¿ RecordĆ”is las primeras ediciones del programa de David Letterman, que contenĆan una sección dedicada a lo que podĆan hacer los animales do...
¿ RecordĆ”is las primeras ediciones del programa de David Letterman, que contenĆan una sección dedicada a lo que podĆan hacer los animales domĆ©sticos? Si no lo habĆ©is visto nunca o lo no recordĆ”is, os harĆ© un resumen: un zoquete llevaba al programa a su caniche bien acicalado y le obligaba a saltar por un aro en llamas para ganar un premio (por lo general, una galleta) y los elogios sin sentido del pĆŗblico. Era un espectĆ”culo absurdo, pero divertido de una manera pervertida y estĆŗpida. No vi que ningĆŗn can llegara a quemarse, pero esa posibilidad siempre existĆa.
Cuando pienso en el culturismo y en las hormonas tiroideas, siempre me viene a la mente una de esas imĆ”genes del programa de Letterman. Tenemos a un culturista (el caniche acicalado) que utiliza una sustancia peligrosa (las hormonas tiroideas —el aro de fuego—) para ganar un trofeo y quizĆ”s algĆŗn dinero (la galleta). Creo que es una buena analogĆa. En la actualidad, recibo entre 50 y 100 mensajes semanales de los lectores. Al principio, la mayorĆa solicitaba información sobre los esteroides, pero Ćŗltimamente me llegan cada vez mĆ”s con la siguiente pregunta: ¿cómo debo utilizar las hormonas tiroideas para recortarme? Alrededor de un 75% de estas consultas proceden de mujeres que piensan que tragar pastillas —y no el trabajo duro y la determinación— constituye el mejor modo de perder grasa.
No siento demasiado interĆ©s por las hormonas tiroideas porque opino que son de los preparados farmacĆ©uticos mĆ”s peligrosos del arsenal quĆmico de los culturistas —sin duda, son mĆ”s peligrosas que los esferoides—. Mi intención es la de ilustraros acerca de la naturaleza de estas hormonas y quizĆ”s entonces comprendĆ”is por quĆ© no siento demasiado interĆ©s por ellas.
LAS TIROIDES GEMELAS
Las hormonas tiroideas tienen un efecto marcado sobre el metabolismo, la función cardiaca, el crecimiento y el desarrollo. El ritmo metabólico de la mayorĆa de las cĆ©lulas se ve directamente afectado y modulado por estas hormonas. Asimismo, aumentan tanto la fuerza como la velocidad de las contracciones cardiacas. Durante la infancia y la adolescencia, estimulan la madurez. La ausencia de estas hormonas conduce de manera irreversible al enanismo y a un retraso mental profundo.
La tiroides, una glÔndula con forma de reloj de arena que se encuentra en la garganta, secreta dos hormonas bioactivas: la triiodotironina (T3) y la tetraiodotironina (T4, pero conocida también como tiroxina). Como se muestra en la figura A, la estructura de estas dos hormonas es muy similar; la única diferencia reside en que la T4 posee cuatro grupos de yodo mientras que la T3 posee sólo tres. Los efectos biológicos de la T4 y la T3 son bastante parecidos; sin embargo, cuando se comparan en cantidades de moles o microgramos, la T3 es entre tres y cuatro veces mÔs potente que la T4. Y gran parte de la T4 queda convertida en el organismo en T3 por la acción de una enzima denominada 5-deiodasa.
La T3 y la T4 que pueden adquirirse en pildoras I son fĆ”rmacos elaborados por el hombre que precisan prescripción mĆ©dica. Las versiones sintĆ©ticas son idĆ©nticas a las que elabora el organismo. La T3 sintĆ©tica se conoce con el nombre genĆ©rico de liotironina y la T4, con el de levotiroxina. Los fĆ”rmacos que contienen tanto T3 como T4 suelen recibir el nombre genĆ©rico de liotrix. Existe tambiĆ©n una versión inyectable (e increĆblemente peligrosa) de liotironina, pero los culturistas jamĆ”s tendrĆ”n acceso a ella.
