En vísperas de Navidad y del inicio de un nuevo Año, todos sabemos lo que sucede, la heladera y la alacena comienzan a colmarse de frutos se...
En vísperas de Navidad y del inicio de un nuevo Año, todos sabemos lo que sucede, la heladera y la alacena comienzan a colmarse de frutos secas, chocolates y turrones, entre otros alimentos.
Sin embargo, nosotros hemos adoptado dichas conductas y por lo tanto, accedemos a los mismos alimentos ricos en grasas y calorías.
Si bien no debemos ser extremistas y pretender eliminarlos de la dieta en los días festivos, tampoco debemos descontrolarnos y abusar de ellos, pues pueden desmoronar nuestra dieta sana y equilibrada.
Entonces, básicamente tenemos que saber controlar las porciones y disfrutar del momento, así como de la comida, entendiendo que no todo pasa por los alimentos, sino que es una celebración en la cual tenemos que reforzar los lazos sociales y aprovecharla en familia o con amigos.
Te dejamos algunos consejos que puedes tener en cuenta para cuidarte en estas fiestas:
• Comienza el día de manera normal, es decir, no dejes de realizar actividad física, no saltes el desayuno ni ninguna otra comida, ya que con la creencia errónea de que por no comer durante todo el día compensas las calorías de la cena, puedes excederte más de lo pensado.
• Come razonablemente y no olvides que durante todo el día es aconsejable incluir frutas y verduras, así como colaciones sanas que te permitan llegar con un metabolismo activo y con el apetito justo al momento de la cena principal.
• Recuerda que la calidad de los alimentos que se consumen en esta época son de por sí, más calóricos, por eso, ya tendrás un mayor aporte energético. Entonces, no sumes más calorías abusando de las porciones y consumiendo en grandes cantidades, porque de esta forma puedes alcanzar las 3000 calorías, e incluso más, en una sola noche.
• Un menú más sano puede lograrse sin que nadie lo perciba, incluyendo más ensaladas de vegetales frescos, reemplazando crema de leche por queso crema descremado o realizando el plato principal con cocciones que necesitan pocas grasas y escogiendo alimentos magros, por ejemplo, pollo, pescado, pavo, peceto, lomo de cerdo, entre otros cortes con menor aporte graso.
• No estés pendiente de la comida e intenta concentrarte en la celebración propiamente dicha, aunque debes tomar conciencia cada vez que ingresa un bocado en tu boca.
• Masticar bien los alimentos, comer despacio, tomar agua entre cada bocado, conversar con quienes nos rodean y comer siempre sentados son recursos que no puedes dejar de utilizar en las cenas de fin de año.
• No olvides que las calorías y azúcares también están presentes en las bebidas, sobre todo, en las gaseosas, la sidra, el ananá fizz, el clericó, el vino, el champagne y otras bebidas alcohólicas. Por eso, intenta moderarte en su consumo y sobe todo, elige agua o bebidas sin azúcar ni alcohol durante la cena para luego disfrutar de un brindis en el cual no sea protagonista el exceso.
• Por último, no debes dejar de moverte, ya que si al mayor aporte calórico le sumamos un sedentarismo temporal, todos nuestros hábitos sanos se desmoronan en una sola noche. Por eso, durante el día disfruta de juegos o deportes en familia y por la noche, no dejes de caminar y pasear.
Recuerda que estos sencillos consejos no sólo te ayudarán a mantener el equilibrio, sino que evitarán trastornos digestivos, intoxicaciones alimentarias, excesos de alcohol con sus posteriores consecuencias y sobre todo, te permitirán darte esos pequeños gustos sin sentirte a reventar los días siguientes.
Sin embargo, nosotros hemos adoptado dichas conductas y por lo tanto, accedemos a los mismos alimentos ricos en grasas y calorías.
Si bien no debemos ser extremistas y pretender eliminarlos de la dieta en los días festivos, tampoco debemos descontrolarnos y abusar de ellos, pues pueden desmoronar nuestra dieta sana y equilibrada.
Entonces, básicamente tenemos que saber controlar las porciones y disfrutar del momento, así como de la comida, entendiendo que no todo pasa por los alimentos, sino que es una celebración en la cual tenemos que reforzar los lazos sociales y aprovecharla en familia o con amigos.
Te dejamos algunos consejos que puedes tener en cuenta para cuidarte en estas fiestas:
• Comienza el día de manera normal, es decir, no dejes de realizar actividad física, no saltes el desayuno ni ninguna otra comida, ya que con la creencia errónea de que por no comer durante todo el día compensas las calorías de la cena, puedes excederte más de lo pensado.
• Come razonablemente y no olvides que durante todo el día es aconsejable incluir frutas y verduras, así como colaciones sanas que te permitan llegar con un metabolismo activo y con el apetito justo al momento de la cena principal.
• Recuerda que la calidad de los alimentos que se consumen en esta época son de por sí, más calóricos, por eso, ya tendrás un mayor aporte energético. Entonces, no sumes más calorías abusando de las porciones y consumiendo en grandes cantidades, porque de esta forma puedes alcanzar las 3000 calorías, e incluso más, en una sola noche.
• Un menú más sano puede lograrse sin que nadie lo perciba, incluyendo más ensaladas de vegetales frescos, reemplazando crema de leche por queso crema descremado o realizando el plato principal con cocciones que necesitan pocas grasas y escogiendo alimentos magros, por ejemplo, pollo, pescado, pavo, peceto, lomo de cerdo, entre otros cortes con menor aporte graso.
• No estés pendiente de la comida e intenta concentrarte en la celebración propiamente dicha, aunque debes tomar conciencia cada vez que ingresa un bocado en tu boca.
• Masticar bien los alimentos, comer despacio, tomar agua entre cada bocado, conversar con quienes nos rodean y comer siempre sentados son recursos que no puedes dejar de utilizar en las cenas de fin de año.
• No olvides que las calorías y azúcares también están presentes en las bebidas, sobre todo, en las gaseosas, la sidra, el ananá fizz, el clericó, el vino, el champagne y otras bebidas alcohólicas. Por eso, intenta moderarte en su consumo y sobe todo, elige agua o bebidas sin azúcar ni alcohol durante la cena para luego disfrutar de un brindis en el cual no sea protagonista el exceso.
• Por último, no debes dejar de moverte, ya que si al mayor aporte calórico le sumamos un sedentarismo temporal, todos nuestros hábitos sanos se desmoronan en una sola noche. Por eso, durante el día disfruta de juegos o deportes en familia y por la noche, no dejes de caminar y pasear.
Recuerda que estos sencillos consejos no sólo te ayudarán a mantener el equilibrio, sino que evitarán trastornos digestivos, intoxicaciones alimentarias, excesos de alcohol con sus posteriores consecuencias y sobre todo, te permitirán darte esos pequeños gustos sin sentirte a reventar los días siguientes.
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