Al menos un 5% de los hombres que acuden regularmente a los gimnasios presentan el sĆndrome denominado dismorfia muscular o vigorexia, un tr...
Al menos un 5% de los hombres que acuden regularmente a los gimnasios presentan el sĆndrome denominado dismorfia muscular o vigorexia, un trastorno novedoso que afecta a la salud fĆsica y psicolĆ³gica, asĆ como a la vida social del individuo que lo padece con implicaciones incluso mĆ©dicas y que es definido como la obsesiĆ³n enfermiza por desarrollar masa muscular.
La prevalencia de esta patologĆa en cuanto a edad se establece en adolescentes y adultos comprendidos entre los 15 y 30 aƱos. Estas conductas estĆ”n asociadas al mito de Adonis y se centra en la idea de que "los hombres de verdad tienen mĆŗsculos y la falta de musculaciĆ³n refleja una falta de masculinidad o virilidad" y tambiĆ©n al mito de la transformaciĆ³n, "si cambio mi cuerpo, cambiarĆ” mi vida, si mejoro mi aspecto fĆsico, mejorarĆ” mi autoestima".
AsĆ se asegura en la investigaciĆ³n dirigida por el doctor Onofre Contreras, director del Departamento de ExpresiĆ³n PlĆ”stica, Musical y Corporal de la Universidad de Castilla-la Mancha (UCLM) y los profesores e investigadores Irene GonzĆ”lez MartĆ, Juan Gregorio FernĆ”ndez, Luis Miguel GarcĆa, Pedro Gil, Sixto GonzĆ”lez y Juan Carlos Pastor.
"La investigaciĆ³n que estamos realizando sobre la prevalencia de la vigorexia y uso y abuso de sustancias ilegales como son los esteroides anabolizantes en la poblaciĆ³n de fisioculturistas y usuarios de salas de musculaciĆ³n ayuda a conocer la importancia de este sĆndrome en cuatro provincias espaƱolas, Albacete, Madrid, Valencia y Murcia", seƱalĆ³ la investigadora Irene GonzĆ”lez MartĆ.
Entre los objetivos de este estudio, la detecciĆ³n de nĆŗmero de casos de vigorexia entre fisicoculturistas y usuarios de la sala de musculaciĆ³n de los gimnasios seleccionados. La muestra inicial se componĆa de 200 participantes, de los cuales se excluyeron por incompleta cumplimentaciĆ³n del test a 17 hombres y a 3 mujeres. AsĆ las cosas, la muestra final se compuso de 158 hombres y 22 mujeres fisicoculturistas y usuarios de la sala de musculaciĆ³n de gimnasios albaceteƱos, madrileƱos, murcianos y valencianos, eso sĆ, que participaron voluntariamente en la investigaciĆ³n.
La edad media fue de 30,08 aƱos; el nivel socio-econĆ³mico de los gimnasios seleccionados fue medio-alto. En cuanto al mĆ©todo utilizado para la detecciĆ³n de la vigorexia fue el software llamado Somatomorphic Matriz, que detecta el grado de distorsiĆ³n de la imagen corporal que padece el participante en cuanto a masa grasa (porcentaje de grasa corporal) y masa muscular.
De los 180 participantes en la investigaciĆ³n, el 5% de los hombres padece vigorexia, y el 2,20% de las mujeres tambiĆ©n. AsĆ, la prevalencia de la vigorexia de la muestra total objeto de esta investigaciĆ³n es del 4,03%, poblaciĆ³n sobre la que, a juicio de los investigadores, se deberĆa actuar.
Ejercicios de fuerza
Las personas que padecen este sĆndrome suelen practicar ejercicios de fuerza, son de estatura media-baja y tienen un peso considerable debido a la gran masa muscular que poseen. A su vez, apenas tienen grasa corporal debido a la alimentaciĆ³n estricta a la que se someten y a las largas horas de entrenamiento en el gimnasio realizando ejercicios de fuerza como el levantamiento de pesas. La edad mĆnima reflejada en la muestra es de 15 aƱos. «Sorprende comprobar la edad tan temprana en que los jĆ³venes acuden al gimnasio realizando trabajos de fuerza cuando todavĆa estĆ”n en pleno crecimiento», comenta Irene GonzĆ”lez.