ACCIĆN Y SĆNTESIS DE LAS HORMONAS TIROIDEAS
Las hormonas tiroideas realizan tres acciones importantes: la estimulación del uso de la energĆa, la estimulación del corazón y la estimulación del crecimiento y del desarrollo. El uso de la energĆa eleva el ritmo metabólico basal, lo que lleva a un mayor consumo de oxĆgeno, una mayor producción de calor y, por tanto, un mayor gasto calórico. La estimulación del corazón incrementa tanto la fuerza como la velocidad de las contracciones del corazón, lo que causa un aumento de la función cardiaca. De igual modo, las hormonas tiroideas desempeƱan un papel muy importante en el desarrollo y el crecimiento. Durante la infancia, son esenciales para que se produzca un desarrollo normal del cerebro y poseen un efecto significativo en el crecimiento del mĆŗsculo esquelĆ©tico exclusivamente en los niƱos.
La sĆntesis de las hormonas tiroideas se lleva a cabo en cuatro pasos (ver figura B). He rodeado con un cĆrculo los nĆŗmeros del diagrama que se corresponden con las etapas que describirĆ© a continuación. Paso 1: La formación de la hormona tiroidea se inicia con el transporte activo de yoduro a la tiroides. En circunstancias normales, durante este proceso se registran en esta glĆ”ndula concentraciones de yoduro entre 20 y 50 veces superiores a las que se pueden encontrar en el plasma sanguĆneo. Paso 2: A continuación,el yoduro se oxida y se convierte en yodo (la forma bioactiva del yoduro). La enzima peroxidasa es la responsable de esta oxidación.
Paso 3A-3B: El yodo activado se incorpora a los residuos de tirosina, que se encuentran unidos a una tiroglobulina (una gran glucoproteĆna). Como muestro en el diagrama, una molĆ©cula de tirosina puede recibir uno o dos Ć”tomos de yodo, con lo que se produce monoiodotirosina (MIT) o diiodotirosina (DIT). Paso 4A-4B: El Ćŗltimo paso de la producción de hormonas tiroideas consiste en la unión de las tirosinas yodadas. Uniendo una MIT con una DIT se obtiene T3 y uniendo una DIT con otra DIT se obtiene T4.
La secreción hormonal de la tiroides se produce mediante un proceso proteolĆtico. La cantidad de T4 que se libera es superior a la de T3. Sin embargo, gran parte de la T4se convierte en T3 debido a la acción de esa enzima que se encuentra en el tejido perifĆ©rico denominada 5-deiodasa. De hecho, el 75% de la T3 que se encuentra en la corriente sanguĆnea procede de la conversión de T4 en T3.
MĆ”s del 99% de la T3 y T4 que se halla en la corriente sanguĆnea estĆ” unida a proteĆnas plasmĆ”ticas y, por lo tanto, sólo hay disponible una pequeƱa cantidad de hormona tiroidea para producir efectos biológicos. (Si se encuentra unida a una proteĆna, queda inutilizable temporalmente.) Las hormonas tiroideas se eliminan a travĆ©s del metabolismo hepĆ”tico y, puesto que la mayorĆa estĆ” unida a proteĆnas plasmĆ”ticas, tienen una vida media larga: unos dos dĆas la de la T3 y cerca de siete la de la T4.
Las hormonas tiroideas estĆ”n reguladas por el eje hipotĆ”lamo-hipófiso-testicular. El ĆĆŗpotĆ”lamo secreta la hormona liberadora de rirotropina (TRH), que actĆŗa sobre la glĆ”ndula pituitaria anterior, lo que causa la secreción de la hormona estimuladora de la tiroides (TSH). La TSH actĆŗa entonces sobre la glĆ”ndula tiroides y estimula todos los aspectos relacionados con la secreción de hormonas tiroideas. Si tomo sustancias tiroideas sintĆ©ticas, mi nivel de T3 y T4 en plasma aumentarĆ”. El hipotĆ”lamo detectarĆ” este incremento y reducirĆ” la producción de TRH y. por consiguiente, el nivel endógeno de hormonas tiroideas descenderĆ”.
