Gimnástica" un valiosísimo tratado sobre sistemática y fisiología muscular escrito por el prestigioso autor italiano Gerónimo Mercuarialis, libro que como dije antes marcó totalmente su vida pues en él descubrió su verdadera pasión por el ejercicio y la cultura física, ya que el libro explicaba los músculos, su origen, su inserción, el tipo de movimiento que podían realizar, etc, de manera que Triat empezó a diseñar programas y ejercicios encaminados al fortalecimiento de los mismos, creando su propio método, método que heredó Edmond Desbonnet de Francia y éste pasó a sus discípulos Marcel Rouet también de Francia y al profesor Gustavo Buesa de España, continuando a través de éste a sus discípulos Lucio Doncel y este humilde servidor.
Pero en 1834 y ya con veintiún años, se produce una nueva supresión de la Compañía tras los trágicos incidentes de la Revolución ("envenenamiento de las fuentes"), además se añade la Desamortización de Mendizábal con el decreto de suspensión de Ordenes Religiosas y se produce la dispersión absoluta, lo que lleva al joven Triat con un tal Consuelo (español por cierto) del que no se sabe absolutamente nada, ni siquiera el profesor Buesa (hombre documentadísimo y de grandes conocimientos ya fallecido), a montar un espectáculo en el que incluía unas demostraciones de fuerza y del poderío de sus músculos a través de poses musculares, que al parecer era la primera vez que una persona se mostraba así en estos espectáculos, y con el cual obtuvo un gran éxito en diversos países de Europa, y con cuyos ingresos abrió una escuela de cultura física en Bruxelas que mantuvo allí entre 1840 y 1849.
Precisamente es aquí en Bruxelas donde funda en el número 7 de la calle Ligne, su primer gimnasio, el cual era frecuentado por muchos ciudadanos de todas las edades y condición social.
En 1849 se trasladó a París y allí fundó otro gimnasio en el número 55 de la Avenida Montaigne. Este gimnasio fué sin discusión, el más impresionante que nunca había existido en Francia y como no, en Europa. Tenía una longitud de 40 metros y un ancho de 21 m., por 10 metros de alto. Al igual que el anterior era una instalación muy frecuentada, pero en este caso por la más alta sociedad del Imperio, incluso el mismo Emperador fue alumno de Triat durante mucho tiempo. El gimnasio que tenía unos pasillos laterales y unos grandes balcones que lo rodeaban, era muy visitado también por cientos de personas de ambos sexos que acudían a ver las sesiones de entrenamiento de sus alumnos, cosa que hacía que días después pasasen de pasivos espectadores a activos practicantes.
Todos sus alumnos iban uniformados con una camiseta ceñida de color sangre de buey, así como el propio maestro dirigía los ejercicios vestido con un pomposo traje de la época con una túnica larga, botas altas y un sombrero español adornado con una ostentosa pluma.
Con la llegada de la guerra y habiendo prestado su inmenso gimnasio para reuniones de carácter político, éste se le expropia y, Triat es arrestado e ingresado durante algún tiempo en la cárcel. A la salida de la misma retornó de nuevo a su vida profesional fundando otro gimnasio más pequeño, pero más bonito y superiormente equipado en el número 22 de la calle Bouloi, pero los negocios decaían y con la crisis muchos se veían obligados a cerrar, abandonando definitivamente su escuela en 1879, muriendo dos años más tarde en 1881 en la más triste miseria.
La característica esencial de su método, es que por primera vez se ve aparecer el empleo de las pesas, en concreto las de forma esférica que el mismo produjo en varios tamaños. Triat no mandaba hacer ejercicios a manos libres a sus alumnos, la mayoría de los ejercicios se hacían con pequeñas mancuernas o barras con esferas de 6 kg. Fue ello la gran novedad de su sistema, y uno se queda confundido cuando piensa que ha sido necesario esperar más de medio siglo para volver a emplear este método con el que Triat había demostrado toda su eficacia.
Triat para cada alumno tenía programados ejercicios diferentes, que eran aplicados según la categoría o condición física de sus alumnos, que entrenaban entonces al mismo tiempo. Clases para niños, para señoras, muchachos jóvenes y para los hombres ya formados los dividía en dos categorías: los delgados y los obesos. Hay que mencionar que Triat se mostraba particularmente exigente con los obesos. La sesión a la que los sometía era terriblemente dura. Trabajaban con el torso cubierto con una gruesa camiseta de lana y terminaban literalmente chorreando de sudor. Al finalizar pasaban por la ducha a chorro. Se calcula que las barrigas que Triat redujo en el segundo imperio fueron incalculables.
