¿HabĆ©is observado que la mayorĆa de los hombres que se inician en el entrenamiento con pesos progresivo y modifican su dieta fracasan en su ...
¿HabĆ©is observado que la mayorĆa de los hombres que se inician en el entrenamiento con pesos progresivo y modifican su dieta fracasan en su empeƱo o no llegan a alcanzar plenamente su objetivo? Dos son las causas generales de este fiasco. La primera, nadie parece saber quĆ© hace. La segunda, no se progresa entrenĆ”ndose y consumiendo grandes cantidades de proteĆnas. Se progresa tomando grasas y eliminando las fĆ©culas y otros alimentos desvitalizados. Quien crea que va a conseguir unos brazos de 48 centĆmetros (sin esteroides) engullendo toneladas de proteĆnas se estĆ” engaƱando.
EmpezarĆ© abordando los errores que se cometen con mĆ”s frecuencia en el entrenamiento y la dieta. Una vez aclarado lo que no funciona, os explicarĆ© lo que sĆ.
¿Por quĆ© lo sĆ©? Porque llevo 30 aƱos preparando a culturistas. Uno de mis alumnos estrella pasĆ³ de los 80 kilos a los 100 en nueve meses. En ese mismo periodo, logrĆ© que media docena de hombres que se habĆan estancado en un press de banca de entre 100 y 105 kilos llegaran a mover cerca de 160.
Pero eso fue antes de aprender a hacer las cosas bien. Mi Ćŗltimo discĆpulo ganĆ³ cinco kilos de mĆŗsculo en 30 dĆas. PrĆ”cticamente, crecĆa ante mis ojos. Y sin esteroides. Vosotros tambiĆ©n podĆ©is conseguirlo, tengĆ”is 24, 42 o 60 aƱos. Identifiquemos primero los fallos mĆ”s habituales, eliminĆ©moslos y centrĆ©monos luego en la forma de generar tejido muscular.
SOBREENTRENAMIENTO
El sobreentrenamiento es, sin duda, el error mĆ”s comĆŗn. Si, para completar una rutina, precisĆ”is mĆ”s de 45 minutos o una hora, estĆ”is perdiendo el tiempo y ocupando el gimnasio innecesariamente. Hay una manera muy sencilla de determinar si Ć©ste es uno de vuestros problemas. Al finalizar una sesiĆ³n, ¿notĆ”is un ligero temblor en los dedos? Si la respuesta es afirmativa, no estĆ”is trabajando los mĆŗsculos, sino los nervios, lo que afectarĆ” a vuestra capacidad digestiva. ¿CĆ³mo? ¿Os habĆ©is golpeado un dedo con un martillo alguna vez? ¿RecordĆ”is la sensaciĆ³n de angustia en el estĆ³mago? Los nervios estĆ”n conectados. El sobreentrenamiento suele ser el resultado de un peso excesivo (es un ejercicio, no una competiciĆ³n) o de un peso demasiado ligero que se mueve en demasiadas ocasiones. La idea es trabajar y estimular los mĆŗsculos, no destruirlos o irritarlos.
Pesos ligeros y ejercicios frĆvolos
Como habrĆ©is observado, la ancestral y puritana Ć©tica del trabajo ha desaparecido de la faz de la Tierra. ¿QuĆ© ha sido del EclesiastĆ©s 9, 10: "Todo cuanto pudieres hacer, hazlo sin perder tiempo". La palabra trabajo se ha convertido en una obscenidad. Hay hombres que van al gimnasio pensando que pueden desarrollar unos mĆŗsculos enormes con poco peso. Los veo todo el tiempo: intentan crecer haciendo curls de concentraciĆ³n y elevaciones laterales con mancuernas ligeras.
Son necesarias cargas elevadas y sesiones de un mĆ”ximo de una hora para estimular los grupos musculares de mayores dimensiones y ganar tejido limpio. Arthur Jones intentĆ³ difundirlo hace una generaciĆ³n, pero pocos le escucharon. Algunos de los libros en los que expresĆ³ su punto de vista son ahora piezas de coleccionista. Siempre que oigo decir a alguien en el gimnasio "necesito media hora mĆ”s para los trĆceps" debo hacer un esfuerzo colosal por reprimirme. Tengo que morderme la lengua.
Secuencias inadecuadas
La mayorĆa de los hombres empiezan con los ejercicios mĆ”s pesados, como el press de banca, y luego pasan a los mĆ”s ligeros. De vez en cuando, acaban con un par de movimientos para los abdominales. Esta estrategia es, como mĆnimo, semicorrecta. Comenzad siempre con un ejercicio para la secciĆ³n media. ¿Por quĆ©? Mits Kawashima me enseĆ±Ć³ este principio en 1966. AbandonĆ© el EjĆ©rcito en 1964 y pesaba 72 kilos cuando empecĆ© a entrenarme. Un aƱo y medio despuĆ©s habĆa ganado 12 kilos. Mi peso corporal oscilaba entre los 83 y los 85 kilos. La vida era bastante frustrante porque, antes de que Mits se convirtiera en mi guĆa, era incapaz de superar los 85 kilos.