UN PACTO CON EL DIABLO
Si sois inteligentes, comprenderĆ©is las consecuencias que el consumo de hormonas tiroideas puede acarrear a un culturista. En el caso de que no seĆ”is tan inteligentes, os las explicarĆ©. Los culturistas utilizan las hormonas tiroideas para aumentar su ritmo metabólico y poder, asĆ, quemar mĆ”s calorĆas (con la esperanza de que sea tejido adiposo, aunque no siempre es asĆ). Este mĆ©todo es potencialmente Ćŗtil en las ocasiones en las que el culturista debe desprenderse de una gran cantidad de grasa en un espacio de tiempo breve a fin de presentarse a esa competición tan importante.
No me gustan las hormonas tiroideas por un par de razones. No cabe duda de que a corto plazo estas hormonas os harÔn perder grasa a una velocidad supersónica. No obstante, utilizarlas es como hacer un pacto con el diablo. Lo pagaréis mÔs tarde, y con intereses. A diferencia del eje hormonal que controla la producción de andrógenos. el eje que controla la producción de hormonas tiroideas no es tan piadoso. Por lo tanto, si una persona utiliza una cantidad excesiva de sustancias tiroideas durante un espacio prolongado de tiempo, su cuerpo reducirÔ o detendrÔ de manera definitiva su producción. DeberÔ seguir tratamiento médico el resto de su vida.
Los culturistas que utilizan hormonas tiroideas suelen tener un aspecto fantĆ”stico el dĆa de la competición, pero al cabo de un mes ganan entrĆ© 10 y 15 kilos de grasa. Tenedlo presente: el exceso de hormonas tiroideas aumenta el ritmo metabólico basal, pero tambiĆ©n ocurre lo contrario; el dĆ©ficit de estas hormonas reducirĆ” en gran medida el ritmo metabólico. Cuando los culturistas abandonen los preparados tiroideos, sufrirĆ”n hipotiroidismo de manera temporal (con un poco de suerte). Su glĆ”ndula tiroides no secretarĆ” la suficiente cantidad de hormonas para mantener un ritmo metabólico elevado. Tienen dos opciones: comer de manera normal y ponerse como un elefante o morirse de hambre y no engordar.
MANTENEOS ALEJADOS DE ESTAS SUSTANCIAS Y ELIMINAD EL EXCESO DE GRASA MEDIANTE LA DIETA Y EL ENTRENAMIENTO ADECUADOS
¿RecordĆ”is que he mencionado que las hormonas tiroideas causan cambios en la función cardiaca? Bueno, un exceso de este tipo de hormonas puede provocar una enfermedad denominada tormenta tiroidea, que puede ser fatal si no se trata de inmediato. Entre los efectos secundarios que se derivan del consumo de estas sustancias destacan la taquicardia, dolor anginoso, temblores, nerviosismo, insomnio, hipertermia, intolerancia al calor y sudor profuso. Si una persona necesita estar fantĆ”stica una o dos semanas al aƱo y no le importa el aspecto que pueda tener el resto del tiempo, las hormonas tiroideas podrĆan constituir una opción aceptable. Si yo deseara tener buen aspecto todo el aƱo, no tocarĆa esos fĆ”rmacos.
Existe todo tipo de mediación tiroidea. La que se utiliza con mÔs frecuencia en Estados Unidos son Cytomel (liotironina que se presenta en comprimidos de 5 y 25 microgramos), Synthroid (comprimidos de 50 a 500 microgramos de levotiroxina) y Thyolar (liotrix presentado en comprimidos de 60 microgramos en una proporción de T4 y T3 de 4:1). Existe un fÔrmaco en Europa denominado Triacana que es casi una sustancia tiroidea, un derivado de la liotironina con algunas diferencias en los aminoÔcidos que lo distinguen del resto de preparados tiroideos y que, en principio, no es tan perjudicial para el eje hormonal. No he visto nunca Triacana, asà que supongo que su disponibilidad es bastante reducida.