Por otro lado, el estudio indica que parece que existe una relaciĆ³n evidente entre los usuarios de esteroides anabolizantes y estereotipos asociados a pura masculinidad, es decir, cuerpos extremadamente musculosos.
"La combinaciĆ³n de una ideologĆa tradicional, sumada a pensamientos asociados a la vigorexia, como la distorsiĆ³n muscular y dependencia al fisicoculturismo, aumentan el consumo y la dependencia de esteroides anabolizantes, productos que estĆ”n compuestos por testosterona principalmente y otros sintĆ©ticos derivados de la misma, y se consideran drogas sin la prescripciĆ³n de un mĆ©dico», explicaba Irene GonzĆ”lez MartĆ, quien apunta en su estudio que estos productos se pueden encontrar en el mercado negro «y casualmente en los gimnasios se hallan con gran facilidad". Su administraciĆ³n se realiza en forma de pastillas o de inyectables y sirve para aumentar la masa muscular del individuo.
Prevalencia
"La prevalencia del uso-abuso de sustancias ilegales como son los esteroides anabolizantes en esta investigaciĆ³n es del 17% de la muestra total", dijo la investigadora, quien cifrĆ³ en un 12% el porcentaje de hombres que toman y abusan de estos productos, y hasta un 59% en el caso de las mujeres, siempre dentro de los participantes en la muestra.
Por otro lado, "la prevalencia de la muestra total que padece una distorsiĆ³n en cuanto a su masa muscular se refiere es del 42% en nuestra investigaciĆ³n", por lo que "casi la mitad de la muestra se autopercibe menos musculosa de lo que en realidad es".
En cuanto a la distorsiĆ³n que la muestra padecĆa con respecto a su masa grasa, podemos establecer que es del 6,32% perteneciente a los participantes de sexo masculino, quienes padecĆan una moderada y severa distorsiĆ³n.
En cambio, esta distorsiĆ³n aumenta al hablar de la muestra femenina, puesto que el porcentaje de mujeres que padecen una moderada y severa distorsiĆ³n con respecto a su grasa corporal es del 45,45%, de lo que se desprende que la prevalencia de la muestra total que padece una distorsiĆ³n de grasa corporal, es decir se autoperciben con mĆ”s grasa de la que realmente tienen es del 11%», expuso la investigadora.
La prevalencia de esta patologĆa en cuanto a edad se establece en adolescentes y adultos comprendidos entre los 15 y 30 aƱos. Estas conductas estĆ”n asociadas al mito de Adonis y se centra en la idea de que "los hombres de verdad tienen mĆŗsculos y la falta de musculaciĆ³n refleja una falta de masculinidad o virilidad" y tambiĆ©n al mito de la transformaciĆ³n, "si cambio mi cuerpo, cambiarĆ” mi vida, si mejoro mi aspecto fĆsico, mejorarĆ” mi autoestima".
AsĆ se asegura en la investigaciĆ³n dirigida por el doctor Onofre Contreras, director del Departamento de ExpresiĆ³n PlĆ”stica, Musical y Corporal de la Universidad de Castilla-la Mancha (UCLM) y los profesores e investigadores Irene GonzĆ”lez MartĆ, Juan Gregorio FernĆ”ndez, Luis Miguel GarcĆa, Pedro Gil, Sixto GonzĆ”lez y Juan Carlos Pastor.
"La investigaciĆ³n que estamos realizando sobre la prevalencia de la vigorexia y uso y abuso de sustancias ilegales como son los esteroides anabolizantes en la poblaciĆ³n de fisioculturistas y usuarios de salas de musculaciĆ³n ayuda a conocer la importancia de este sĆndrome en cuatro provincias espaƱolas, Albacete, Madrid, Valencia y Murcia", seƱalĆ³ la investigadora Irene GonzĆ”lez MartĆ.