Mits me hacĆa empezar con cuatro series de 25 repeticiones de elevaciones de torso, tras las cuales procedĆa a trabajar con los hierros. Al cabo de cinco meses, mi peso corporal pasĆ³ de los 85 a los 105 kilos y mi press de banca, de los 100 a los 155. Mits me enseĆ±Ć³ numerosos aspectos del entrenamiento, al igual que otras personas, y ahora yo os transmitirĆ© esos conocimientos. Tal vez no os suene el nombre de Mits Kawashima; fuera de HonolulĆŗ (Hawai), donde reside y regenta un establecimiento de productos dietĆ©ticos, no es muy conocido. Pero probablemente habrĆ©is oĆdo hablar de su socio: Arnold Schwarzenegger.
TĆCNICA DEFECTUOSA
Son tantos los ejercicios y tantas las formas de hacerlos mal que el Ćŗnico modo de sortear estos escollos es contar con un entrenador personal, siempre y cuando sepa quĆ© se trae entre manos. He aquĆ un ejemplo de lo que debe evitarse. Hace unos aƱos, vi a un tipo hacer un ejercicio y alardear de que utilizaba "el mismo peso que Reg Park". Por aquel entonces, Reg Park, que acababa de iroclamarse vencedor en el Mr. Universo, era casi an famoso como Steve Reeves,. Mac Macfarland, Ax. Hawai 1963, mirĆ³ con desprecio al joven en uestiĆ³n y le preguntĆ³: "Si un don nadie gordinflĆ³n orno tĆŗ mueve el mismo peso en el mismo jercicio que Reg Park, ¿no crees que es posible ue los estĆ©s haciendo mal?".
Lesiones
La principal responsabilidad de un reparador personal es evitar las lesiones. Cualquier ersona que lleve entrenĆ”ndose cierto tiempo sabe uĆ”nto se retrocede cuando se sufre una lesiĆ³n. Si sta es consecuencia de las pautas de un instructor, odĆ©is haceros una idea bastante aproximada de su cualificaciĆ³n.
NUTRICIĆN
La nutriciĆ³n es un campo muy extenso sobre el que s han publicado millones de libros. Leedlos si querĆ©is, pero la informaciĆ³n que os ofrezco a continuaciĆ³n no la encontrarĆ©is en las obras mĆ”s populares.
Alimentos impuros
No me refiero a productos deteriorados, sino a alimentos que el aparato digestivo humano no estĆ” preparado para procesar, sobre todo ciertos tipos de carne. Lo que faltaba, un vegetariano, pensarĆ©is. Pues no. Hay carnes puras y carnes impuras. Las puras son aquellas que proceden de mamĆferos y herbĆvoros rumiantes y dotados de pezuƱas. En cuanto a los animales marinos, los idĆ³neos son los que tienen aletas y escamas. La de las carnes puras e impuras es una ciencia en sĆ misma, pues la de pavo y pollo entran en la primera categorĆa y la de avestruz y buitre, en la segunda.
Dentro de los mamĆferos, los impuros son los carroƱeros o los depredadores. Cuando comemos la carne de un animal, nos comemos tambiĆ©n su Ćŗltima comida. QuizĆ” el peor de ellos sea el cerdo. AdemĆ”s del contenido de su dieta —durante la guerra civil estadounidense, atacaban a los muertos y a los soldados heridos—, transmiten la triquinosis y el exceso de grasa de su carne puede cubrir nuestros Ć³rganos digestivos. El problema radica en el gran tamaƱo de la molĆ©cula de las proteĆnas. Si el intestino estĆ” rodeado de grasa, sĆ³lo permitirĆ” el paso a la sangre de las molĆ©culas mĆ”s pequeƱas.
Los peces que tienen aletas y escamas disponen de un sistema de filtrado que impide que las impurezas se introduzcan en su carne. Los peces que no tienen aletas y escamas no cuentan con este mecanismo. Hilando fino, podrĆamos decir que las langostas y las gambas son las cucarachas de los ocĆ©anos. Sin ellas, habrĆa una capa de residuos de varios kilĆ³metros en el fondo del mar.
Refrescos y cerveza
Puedo entrenar a un fumador. De hecho, el alumno que ganĆ³ cinco kilos en 30 dĆas fuma una cajetilla diaria. Intenta dejarlo. Pero lo que no puedo hacer es trabajar con un aficionad» a las bebidas carbonatadas. Os contarĆ© por quĆ©.
