Las historias de niños culturistas que dedican su vida a trabajar sus pequeños músculos en el gimnasio son cada vez más frecuentes, como Giu...
Las historias de niños culturistas que dedican su vida a trabajar sus pequeños músculos en el gimnasio son cada vez más frecuentes, como Giuliano Stroe, un niño rumano de 5 años de edad que presume de un trabajado cuerpo que lleva formando desde los 3 años, cuando comenzó a ir al gimnasio para levantar pesas.
El niño ha afirmado al diario Daily Mail que lo ha entrevistado en el centro donde se ejercita, que la fama no se le ha subido a la cabeza, y que cuando no entrena le gusta dibujar, ver los dibujos animados e ir al parque.
Y es que este pequeño que ya ha conseguido entrar en el Libro Guinnes de los Records por caminar con las manos aguantando entre sus piernas una bola, siempre ha sentido pasión por el culturismo, tal y como afirma su padre, Iulian Stroe, que se siente orgulloso de la afición de su hijo y del esfuerzo que éste hace por conseguir un cuerpo musculado, y describe como Giuliano desde muy pequeño se sentía impresionado por las imágenes de los hombres que competían en dicho mundo.
El caso de este pequeño que miles de personas han seguido por YouTube, recuerda al de Richard Sandrak, que en 1995 obtuvo el título del niño más fuerte del mundo, y que ahora, con 16 años, dice haber perdido el interés por el estricto mundo del culturismo.
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Y es que este pequeño que ya ha conseguido entrar en el Libro Guinnes de los Records por caminar con las manos aguantando entre sus piernas una bola, siempre ha sentido pasión por el culturismo, tal y como afirma su padre, Iulian Stroe, que se siente orgulloso de la afición de su hijo y del esfuerzo que éste hace por conseguir un cuerpo musculado, y describe como Giuliano desde muy pequeño se sentía impresionado por las imágenes de los hombres que competían en dicho mundo.
El caso de este pequeño que miles de personas han seguido por YouTube, recuerda al de Richard Sandrak, que en 1995 obtuvo el título del niño más fuerte del mundo, y que ahora, con 16 años, dice haber perdido el interés por el estricto mundo del culturismo.
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