Si me decidiera a utilizar un fĆ”rmaco tiroideo para perder grasa, lo mĆ”s probable es que optara por Cytomel (comprimidos de liotironina), pues es el que posee una acción mĆ”s breve. Seguramente no tomarĆa mĆ”s de entre 15 y 25 microgramos diarios y no durante largo tiempo —como mucho, 21 dĆas—. Es posible que muchos culturistas se mofen de mi precaución. He oĆdo decir que algunos insensatos toman la friolera de 400 microgramos de Cytomel diarios durante varias semanas. Todos ellos, sin excepciones, han experimentado efectos secundarios graves. Otros culturistas os dirĆ”n que no podrĆ©is perder grasa a menos que tomĆ©is mĆ”s de 50 microgramos diarios, pero muchos de ellos han estado tomando estas sustancias de manera ininterrumpida durante varios aƱos. Observad lo que les ocurrirĆ” cuando las abandonen, si es que las abandonan. Conozco a una mujer que fue reina del fitness y que decidió dejar de utilizar estas sustancias. En poco menos de tres meses pasó de pesar unos esbeltos 55 kilos a unos fofos 82. Estaba horrorosa. Os garantizo que no volverĆ©is a ver en un escenario a una estrella que era conocida en todo este paĆs. Su eje hormonal sufrió tal alteración que ni siquiera logró perder la grasa que habĆa ganado recurriendo de nuevo a los preparados tiroideos.
He aquĆ otros hechos que no deben olvidarse. Los fĆ”rmacos tiroideos elevan el ritmo metabólico basal y, por lo tanto, la temperatura corporal. Cualquier persona que utilice estas sustancias tendrĆ” un aspecto sudoroso y sentirĆ” calor. Por cada grado Fahrenheit que se eleve la temperatura corporal normal, quemarĆ©is un 7% mĆ”s de calorĆas de lo habitual a fin de producir este exceso de energĆa calorĆfica. Si seguĆs una dieta de 3.000 calorĆas diarias, sólo quemarĆ©is 210 calorĆas mĆ”s cada dĆa (o poco menos de 225 gramos de grasa por semana). Si creĆ©is que podĆ©is elevar hasta ese punto vuestra temperatura corporal mediante los fĆ”rmacos tiroideos, estĆ”is equivocados. NecesitĆ”is una cantidad significativa para experimentar un ascenso de apenas uno o dos grados. Aumentad la cantidad de estas sustancias y sufrirĆ©is unos efectos secundarios que no os gustarĆ”n. Y ese aumento de la temperatura os harĆ” sentir fatal, como si tuvierais la gripe. Probablemente, lo mejor es que os mantengĆ”is alejados de estas sustancias y eliminĆ©is el exceso de grasa mediante la dieta y el entrenamiento adecuados. El riesgo que representa utilizar hormonas tiroideas (junto con otras sustancias para perder peso, como la dexfenfluramina, la fentermina, la fenilpropanolamina, el dinitrofenol y el clenbuterol) no compensa los resultados. Hacer un pacto con el diablo tiroideo os podrĆa costar vuestra alma culturista.
Cuando pienso en el culturismo y en las hormonas tiroideas, siempre me viene a la mente una de esas imĆ”genes del programa de Letterman. Tenemos a un culturista (el caniche acicalado) que utiliza una sustancia peligrosa (las hormonas tiroideas —el aro de fuego—) para ganar un trofeo y quizĆ”s algĆŗn dinero (la galleta). Creo que es una buena analogĆa. En la actualidad, recibo entre 50 y 100 mensajes semanales de los lectores. Al principio, la mayorĆa solicitaba información sobre los esteroides, pero Ćŗltimamente me llegan cada vez mĆ”s con la siguiente pregunta: ¿cómo debo utilizar las hormonas tiroideas para recortarme? Alrededor de un 75% de estas consultas proceden de mujeres que piensan que tragar pastillas —y no el trabajo duro y la determinación— constituye el mejor modo de perder grasa.