El CO2 (diĆ³xido de carbono que contienen esos refrescos es el mismo compuesto que expulsan los pulmones. El oxĆgeno que respiramos es diatĆ³mico (O2). Cuando llega a la sangre, capta los residuos y abandona el organismo en forma de CO2. Los productos carbonatados estĆ”n plagados de desechos. Es como beber orina. Eso no es todo: el CO2 interrumpe de inmediato la digestiĆ³n de las proteĆnas. Haced la prueba: comeos un filete con una bebida carbonatada. A la maƱana siguiente, notarĆ©is que la carne permanece en el estĆ³mago. Repetid el experimento varios dĆas despuĆ©s, pero sustituid el refresco con gas por un zumo de naranja. DescubrirĆ©is la verdad por la maƱana.
Leche pasterizada
Mucho se ha escrito sobre las ventajas de la leche fresca respecto a la pasterizada, por ejemplo, que esta Ćŗltima destruye las enzimas y las vitaminas. De lo que no se habla es de los envases de plĆ”stico. El formaldehĆdo que contiene el plĆ”stico se filtra en la leche y, por tanto, en el cuerpo. El formaldehĆdo se emplea en las funerarias para conservar los cuerpos. Si creĆ©is que el organismo lo elimina, estĆ”is equivocados. Numerosos embalsamadores os dirĆ”n que, en la actualidad, necesitan la mitad de esta sustancia para las personas que han fallecido con 20 o 30 aƱos que para los difuntos de mĆ”s edad. La otra mitad la ponen los fabricantes de envases de plĆ”stico.
AzĆŗcar
El azĆŗcar refinado destruye las vitaminas B, las que se encargan del crecimiento. AdemĆ”s, los azĆŗcares interfieren en la funciĆ³n del tracto gastrointestinal y favorecen la proliferaciĆ³n de parĆ”sitos y otras situaciones nocivas para el organismo. Willian Duffy escribiĆ³ hace unos aƱos Sugar blues, un libro que explica esto y mĆ”s con todo lujo de detalles.
Leed la etiqueta cuando comprĆ©is barritas de proteĆnas, pues un buen nĆŗmero de ellas contienen azĆŗcar y estĆ”n baƱadas en chocolate. ¿QuĆ© hay de malo en ello? Si el azĆŗcar refinado se hubiera descubierto este siglo, habrĆa sido una sustancia controlada, como la heroĆna y la cocaĆna. El azĆŗcar posee un enorme poder adictivo. Las empresas alimentarias lo aƱaden a los alimentos procesados (a menudo en forma de glucosa o jarabe de maĆz) para engancharos a su producto.
Leed las etiquetas y llorad
Harina
Se trata de una cuestiĆ³n delicada. A muchos de nosotros nos resulta imposible dejar de tomar harina sin que nuestra felicidad se resienta. La harina es mĆ”s peligrosa de lo que imaginamos. Seguro que habrĆ©is observado que un hombre de 20 aƱos progresa con mĆ”s rapidez en el gimnasio que uno de 40 o 50. Y es que el aparato digestivo de los varones adultos estadounidenses empieza a degenerarse al cumplir los 40. Por degeneraciĆ³n nos referimos a una disminuciĆ³n de la capacidad para digerir los alimentos y transformarlos en energĆa y en tejido muscular. A los 70 aƱos, el sistema digestivo no puede llevar a cabo su cometido a la perfecciĆ³n. Un hombre de 70 aƱos ingiere alimentos, pero su organismo es incapaz de procesarlos como es debido. En resumen, una persona cuyo aparato digestivo no funcione correctamente se ve privada de nutrientes esenciales para la vida.
Retrocedamos en el tiempo. Casi todos nosotros nos hemos criado con productos de harina: pan blanco, bollos, pasta, dĆ³nuts (una combinaciĆ³n especialmente eficaz de harina, azĆŗcar y grasas rancias), pizza, pasteles... Ahora verĆ©is sus efectos. El aparato digestivo no estĆ” formado Ćŗnicamente por el estĆ³mago. No es preciso insistir en que mastiquĆ©is poco a poco, que la digestiĆ³n empieza con la acciĆ³n de la saliva, etcĆ©tera. Todos sabemos cĆ³mo funciona el estĆ³mago. Mi enhorabuena a quienes no ignorĆ©is que ciertos procesos digestivos se producen en el intestino grueso o colon, pues podĆ©is ahorraros la tosca analogĆa que utilizarĆ© para ilustrar mi punto de vista.
No deja de asombrarme la cantidad de hombres que acuden al gimnasio resfriados o con lesiones leves pensando que van a obtener resultados. Es como montar un motor de 1.000 CV en un coche trucado con la direcciĆ³n desalineada, las bielas en mal estado y los neumĆ”ticos desequilibrados. AƱadamos otro problema: colocĆ”is un sistema de carburaciĆ³n y de toma de aire mĆ”s eficaz —el mejor carburador de cuatro cuerpos, un eficaz colector de descarga y un turbo—, pero instalĆ”is un tubo de escape diseƱado para un motor de 150 CV. ¿CreĆ©is que tendrĆ©is problemas para que vuestro motor rinda al mĆ”ximo de su capacidad?
