Nuevo estudio encuentra relación entre la tasa de división celular, y el crecimiento
Es una cuestión muy importante y vieja en biología: ¿Cómo saben las células cuando necesitan avanzar en el ciclo celular? En organismos simples como la levadura, las células se dividen una vez que alcanzan un tamaño específico. Sin embargo, la determinación de si esto es cierto para las células de mamíferos ha sido difícil, en parte porque no ha habido ninguna manera satisfactoria de medir el crecimiento de células de mamífero.
Ahora, un equipo de investigadores MIT (Instituto de Tecnología de Massachussetts) y la Escuela Medica de Harvard han medido con precisión las tasas de crecimiento de células individuales. Los investigadores informan que las células de mamíferos no se dividen cuando llegan a un tamaño crítico, pero cuando su tasa de crecimiento llega a un umbral específico. Esta observación fue posible gracias a una técnica desarrollada por el profesor de MIT Scott Manalis y sus estudiantes para medir la masa de células individuales. En el nuevo estudio, Manalis y sus colegas fueron capaces de rastrear el crecimiento celular y lo relacionaron con el momento de la división celular al medir de la masa célular cada 60 segundos a lo largo de su vida.
Observar las células en un periodo de tiempo con el sistema original de Manalis, conocido como un resonador de microcanales suspendido, bombea a las células (en líquido) a través de un microcanal que se pasa a través de una palanca en voladizo de silicio pequeña. El voladizo vibra dentro de un vacío. Cuando una célula fluye a través del canal, la frecuencia de vibración del voladizo cambia, y la masa de la célula puede calcularse a partir del cambio en esa frecuencia.
Para el nuevo estudio, los investigadores rediseñaron el sistema de modo que pudieran mantener las células en el canal durante un período mucho más largo. El sistema original ofrecía un control limitado sobre el movimiento de las células en el canal, las células podían perderse o hacerse inútiles debido a la tensión acumulada por las frecuentes cuando pasaban a través del microcanal.
En consecuencia, el crecimiento podía ser monitoreado durante menos de 30 minutos. Para evitar este problema, los investigadores desarrollaron una manera de controlar con precisión el flujo en el sistema para que una célula pudiera ser detenida en cualquier lugar dentro del canal. También configuraron el flujo para restaurar constantemente el nivel de nutrientes y eliminar los residuos. Ahora la célula pasa a través del microcanal sólo cada 60 segundos y permanece viable durante varias generaciones.
El nuevo sistema también mide las señales fluorescentes de una célula, además de su masa. Las células están programadas para expresar proteínas fluorescentes en varios puntos en el ciclo celular, lo que permite a los investigadores vincular la información del ciclo celular con el crecimiento. Una célula se dedica a crecer en una fase llamada de G1. Una transición crítica se produce cuando la célula entra en la fase S, durante la que el ADN se replica en preparación para la división. Los investigadores encontraron que la tasa de crecimiento aumenta rápidamente durante la fase G1. Esta tasa varía mucho de una célula a otra durante la fase G1, pero converge con las demás células al acercarse a la fase S. Una vez que las células completan la transición hacia la fase S, las tasas de crecimiento divergen de nuevo.
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