Entre los objetivos de este estudio, la detecciĆ³n de nĆŗmero de casos de vigorexia entre fisicoculturistas y usuarios de la sala de musculaciĆ³n de los gimnasios seleccionados. La muestra inicial se componĆa de 200 participantes, de los cuales se excluyeron por incompleta cumplimentaciĆ³n del test a 17 hombres y a 3 mujeres. AsĆ las cosas, la muestra final se compuso de 158 hombres y 22 mujeres fisicoculturistas y usuarios de la sala de musculaciĆ³n de gimnasios albaceteƱos, madrileƱos, murcianos y valencianos, eso sĆ, que participaron voluntariamente en la investigaciĆ³n.
La edad media fue de 30,08 aƱos; el nivel socio-econĆ³mico de los gimnasios seleccionados fue medio-alto. En cuanto al mĆ©todo utilizado para la detecciĆ³n de la vigorexia fue el software llamado Somatomorphic Matriz, que detecta el grado de distorsiĆ³n de la imagen corporal que padece el participante en cuanto a masa grasa (porcentaje de grasa corporal) y masa muscular.
De los 180 participantes en la investigaciĆ³n, el 5% de los hombres padece vigorexia, y el 2,20% de las mujeres tambiĆ©n. AsĆ, la prevalencia de la vigorexia de la muestra total objeto de esta investigaciĆ³n es del 4,03%, poblaciĆ³n sobre la que, a juicio de los investigadores, se deberĆa actuar.
Ejercicios de fuerza
Las personas que padecen este sĆndrome suelen practicar ejercicios de fuerza, son de estatura media-baja y tienen un peso considerable debido a la gran masa muscular que poseen. A su vez, apenas tienen grasa corporal debido a la alimentaciĆ³n estricta a la que se someten y a las largas horas de entrenamiento en el gimnasio realizando ejercicios de fuerza como el levantamiento de pesas. La edad mĆnima reflejada en la muestra es de 15 aƱos. «Sorprende comprobar la edad tan temprana en que los jĆ³venes acuden al gimnasio realizando trabajos de fuerza cuando todavĆa estĆ”n en pleno crecimiento», comenta Irene GonzĆ”lez.
Por otro lado, el estudio indica que parece que existe una relaciĆ³n evidente entre los usuarios de esteroides anabolizantes y estereotipos asociados a pura masculinidad, es decir, cuerpos extremadamente musculosos.
"La combinaciĆ³n de una ideologĆa tradicional, sumada a pensamientos asociados a la vigorexia, como la distorsiĆ³n muscular y dependencia al fisicoculturismo, aumentan el consumo y la dependencia de esteroides anabolizantes, productos que estĆ”n compuestos por testosterona principalmente y otros sintĆ©ticos derivados de la misma, y se consideran drogas sin la prescripciĆ³n de un mĆ©dico», explicaba Irene GonzĆ”lez MartĆ, quien apunta en su estudio que estos productos se pueden encontrar en el mercado negro «y casualmente en los gimnasios se hallan con gran facilidad". Su administraciĆ³n se realiza en forma de pastillas o de inyectables y sirve para aumentar la masa muscular del individuo.
Prevalencia
"La prevalencia del uso-abuso de sustancias ilegales como son los esteroides anabolizantes en esta investigaciĆ³n es del 17% de la muestra total", dijo la investigadora, quien cifrĆ³ en un 12% el porcentaje de hombres que toman y abusan de estos productos, y hasta un 59% en el caso de las mujeres, siempre dentro de los participantes en la muestra.
Por otro lado, "la prevalencia de la muestra total que padece una distorsiĆ³n en cuanto a su masa muscular se refiere es del 42% en nuestra investigaciĆ³n", por lo que "casi la mitad de la muestra se autopercibe menos musculosa de lo que en realidad es".
En cuanto a la distorsiĆ³n que la muestra padecĆa con respecto a su masa grasa, podemos establecer que es del 6,32% perteneciente a los participantes de sexo masculino, quienes padecĆan una moderada y severa distorsiĆ³n.
En cambio, esta distorsiĆ³n aumenta al hablar de la muestra femenina, puesto que el porcentaje de mujeres que padecen una moderada y severa distorsiĆ³n con respecto a su grasa corporal es del 45,45%, de lo que se desprende que la prevalencia de la muestra total que padece una distorsiĆ³n de grasa corporal, es decir se autoperciben con mĆ”s grasa de la que realmente tienen es del 11%», expuso la investigadora.
Fuente: laverdad.es
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