Analicemos ahora el caso de los culturistas que se atiborran en vano de todos los suplementos de proteĆnas y vitaminas habidos y por haber. Existen dos causas para esta ausencia de resultados. En primer lugar, como Mits me enseĆ±Ć³ hace 28 aƱos, una cucharada diaria de una buena proteĆna es mĆ”s que suficiente. Mits creĆ³ y comercializĆ³ su propia fĆ³rmula durante un tiempo. En segundo lugar, si la harina, procesada y parcialmente indigerible, lleva incrustada en las paredes del colon toda la vida (como nos sucede a la mayorĆa de las personas que pasamos de los 30), nuestro tubo de escape no serĆ” capaz de canalizar el consumo de proteĆnas. Esto es lo que ocurre.
La harina procesada, desprovista de los elementos que favorecen su digestiĆ³n, se adhiere a la pared intestinal. Esta acumulaciĆ³n crece con los aƱos. El colon deja de funcionar como deberĆa y se convierte, valga la comparaciĆ³n, en un desagĆ¼e cuya capacidad recolectora mengua paulatinamente. El colon secreta moco, pero si Ć©ste no se vierte en su interior, se obstruye, como una tuberĆa. Las toxinas que en circunstancias normales se expulsarĆan con las heces dan marcha atrĆ”s y vuelven a la corriente sanguĆnea. Los tirones musculares y las lesiones leves constantes constituyen un sĆntoma bastante inequĆvoco de obstrucciĆ³n intestinal.
Cuando las reservas de agua se agotan, el cuerpo obtiene la que necesita del colon. La capa semejante a la escayola que forman en esta parte del aparato digestivo los alimentos que no se han asimilado es campo abonado para los 500 tipos de bacterias y las 200 clases de parƔsitos que habitan en el intestino humano, que pueden viajar al resto del organismo al extraerse el agua del colon.
Una de esas bacterias es la Candida, una levadura. Tal es la magnitud de su reproducciĆ³n que el agua de una irrigaciĆ³n colĆ³nica, que soluciona la obstrucciĆ³n intestinal, es visiblemente amarilla. No confundĆ”is esta tĆ©cnica con los enemas; son precisos 15 enemas para lograr el efecto de una irrigaciĆ³n, que consiste en inundar el colon con agua y drenarlo para retirar los restos de alimentos no digeridos.
Como se ha seƱalado, las vitaminas del grupo B son las responsables del desarrollo. Lo que quizĆ” no sepĆ”is es que las bacterias benignas del colon sintetizan las vitaminas B1 (tiamina), B3 (niacina), B12 (cobalamina) y K. ¿Os hacĆ©is una idea de las dificultades que tienen estas vitaminas para llegar a la sangre cuando, por una parte, el colon estĆ” cubierto con las heces de hace 15 aƱos y, por otra, el organismo capta parte de su agua? (El colon del adulto medio norteamericano contiene entre 4 y 15 kilos de alimentos no digeridos. ¿HabĆ©is observado la barriguilla cervecera que presentan muchos hombres de mediana edad?).
Una advertencia antes de que os decidĆ”is a probar las irrigaciones. Buscad un profesional que utilice el equipo adecuado. Ha habido personas que han fallecido tras ponerse en manos de una persona no cualificada. Si tenĆ©is 20 aƱos, es probable que no necesitĆ©is recurrir con frecuencia a esta tĆ©cnica, pero si tenĆ©is 40, casi seguro que sĆ.
¿Por quĆ© concedo tanta importancia a los Ć³rganos digestivos y a la cavidad abdominal? El culturismo es, en un 80%, nutriciĆ³n. Por tanto, si el aparato digestivo no funciona correctamente, malgastarĆ©is el 80% de vuestro esfuerzo.
Agua
En un buen entrenamiento puede perderse entre medio y un litro de agua con el sudor. Bebed agua entre series. Por desgracia, prĆ”cticamente todas las bebidas energĆ©ticas que veo en los gimnasios estĆ”n saturadas de azĆŗcar, pero lo que sabe bien se vende bien.
Esteroides
Hace 30 aƱos, el culturismo era sinĆ³nimo de salud. Ya no es asĆ. En la actualidad, a la mayorĆa de los culturistas sĆ³lo les preocupa su aspecto, aunque sea a expensas de los rĆƱones o del hĆgado. Para ganar tamaƱo, no hacen falta esteroides.
Leche de coco
Las proteĆnas queman 1,3 veces su peso en grasa. ¿Por quĆ© creĆ©is que las personas que siguen una dieta rica en proteĆnas pierden peso? AsĆ, si querĆ©is aumentar vuestro peso limpio con las proteĆnas, debĆ©is consumir mĆ”s lĆpidos que prĆ³tidos. Pero, como se ha seƱalado antes, la grasa animal no sirve. Probad con la leche de coco; contiene un elevado porcentaje de aceite vegetal.