No siento demasiado interĆ©s por las hormonas tiroideas porque opino que son de los preparados farmacĆ©uticos mĆ”s peligrosos del arsenal quĆmico de los culturistas —sin duda, son mĆ”s peligrosas que los esferoides—. Mi intención es la de ilustraros acerca de la naturaleza de estas hormonas y quizĆ”s entonces comprendĆ”is por quĆ© no siento demasiado interĆ©s por ellas.
LAS TIROIDES GEMELAS

La tiroides, una glÔndula con forma de reloj de arena que se encuentra en la garganta, secreta dos hormonas bioactivas: la triiodotironina (T3) y la tetraiodotironina (T4, pero conocida también como tiroxina). Como se muestra en la figura A, la estructura de estas dos hormonas es muy similar; la única diferencia reside en que la T4 posee cuatro grupos de yodo mientras que la T3 posee sólo tres. Los efectos biológicos de la T4 y la T3 son bastante parecidos; sin embargo, cuando se comparan en cantidades de moles o microgramos, la T3 es entre tres y cuatro veces mÔs potente que la T4. Y gran parte de la T4 queda convertida en el organismo en T3 por la acción de una enzima denominada 5-deiodasa.
La T3 y la T4 que pueden adquirirse en pildoras I son fĆ”rmacos elaborados por el hombre que precisan prescripción mĆ©dica. Las versiones sintĆ©ticas son idĆ©nticas a las que elabora el organismo. La T3 sintĆ©tica se conoce con el nombre genĆ©rico de liotironina y la T4, con el de levotiroxina. Los fĆ”rmacos que contienen tanto T3 como T4 suelen recibir el nombre genĆ©rico de liotrix. Existe tambiĆ©n una versión inyectable (e increĆblemente peligrosa) de liotironina, pero los culturistas jamĆ”s tendrĆ”n acceso a ella.
ACCIĆN Y SĆNTESIS DE LAS HORMONAS TIROIDEAS
Las hormonas tiroideas realizan tres acciones importantes: la estimulación del uso de la energĆa, la estimulación del corazón y la estimulación del crecimiento y del desarrollo. El uso de la energĆa eleva el ritmo metabólico basal, lo que lleva a un mayor consumo de oxĆgeno, una mayor producción de calor y, por tanto, un mayor gasto calórico. La estimulación del corazón incrementa tanto la fuerza como la velocidad de las contracciones del corazón, lo que causa un aumento de la función cardiaca. De igual modo, las hormonas tiroideas desempeƱan un papel muy importante en el desarrollo y el crecimiento. Durante la infancia, son esenciales para que se produzca un desarrollo normal del cerebro y poseen un efecto significativo en el crecimiento del mĆŗsculo esquelĆ©tico exclusivamente en los niƱos.

Paso 3A-3B: El yodo activado se incorpora a los residuos de tirosina, que se encuentran unidos a una tiroglobulina (una gran glucoproteĆna). Como muestro en el diagrama, una molĆ©cula de tirosina puede recibir uno o dos Ć”tomos de yodo, con lo que se produce monoiodotirosina (MIT) o diiodotirosina (DIT). Paso 4A-4B: El Ćŗltimo paso de la producción de hormonas tiroideas consiste en la unión de las tirosinas yodadas. Uniendo una MIT con una DIT se obtiene T3 y uniendo una DIT con otra DIT se obtiene T4.
La secreción hormonal de la tiroides se produce mediante un proceso proteolĆtico. La cantidad de T4 que se libera es superior a la de T3. Sin embargo, gran parte de la T4se convierte en T3 debido a la acción de esa enzima que se encuentra en el tejido perifĆ©rico denominada 5-deiodasa. De hecho, el 75% de la T3 que se encuentra en la corriente sanguĆnea procede de la conversión de T4 en T3.