Hombre de grandes ideales y ambición, su sueño era convertirse en un gran profesor de cultura física y poder transmitir así su experiencia y sus conocimientos, para mentalizar a todos del valor del cuidado del cuerpo.
Ya para terminar y a título anecdótico decir que encontrándome en la librería del "Corte Inglés" se me ocurrió buscar en un libro titulado "Los nombres de personas" de la editorial De Vecchi , el significado de Hipólito, y mi sorpresa fue leer: "Hipólito, nombre griego: HIPPOS-LYTOS, el que suelta los caballos, guerrero. Aunque otros investigadores prefieren HIPPOS-LITHOS, aludiendo a que los caballos arrastraron por las piedras al infortunado Hipólito". Que curiosidades tiene la vida ¿no creen?.
NOTA: La realización de este artículo ha significado un trabajo de un año entero de investigación, el cual no se podría redactar con tanto detalle sin la inestimable ayuda del Profesor Dr. Gustavo Buesa de Barcelona, del Catedrático D. Manuel Revuelta S.I., del Decano de la Facultad de Teología de Burgos D. Félix Rodríguez Barbero y del Padre Conde S.I. a quienes agradezco muy especialmente la ayuda que me han dispensado para sacar a la luz este documento.
Por Tomás ABEIGÓN
Contacto: abeigon@yahoo.es / Tel. 607 477 360
- Licenciado en Ciencias del Deporte por la Universidad de Vigo
- Master en Musculación Deportiva
- Entrenador Nacional de Halterofilia
- Entrenador Nacional de Fisicoculturismo y Musculación
- Entrenador Nacional de Fuerza Aplicada
- Profesor de Culturismo y Profesor de Musculación, ambos diplomas expedidos por la Federación Española de Judo y Deportes Asociados.
- Diplomado como Profesor de Cultura Física por las Escuelas: Rouet (Francesa) y Weider, Atlas (Americanas).
- Campeón de España de Fisicoculturismo Natural en 1996
- Galardonado con el premio nacional "Intergym´s de Oro" al mejor trabajo de investigación los años 1999, 2000 y 2001
- Posee el "Diploma de Honor al Mérito Fisicoculturista" (la más alta distinción que se puede alcanzar en España sobre éste deporte).
- Director del Gimnasio "Taller Corporal" de Pontevedra desde 1989
- Historiador del "Deporte del Hierro"
- Autor de varios libros e infinidad de artículos sobre el tema de las pesas
- Presidente de NABBA ESPAÑA (Organización más antigua de fisicoculturismo que a nivel internacional organiza el Mr. Universo)
- Juez Internacional en el Mr. Universo (único en España)
- Poseedor del "Medallón de Triat" que lo acredita como el único heredero en el mundo de la filosofía de la "Escuela Francesa", que aceptó de la mano de su Profesor con la obligación de cederlo antes de morir al discípulo que el elija.
- Licenciado en Ciencias del Deporte por la Universidad de Vigo
- Master en Musculación Deportiva
- Entrenador Nacional de Halterofilia
- Entrenador Nacional de Fisicoculturismo y Musculación
- Entrenador Nacional de Fuerza Aplicada
- Profesor de Culturismo y Profesor de Musculación, ambos diplomas expedidos por la Federación Española de Judo y Deportes Asociados.
- Diplomado como Profesor de Cultura Física por las Escuelas: Rouet (Francesa) y Weider, Atlas (Americanas).
- Campeón de España de Fisicoculturismo Natural en 1996
- Galardonado con el premio nacional "Intergym´s de Oro" al mejor trabajo de investigación los años 1999, 2000 y 2001
- Posee el "Diploma de Honor al Mérito Fisicoculturista" (la más alta distinción que se puede alcanzar en España sobre éste deporte).
- Director del Gimnasio "Taller Corporal" de Pontevedra desde 1989
- Historiador del "Deporte del Hierro"
- Autor de varios libros e infinidad de artículos sobre el tema de las pesas
- Presidente de NABBA ESPAÑA (Organización más antigua de fisicoculturismo que a nivel internacional organiza el Mr. Universo)
- Juez Internacional en el Mr. Universo (único en España)
- Poseedor del "Medallón de Triat" que lo acredita como el único heredero en el mundo de la filosofía de la "Escuela Francesa", que aceptó de la mano de su Profesor con la obligación de cederlo antes de morir al discípulo que el elija.
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