ConocĆ a Bob Sorge hace 20 aƱos, en Nueva York. Bob medĆa un poco mĆ”s de 1,80 y pesaba mĆ”s de 110 kilos. Estaba muy bien. Me dijo que habĆa conseguido los mejores resultados de su vida mezclando en una batidora leche y pulpa de coco.
Con los cambios oportunos, el desarrollo muscular os resultarƔ sencillo. Si las funciones orgƔnicas estƔn sincronizadas, los esteroides son innecesarios.
EmpezarĆ© abordando los errores que se cometen con mĆ”s frecuencia en el entrenamiento y la dieta. Una vez aclarado lo que no funciona, os explicarĆ© lo que sĆ.
¿Por quĆ© lo sĆ©? Porque llevo 30 aƱos preparando a culturistas. Uno de mis alumnos estrella pasĆ³ de los 80 kilos a los 100 en nueve meses. En ese mismo periodo, logrĆ© que media docena de hombres que se habĆan estancado en un press de banca de entre 100 y 105 kilos llegaran a mover cerca de 160.
Pero eso fue antes de aprender a hacer las cosas bien. Mi Ćŗltimo discĆpulo ganĆ³ cinco kilos de mĆŗsculo en 30 dĆas. PrĆ”cticamente, crecĆa ante mis ojos. Y sin esteroides. Vosotros tambiĆ©n podĆ©is conseguirlo, tengĆ”is 24, 42 o 60 aƱos. Identifiquemos primero los fallos mĆ”s habituales, eliminĆ©moslos y centrĆ©monos luego en la forma de generar tejido muscular.
SOBREENTRENAMIENTO
El sobreentrenamiento es, sin duda, el error mĆ”s comĆŗn. Si, para completar una rutina, precisĆ”is mĆ”s de 45 minutos o una hora, estĆ”is perdiendo el tiempo y ocupando el gimnasio innecesariamente. Hay una manera muy sencilla de determinar si Ć©ste es uno de vuestros problemas. Al finalizar una sesiĆ³n, ¿notĆ”is un ligero temblor en los dedos? Si la respuesta es afirmativa, no estĆ”is trabajando los mĆŗsculos, sino los nervios, lo que afectarĆ” a vuestra capacidad digestiva. ¿CĆ³mo? ¿Os habĆ©is golpeado un dedo con un martillo alguna vez? ¿RecordĆ”is la sensaciĆ³n de angustia en el estĆ³mago? Los nervios estĆ”n conectados. El sobreentrenamiento suele ser el resultado de un peso excesivo (es un ejercicio, no una competiciĆ³n) o de un peso demasiado ligero que se mueve en demasiadas ocasiones. La idea es trabajar y estimular los mĆŗsculos, no destruirlos o irritarlos.
Pesos ligeros y ejercicios frĆvolos
Como habrĆ©is observado, la ancestral y puritana Ć©tica del trabajo ha desaparecido de la faz de la Tierra. ¿QuĆ© ha sido del EclesiastĆ©s 9, 10: "Todo cuanto pudieres hacer, hazlo sin perder tiempo". La palabra trabajo se ha convertido en una obscenidad. Hay hombres que van al gimnasio pensando que pueden desarrollar unos mĆŗsculos enormes con poco peso. Los veo todo el tiempo: intentan crecer haciendo curls de concentraciĆ³n y elevaciones laterales con mancuernas ligeras.
Son necesarias cargas elevadas y sesiones de un mĆ”ximo de una hora para estimular los grupos musculares de mayores dimensiones y ganar tejido limpio. Arthur Jones intentĆ³ difundirlo hace una generaciĆ³n, pero pocos le escucharon. Algunos de los libros en los que expresĆ³ su punto de vista son ahora piezas de coleccionista. Siempre que oigo decir a alguien en el gimnasio "necesito media hora mĆ”s para los trĆceps" debo hacer un esfuerzo colosal por reprimirme. Tengo que morderme la lengua.
Secuencias inadecuadas
La mayorĆa de los hombres empiezan con los ejercicios mĆ”s pesados, como el press de banca, y luego pasan a los mĆ”s ligeros. De vez en cuando, acaban con un par de movimientos para los abdominales. Esta estrategia es, como mĆnimo, semicorrecta. Comenzad siempre con un ejercicio para la secciĆ³n media. ¿Por quĆ©? Mits Kawashima me enseĆ±Ć³ este principio en 1966. AbandonĆ© el EjĆ©rcito en 1964 y pesaba 72 kilos cuando empecĆ© a entrenarme. Un aƱo y medio despuĆ©s habĆa ganado 12 kilos. Mi peso corporal oscilaba entre los 83 y los 85 kilos. La vida era bastante frustrante porque, antes de que Mits se convirtiera en mi guĆa, era incapaz de superar los 85 kilos.
