Sucedió en Viena, en los Campeonatos del Mundo de halterofilia de 1954. Los éxitos de los levantadores soviéticos fascinaban al gran adversa...

LA EVOLUCION
El Dianabol
Hoy en dĆa, los investigadores de la historia del deporte no dudan en seƱalar a los levantadores de pesas soviĆ©ticos como los primeros deportistas en los que se experimentó con los esteroides.Se debe recordar, no obstante, que en los Juegos OlĆmpicos de invierno de 1952 tambiĆ©n se armó un gran revuelo cuando se hallaron jeringuillas en los vestuarios de los participantes en carreras de patinaje sobre hielo.
La realidad es que la Unión SoviĆ©tica habĆa debutado con Ć©xito en los Juegos OlĆmpicos de Helsinki, en los que sus levantadores de pesas obtuvieron un total de siete medallas. El doctor Ziegler, entre otros, quedó impactado por aquel sĆŗbito Ć©xito y comenzó a preguntarse si podrĆa haber algo mĆ”s que talento y esfuerzo detrĆ”s de aquellos resultados. Desde entonces, cada vez que acudĆa a una competición internacional trataba de aproximarse a los mĆ©dicos rusos.
A su vuelta a Estados Unidos expresó a todos su convencimiento de que los soviĆ©ticos iban a utilizar el deporte como trampolĆn para obtener prestigio y reconocimiento internacional en aquellos aƱos. Todo valĆa para alcanzar el objetivo y el elevadĆsimo nivel de los cientĆficos rusos iba a desempeƱar un papel decisivo.
La primera medida que tomó el doctor Ziegler fue contactar con un laboratorio farmacĆ©utico e interesarse por la investigación en esteroides anabolizantes, los anĆ”logos de la testosterona masculina. Entabló relación con la compaƱĆa Ciba Pharmaceuticals y les convenció para que comenzaran a trabajar en la bĆŗsqueda de una molĆ©cula que fuera capaz de reproducir efectos similares a los inducidos por la testosterona. En 1958 ya estaba disponible un producto que se iba a convertir en toda una metĆ”fora de dĆ©cadas de dopaje. Su nombre comercial era Dianabol.
OCCIDENTE
El gimnasio Barbell's
Los resultados no tardaron en llegar. Corresponde a la ciudad de York, en el estado de Pensilvania, el dudoso honor de ser el primer lugar del mundo occidental en el que se experimentó con el uso de los esteroides anabolizantes en el deporte. Esta pequeƱa localidad, situada a 150 kilómetros al oeste de Filadelfia, se fue convirtiendo lentamente en el autĆ©ntico epicentro de la halterofilia estadounidense. AllĆ se encontraba un centro aĆŗn mĆtico para los levantadores de pesas: el gimnasio Barbell's. AƱos mĆ”s tarde, Ziegler reconocĆa que en aquellos aƱos, los halterófilos estadounidenses hacĆan cualquier cosa con tal de derrotar a los rusos. «Si les hubiĆ©ramos dicho que tenĆan que comer excrementos de ratas, lo hubieran hecho», solĆa comentar el mĆ©dico de Maryland.
Los expertos en dopaje afirman que, en sus primeros años, Dianabol se convirtió rÔpidamente en la droga estrella del deporte estadounidense.Cuatro tipos de especialistas eran sus principales consumidores: halterófilos, culturistas, lanzadores de peso y discóbolos.
Un jugador de fĆŗtbol americano ha recordado recientemente que, en los albores de la dĆ©cada de los 60, los entrenadores y los preparadores fĆsicos ponĆan a veces sobre la mesa tazones llenos de pĆldoras de esteroides: «¡Algunos las aƱadĆan a sus tazones de leche con cereales como si fueran azĆŗcar!»
Precisamente por estos abusos, comenzaron a aparecer los potenciales efectos secundarios de los esteroides anabolizantes. Los jugadores que los consumĆan en los primeros aƱos empezaron a desarrollar acnĆ©, pero lo peor vino despuĆ©s. Lo que alarmó realmente a muchos mĆ©dicos fue que una dĆ©cada despuĆ©s del inicio de los tratamientos surgieron problemas graves: efectos secundarios en hĆgado, corazón y un aumento generalizado del riesgo de sufrir cĆ”ncer.