MĆ”s del 99% de la T3 y T4 que se halla en la corriente sanguĆnea estĆ” unida a proteĆnas plasmĆ”ticas y, por lo tanto, sólo hay disponible una pequeƱa cantidad de hormona tiroidea para producir efectos biológicos. (Si se encuentra unida a una proteĆna, queda inutilizable temporalmente.) Las hormonas tiroideas se eliminan a travĆ©s del metabolismo hepĆ”tico y, puesto que la mayorĆa estĆ” unida a proteĆnas plasmĆ”ticas, tienen una vida media larga: unos dos dĆas la de la T3 y cerca de siete la de la T4.
Las hormonas tiroideas estĆ”n reguladas por el eje hipotĆ”lamo-hipófiso-testicular. El ĆĆŗpotĆ”lamo secreta la hormona liberadora de rirotropina (TRH), que actĆŗa sobre la glĆ”ndula pituitaria anterior, lo que causa la secreción de la hormona estimuladora de la tiroides (TSH). La TSH actĆŗa entonces sobre la glĆ”ndula tiroides y estimula todos los aspectos relacionados con la secreción de hormonas tiroideas. Si tomo sustancias tiroideas sintĆ©ticas, mi nivel de T3 y T4 en plasma aumentarĆ”. El hipotĆ”lamo detectarĆ” este incremento y reducirĆ” la producción de TRH y. por consiguiente, el nivel endógeno de hormonas tiroideas descenderĆ”.
UN PACTO CON EL DIABLO
Si sois inteligentes, comprenderĆ©is las consecuencias que el consumo de hormonas tiroideas puede acarrear a un culturista. En el caso de que no seĆ”is tan inteligentes, os las explicarĆ©. Los culturistas utilizan las hormonas tiroideas para aumentar su ritmo metabólico y poder, asĆ, quemar mĆ”s calorĆas (con la esperanza de que sea tejido adiposo, aunque no siempre es asĆ). Este mĆ©todo es potencialmente Ćŗtil en las ocasiones en las que el culturista debe desprenderse de una gran cantidad de grasa en un espacio de tiempo breve a fin de presentarse a esa competición tan importante.
No me gustan las hormonas tiroideas por un par de razones. No cabe duda de que a corto plazo estas hormonas os harÔn perder grasa a una velocidad supersónica. No obstante, utilizarlas es como hacer un pacto con el diablo. Lo pagaréis mÔs tarde, y con intereses. A diferencia del eje hormonal que controla la producción de andrógenos. el eje que controla la producción de hormonas tiroideas no es tan piadoso. Por lo tanto, si una persona utiliza una cantidad excesiva de sustancias tiroideas durante un espacio prolongado de tiempo, su cuerpo reducirÔ o detendrÔ de manera definitiva su producción. DeberÔ seguir tratamiento médico el resto de su vida.
Los culturistas que utilizan hormonas tiroideas suelen tener un aspecto fantĆ”stico el dĆa de la competición, pero al cabo de un mes ganan entrĆ© 10 y 15 kilos de grasa. Tenedlo presente: el exceso de hormonas tiroideas aumenta el ritmo metabólico basal, pero tambiĆ©n ocurre lo contrario; el dĆ©ficit de estas hormonas reducirĆ” en gran medida el ritmo metabólico. Cuando los culturistas abandonen los preparados tiroideos, sufrirĆ”n hipotiroidismo de manera temporal (con un poco de suerte). Su glĆ”ndula tiroides no secretarĆ” la suficiente cantidad de hormonas para mantener un ritmo metabólico elevado. Tienen dos opciones: comer de manera normal y ponerse como un elefante o morirse de hambre y no engordar.
MANTENEOS ALEJADOS DE ESTAS SUSTANCIAS Y ELIMINAD EL EXCESO DE GRASA MEDIANTE LA DIETA Y EL ENTRENAMIENTO ADECUADOS
¿RecordĆ”is que he mencionado que las hormonas tiroideas causan cambios en la función cardiaca? Bueno, un exceso de este tipo de hormonas puede provocar una enfermedad denominada tormenta tiroidea, que puede ser fatal si no se trata de inmediato. Entre los efectos secundarios que se derivan del consumo de estas sustancias destacan la taquicardia, dolor anginoso, temblores, nerviosismo, insomnio, hipertermia, intolerancia al calor y sudor profuso. Si una persona necesita estar fantĆ”stica una o dos semanas al aƱo y no le importa el aspecto que pueda tener el resto del tiempo, las hormonas tiroideas podrĆan constituir una opción aceptable. Si yo deseara tener buen aspecto todo el aƱo, no tocarĆa esos fĆ”rmacos.