Mits me hacĆa empezar con cuatro series de 25 repeticiones de elevaciones de torso, tras las cuales procedĆa a trabajar con los hierros. Al cabo de cinco meses, mi peso corporal pasĆ³ de los 85 a los 105 kilos y mi press de banca, de los 100 a los 155. Mits me enseĆ±Ć³ numerosos aspectos del entrenamiento, al igual que otras personas, y ahora yo os transmitirĆ© esos conocimientos. Tal vez no os suene el nombre de Mits Kawashima; fuera de HonolulĆŗ (Hawai), donde reside y regenta un establecimiento de productos dietĆ©ticos, no es muy conocido. Pero probablemente habrĆ©is oĆdo hablar de su socio: Arnold Schwarzenegger.
TĆCNICA DEFECTUOSA
Son tantos los ejercicios y tantas las formas de hacerlos mal que el Ćŗnico modo de sortear estos escollos es contar con un entrenador personal, siempre y cuando sepa quĆ© se trae entre manos. He aquĆ un ejemplo de lo que debe evitarse. Hace unos aƱos, vi a un tipo hacer un ejercicio y alardear de que utilizaba "el mismo peso que Reg Park". Por aquel entonces, Reg Park, que acababa de iroclamarse vencedor en el Mr. Universo, era casi an famoso como Steve Reeves,. Mac Macfarland, Ax. Hawai 1963, mirĆ³ con desprecio al joven en uestiĆ³n y le preguntĆ³: "Si un don nadie gordinflĆ³n orno tĆŗ mueve el mismo peso en el mismo jercicio que Reg Park, ¿no crees que es posible ue los estĆ©s haciendo mal?".
Lesiones
La principal responsabilidad de un reparador personal es evitar las lesiones. Cualquier ersona que lleve entrenĆ”ndose cierto tiempo sabe uĆ”nto se retrocede cuando se sufre una lesiĆ³n. Si sta es consecuencia de las pautas de un instructor, odĆ©is haceros una idea bastante aproximada de su cualificaciĆ³n.
NUTRICIĆN
La nutriciĆ³n es un campo muy extenso sobre el que s han publicado millones de libros. Leedlos si querĆ©is, pero la informaciĆ³n que os ofrezco a continuaciĆ³n no la encontrarĆ©is en las obras mĆ”s populares.
Alimentos impuros
No me refiero a productos deteriorados, sino a alimentos que el aparato digestivo humano no estĆ” preparado para procesar, sobre todo ciertos tipos de carne. Lo que faltaba, un vegetariano, pensarĆ©is. Pues no. Hay carnes puras y carnes impuras. Las puras son aquellas que proceden de mamĆferos y herbĆvoros rumiantes y dotados de pezuƱas. En cuanto a los animales marinos, los idĆ³neos son los que tienen aletas y escamas. La de las carnes puras e impuras es una ciencia en sĆ misma, pues la de pavo y pollo entran en la primera categorĆa y la de avestruz y buitre, en la segunda.
Dentro de los mamĆferos, los impuros son los carroƱeros o los depredadores. Cuando comemos la carne de un animal, nos comemos tambiĆ©n su Ćŗltima comida. QuizĆ” el peor de ellos sea el cerdo. AdemĆ”s del contenido de su dieta —durante la guerra civil estadounidense, atacaban a los muertos y a los soldados heridos—, transmiten la triquinosis y el exceso de grasa de su carne puede cubrir nuestros Ć³rganos digestivos. El problema radica en el gran tamaƱo de la molĆ©cula de las proteĆnas. Si el intestino estĆ” rodeado de grasa, sĆ³lo permitirĆ” el paso a la sangre de las molĆ©culas mĆ”s pequeƱas.
Los peces que tienen aletas y escamas disponen de un sistema de filtrado que impide que las impurezas se introduzcan en su carne. Los peces que no tienen aletas y escamas no cuentan con este mecanismo. Hilando fino, podrĆamos decir que las langostas y las gambas son las cucarachas de los ocĆ©anos. Sin ellas, habrĆa una capa de residuos de varios kilĆ³metros en el fondo del mar.
Refrescos y cerveza
Puedo entrenar a un fumador. De hecho, el alumno que ganĆ³ cinco kilos en 30 dĆas fuma una cajetilla diaria. Intenta dejarlo. Pero lo que no puedo hacer es trabajar con un aficionad» a las bebidas carbonatadas. Os contarĆ© por quĆ©.
El CO2 (diĆ³xido de carbono que contienen esos refrescos es el mismo compuesto que expulsan los pulmones. El oxĆgeno que respiramos es diatĆ³mico (O2). Cuando llega a la sangre, capta los residuos y abandona el organismo en forma de CO2. Los productos carbonatados estĆ”n plagados de desechos. Es como beber orina. Eso no es todo: el CO2 interrumpe de inmediato la digestiĆ³n de las proteĆnas. Haced la prueba: comeos un filete con una bebida carbonatada. A la maƱana siguiente, notarĆ©is que la carne permanece en el estĆ³mago. Repetid el experimento varios dĆas despuĆ©s, pero sustituid el refresco con gas por un zumo de naranja. DescubrirĆ©is la verdad por la maƱana.