Aparecieron tambiĆ©n sĆntomas psiquiĆ”tricos entre los usuarios de los esteroides anabolizantes. SegĆŗn las declaraciones de un psiquiatra estadounidense, hubo homicidios relacionados con los impulsos de violencia que generaban los esteroides.
El doctor Ziegler quedó horrorizado. Poco antes de su muerte, en 1984, el hombre que importó los anabolizantes al deporte occidental resumĆa en una simple frase sus pensamientos: «OjalĆ” nunca lo hubiera hecho».
LA PREHISTORIA
El EjƩrcito nazi
Cuando John Ziegler viajó a la ciudad de Summit (Nueva Jersey) para contactar con el laboratorio que habrĆa de sintetizar el Dianabol, se topó de golpe con un nuevo descubrimiento. Durante aƱos se habĆa especulado acerca de la posible existencia de investigaciones por parte de los mĆ©dicos del EjĆ©rcito nazi con vistas a mejorar el rendimiento fĆsico de sus soldados en la II Guerra Mundial.
En sus visitas a los laboratorios Ciba, el doctor Ziegler halló las pruebas. AllĆ estaban los impresionantes registros de todas las investigaciones de los cientĆficos alemanes en el campo de las hormonas masculinas. HabĆan sido confiscados por el ejĆ©rcito americano al acabar la guerra.
Todo indica que probablemente los primeros esteroides fueron desarrollados por farmacólogos de la Alemania nazi durante la contienda bĆ©lica. Estas primera molĆ©culas derivadas de la testosterona habrĆan sido empleadas para dotar a las tropas alemanas de una mayor agresividad en la contienda e incrementar su fuerza muscular.La gran ironĆa es que estos anabolizantes se emplearĆan aƱos mĆ”s tarde, esta vez con una razón mĆ©dica justificada, para la recuperación de los debilitados cuerpos de los supervivientes de los campos de concentración de Hitler.
ESPAĆA
El ciclismo
Bernardino Lombao, actual preparador fĆsico del presidente del Gobierno y entrenador de atletismo desde los aƱos 50, recuerda a la perfección su primer contacto con el dopaje. Pudo comprobar que el problema ya existĆa en el ciclismo espaƱol hace medio siglo. «Fue en los Juegos del MediterrĆ”neo de 1959. Se disputaban en Beirut y recuerdo que estĆ”bamos en un cóctel en la embajada de EspaƱa. Se me acercó Dalmacio Langarica, que en aquel momento era el seleccionador nacional de ciclismo. El hablaba de las sustancias que tomaban los ciclistas y me preguntó:
-Y a los atletas, ¿quĆ© les dais?
-No toman nada. ¡Si acaso una centramina cuando tienen exĆ”menes, para que puedan estudiar y no se duerman!
En cualquier caso, conviene dejar claro que, desde el punto de vista Ć©tico, hay una pequeƱa diferencia entre los deportistas que se dopaban con esteroides a mediados del pasado siglo con los que lo hacen hoy en dĆa. Nadie pensaba en aquellos aƱos que los esteroides fueran daƱinos. Eran percibidos simplemente como un suplemento nutricional mĆ”s, algo similar a unas potentes vitaminas.AdemĆ”s, los mĆ©dicos de los equipos estaban autorizados a recomendar con toda libertad esteroides anabolizantes como una ayuda suplementaria para recuperarse de los esfuerzos del entrenamiento.
Su eficacia como sustancias potenciadoras de la fuerza y la explosividad comenzó a difundirse con rapidez entre los deportistas. Los jugadores de béisbol y, en especial, los de fútbol americano comenzaron a utilizarlos de forma masiva.
Precisamente uno de los pupilos de Lombao fue Rafael Blanquer, el primer español que consiguió saltar mÔs de ocho metros en longitud. Y el valenciano tuvo una curiosa anécdota en relación con el dopaje, hace ya mÔs de 30 años.
En un Europeo de pista cubierta, Blanquer se clasifica entre los primeros pero no consigue la victoria. Meses despuĆ©s recibe la visita en Valencia del saltador alemĆ”n Baumgartner, que pasaba unos dĆas de vacaciones en las costas del MediterrĆ”neo. En plena conversación, de repente, le hace entrega de la medalla de oro que habĆa conseguido derrotando al valenciano y le dice:
-Tómala, es tuya. Tú eras el único atleta limpio en esa final.
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