Cuando los resultados se resisten a aparecer a pesar de los esfuerzos, entonces es necesario recurrir a una herramienta para quemar gra...
Cuando los resultados se resisten a aparecer a pesar de los esfuerzos, entonces es necesario recurrir a una herramienta para quemar grasa -muchas veces desconocida- que se conoce como entrenamiento del ritmo cardíaco
El ritmo cardíaco objetivo es una zona de ejercitación estimada dentro de la cual todo conduce a la obtención de beneficios tangibles, como quemar grasa o la resistencia cardiovascular. El RCO (ritmo cardíaco) es un porcentaje del RCM o ritmo cardíaco máximo, una aproximación al mayor número de veces que el corazón puede latir en un minuto.
El monitoreo del corazón ayuda a utilizar sabiamente el tiempo que se reserva para la sesión de cardio. Un nivel de 60 a 90 por ciento de ritmo cardíaco, es el más recomendado. Si se ve que sólo se está ejercitando en el rango del cincuenta por ciento, ya es hora de acelerar el paso para lograr los beneficios deseados.
Conocer la zona de RCO también te permite probar con seguridad diferentes tipos de ejercitaciones de cardio.
COMO SE CALCULA
Para encontrar el rango de entrenamiento, hay que comenzar sustrayendo la edad al número 220, que es el RCM estimado. Luego habrá que multiplicar la cifra por 0,6 y 0,9; y así se obtendrán los límites de rango de ritmo cardíaco. Por ejemplo, en alguien que tiene treinta años: 220-30=190... 190 x 0,6= 114 190 x 0,9= 171
Para este ejemplo, el RCO estaría entre 114 y 171 latidos por minuto. Trabajar por debajo de 114 es demasiado poco para apreciar beneficios aeróbicos, mientras que hacerlo por encima de 171 obligaría al cuerpo a utilizar sistemas anaeróbicos en busca de energía, en vez de la grasa que se está tratando de quemar.
Para aplicar correctamente el RCO a la ejercitación, es necesario identificar primeramente el objetivo principal: ¿estás haciendo ejercicios cardiovasculares, quemando grasa, o querés un mayor nivel de acondicionamiento aeróbico?
Mantener el ritmo cardíaco entre 60 y 75 por ciento del RCM se conoce como la zona de quema de grasa. Esta generalmente permite un ejercicio continuo durante más tiempo, y en este rango el cuerpo utiliza las reservas de grasa como energía. Para resistencia cardiovascular, en cambio, habrá que mantener el ritmo cardíaco entre 75 y 90 por ciento del RCM. La duración de los ejercicios puede ser más corta debido al incremento de la intensidad, pero durante ese tiempo, la grasa se utiliza aún como fuente de energía.
Se recomienda utilizar ambas zonas en el programa global de cardio para lograr óptimos resultados.
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