Leche pasterizada
Mucho se ha escrito sobre las ventajas de la leche fresca respecto a la pasterizada, por ejemplo, que esta Ćŗltima destruye las enzimas y las vitaminas. De lo que no se habla es de los envases de plĆ”stico. El formaldehĆdo que contiene el plĆ”stico se filtra en la leche y, por tanto, en el cuerpo. El formaldehĆdo se emplea en las funerarias para conservar los cuerpos. Si creĆ©is que el organismo lo elimina, estĆ”is equivocados. Numerosos embalsamadores os dirĆ”n que, en la actualidad, necesitan la mitad de esta sustancia para las personas que han fallecido con 20 o 30 aƱos que para los difuntos de mĆ”s edad. La otra mitad la ponen los fabricantes de envases de plĆ”stico.
AzĆŗcar
El azĆŗcar refinado destruye las vitaminas B, las que se encargan del crecimiento. AdemĆ”s, los azĆŗcares interfieren en la funciĆ³n del tracto gastrointestinal y favorecen la proliferaciĆ³n de parĆ”sitos y otras situaciones nocivas para el organismo. Willian Duffy escribiĆ³ hace unos aƱos Sugar blues, un libro que explica esto y mĆ”s con todo lujo de detalles.
Leed la etiqueta cuando comprĆ©is barritas de proteĆnas, pues un buen nĆŗmero de ellas contienen azĆŗcar y estĆ”n baƱadas en chocolate. ¿QuĆ© hay de malo en ello? Si el azĆŗcar refinado se hubiera descubierto este siglo, habrĆa sido una sustancia controlada, como la heroĆna y la cocaĆna. El azĆŗcar posee un enorme poder adictivo. Las empresas alimentarias lo aƱaden a los alimentos procesados (a menudo en forma de glucosa o jarabe de maĆz) para engancharos a su producto.
Leed las etiquetas y llorad
Harina
Se trata de una cuestiĆ³n delicada. A muchos de nosotros nos resulta imposible dejar de tomar harina sin que nuestra felicidad se resienta. La harina es mĆ”s peligrosa de lo que imaginamos. Seguro que habrĆ©is observado que un hombre de 20 aƱos progresa con mĆ”s rapidez en el gimnasio que uno de 40 o 50. Y es que el aparato digestivo de los varones adultos estadounidenses empieza a degenerarse al cumplir los 40. Por degeneraciĆ³n nos referimos a una disminuciĆ³n de la capacidad para digerir los alimentos y transformarlos en energĆa y en tejido muscular. A los 70 aƱos, el sistema digestivo no puede llevar a cabo su cometido a la perfecciĆ³n. Un hombre de 70 aƱos ingiere alimentos, pero su organismo es incapaz de procesarlos como es debido. En resumen, una persona cuyo aparato digestivo no funcione correctamente se ve privada de nutrientes esenciales para la vida.
Retrocedamos en el tiempo. Casi todos nosotros nos hemos criado con productos de harina: pan blanco, bollos, pasta, dĆ³nuts (una combinaciĆ³n especialmente eficaz de harina, azĆŗcar y grasas rancias), pizza, pasteles... Ahora verĆ©is sus efectos. El aparato digestivo no estĆ” formado Ćŗnicamente por el estĆ³mago. No es preciso insistir en que mastiquĆ©is poco a poco, que la digestiĆ³n empieza con la acciĆ³n de la saliva, etcĆ©tera. Todos sabemos cĆ³mo funciona el estĆ³mago. Mi enhorabuena a quienes no ignorĆ©is que ciertos procesos digestivos se producen en el intestino grueso o colon, pues podĆ©is ahorraros la tosca analogĆa que utilizarĆ© para ilustrar mi punto de vista.
No deja de asombrarme la cantidad de hombres que acuden al gimnasio resfriados o con lesiones leves pensando que van a obtener resultados. Es como montar un motor de 1.000 CV en un coche trucado con la direcciĆ³n desalineada, las bielas en mal estado y los neumĆ”ticos desequilibrados. AƱadamos otro problema: colocĆ”is un sistema de carburaciĆ³n y de toma de aire mĆ”s eficaz —el mejor carburador de cuatro cuerpos, un eficaz colector de descarga y un turbo—, pero instalĆ”is un tubo de escape diseƱado para un motor de 150 CV. ¿CreĆ©is que tendrĆ©is problemas para que vuestro motor rinda al mĆ”ximo de su capacidad?
Analicemos ahora el caso de los culturistas que se atiborran en vano de todos los suplementos de proteĆnas y vitaminas habidos y por haber. Existen dos causas para esta ausencia de resultados. En primer lugar, como Mits me enseĆ±Ć³ hace 28 aƱos, una cucharada diaria de una buena proteĆna es mĆ”s que suficiente. Mits creĆ³ y comercializĆ³ su propia fĆ³rmula durante un tiempo. En segundo lugar, si la harina, procesada y parcialmente indigerible, lleva incrustada en las paredes del colon toda la vida (como nos sucede a la mayorĆa de las personas que pasamos de los 30), nuestro tubo de escape no serĆ” capaz de canalizar el consumo de proteĆnas. Esto es lo que ocurre.
La harina procesada, desprovista de los elementos que favorecen su digestiĆ³n, se adhiere a la pared intestinal. Esta acumulaciĆ³n crece con los aƱos. El colon deja de funcionar como deberĆa y se convierte, valga la comparaciĆ³n, en un desagĆ¼e cuya capacidad recolectora mengua paulatinamente. El colon secreta moco, pero si Ć©ste no se vierte en su interior, se obstruye, como una tuberĆa. Las toxinas que en circunstancias normales se expulsarĆan con las heces dan marcha atrĆ”s y vuelven a la corriente sanguĆnea. Los tirones musculares y las lesiones leves constantes constituyen un sĆntoma bastante inequĆvoco de obstrucciĆ³n intestinal.
Cuando las reservas de agua se agotan, el cuerpo obtiene la que necesita del colon. La capa semejante a la escayola que forman en esta parte del aparato digestivo los alimentos que no se han asimilado es campo abonado para los 500 tipos de bacterias y las 200 clases de parƔsitos que habitan en el intestino humano, que pueden viajar al resto del organismo al extraerse el agua del colon.
Una de esas bacterias es la Candida, una levadura. Tal es la magnitud de su reproducciĆ³n que el agua de una irrigaciĆ³n colĆ³nica, que soluciona la obstrucciĆ³n intestinal, es visiblemente amarilla. No confundĆ”is esta tĆ©cnica con los enemas; son precisos 15 enemas para lograr el efecto de una irrigaciĆ³n, que consiste en inundar el colon con agua y drenarlo para retirar los restos de alimentos no digeridos.
Como se ha seƱalado, las vitaminas del grupo B son las responsables del desarrollo. Lo que quizĆ” no sepĆ”is es que las bacterias benignas del colon sintetizan las vitaminas B1 (tiamina), B3 (niacina), B12 (cobalamina) y K. ¿Os hacĆ©is una idea de las dificultades que tienen estas vitaminas para llegar a la sangre cuando, por una parte, el colon estĆ” cubierto con las heces de hace 15 aƱos y, por otra, el organismo capta parte de su agua? (El colon del adulto medio norteamericano contiene entre 4 y 15 kilos de alimentos no digeridos. ¿HabĆ©is observado la barriguilla cervecera que presentan muchos hombres de mediana edad?).
Una advertencia antes de que os decidĆ”is a probar las irrigaciones. Buscad un profesional que utilice el equipo adecuado. Ha habido personas que han fallecido tras ponerse en manos de una persona no cualificada. Si tenĆ©is 20 aƱos, es probable que no necesitĆ©is recurrir con frecuencia a esta tĆ©cnica, pero si tenĆ©is 40, casi seguro que sĆ.
¿Por quĆ© concedo tanta importancia a los Ć³rganos digestivos y a la cavidad abdominal? El culturismo es, en un 80%, nutriciĆ³n. Por tanto, si el aparato digestivo no funciona correctamente, malgastarĆ©is el 80% de vuestro esfuerzo.
Agua
En un buen entrenamiento puede perderse entre medio y un litro de agua con el sudor. Bebed agua entre series. Por desgracia, prĆ”cticamente todas las bebidas energĆ©ticas que veo en los gimnasios estĆ”n saturadas de azĆŗcar, pero lo que sabe bien se vende bien.
Esteroides
Hace 30 aƱos, el culturismo era sinĆ³nimo de salud. Ya no es asĆ. En la actualidad, a la mayorĆa de los culturistas sĆ³lo les preocupa su aspecto, aunque sea a expensas de los rĆƱones o del hĆgado. Para ganar tamaƱo, no hacen falta esteroides.
Leche de coco
Las proteĆnas queman 1,3 veces su peso en grasa. ¿Por quĆ© creĆ©is que las personas que siguen una dieta rica en proteĆnas pierden peso? AsĆ, si querĆ©is aumentar vuestro peso limpio con las proteĆnas, debĆ©is consumir mĆ”s lĆpidos que prĆ³tidos. Pero, como se ha seƱalado antes, la grasa animal no sirve. Probad con la leche de coco; contiene un elevado porcentaje de aceite vegetal.
ConocĆ a Bob Sorge hace 20 aƱos, en Nueva York. Bob medĆa un poco mĆ”s de 1,80 y pesaba mĆ”s de 110 kilos. Estaba muy bien. Me dijo que habĆa conseguido los mejores resultados de su vida mezclando en una batidora leche y pulpa de coco.
Con los cambios oportunos, el desarrollo muscular os resultarƔ sencillo. Si las funciones orgƔnicas estƔn sincronizadas, los esteroides son innecesarios.
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