Existe todo tipo de mediación tiroidea. La que se utiliza con mÔs frecuencia en Estados Unidos son Cytomel (liotironina que se presenta en comprimidos de 5 y 25 microgramos), Synthroid (comprimidos de 50 a 500 microgramos de levotiroxina) y Thyolar (liotrix presentado en comprimidos de 60 microgramos en una proporción de T4 y T3 de 4:1). Existe un fÔrmaco en Europa denominado Triacana que es casi una sustancia tiroidea, un derivado de la liotironina con algunas diferencias en los aminoÔcidos que lo distinguen del resto de preparados tiroideos y que, en principio, no es tan perjudicial para el eje hormonal. No he visto nunca Triacana, asà que supongo que su disponibilidad es bastante reducida.
Si me decidiera a utilizar un fĆ”rmaco tiroideo para perder grasa, lo mĆ”s probable es que optara por Cytomel (comprimidos de liotironina), pues es el que posee una acción mĆ”s breve. Seguramente no tomarĆa mĆ”s de entre 15 y 25 microgramos diarios y no durante largo tiempo —como mucho, 21 dĆas—. Es posible que muchos culturistas se mofen de mi precaución. He oĆdo decir que algunos insensatos toman la friolera de 400 microgramos de Cytomel diarios durante varias semanas. Todos ellos, sin excepciones, han experimentado efectos secundarios graves. Otros culturistas os dirĆ”n que no podrĆ©is perder grasa a menos que tomĆ©is mĆ”s de 50 microgramos diarios, pero muchos de ellos han estado tomando estas sustancias de manera ininterrumpida durante varios aƱos. Observad lo que les ocurrirĆ” cuando las abandonen, si es que las abandonan. Conozco a una mujer que fue reina del fitness y que decidió dejar de utilizar estas sustancias. En poco menos de tres meses pasó de pesar unos esbeltos 55 kilos a unos fofos 82. Estaba horrorosa. Os garantizo que no volverĆ©is a ver en un escenario a una estrella que era conocida en todo este paĆs. Su eje hormonal sufrió tal alteración que ni siquiera logró perder la grasa que habĆa ganado recurriendo de nuevo a los preparados tiroideos.
He aquĆ otros hechos que no deben olvidarse. Los fĆ”rmacos tiroideos elevan el ritmo metabólico basal y, por lo tanto, la temperatura corporal. Cualquier persona que utilice estas sustancias tendrĆ” un aspecto sudoroso y sentirĆ” calor. Por cada grado Fahrenheit que se eleve la temperatura corporal normal, quemarĆ©is un 7% mĆ”s de calorĆas de lo habitual a fin de producir este exceso de energĆa calorĆfica. Si seguĆs una dieta de 3.000 calorĆas diarias, sólo quemarĆ©is 210 calorĆas mĆ”s cada dĆa (o poco menos de 225 gramos de grasa por semana). Si creĆ©is que podĆ©is elevar hasta ese punto vuestra temperatura corporal mediante los fĆ”rmacos tiroideos, estĆ”is equivocados. NecesitĆ”is una cantidad significativa para experimentar un ascenso de apenas uno o dos grados. Aumentad la cantidad de estas sustancias y sufrirĆ©is unos efectos secundarios que no os gustarĆ”n. Y ese aumento de la temperatura os harĆ” sentir fatal, como si tuvierais la gripe. Probablemente, lo mejor es que os mantengĆ”is alejados de estas sustancias y eliminĆ©is el exceso de grasa mediante la dieta y el entrenamiento adecuados. El riesgo que representa utilizar hormonas tiroideas (junto con otras sustancias para perder peso, como la dexfenfluramina, la fentermina, la fenilpropanolamina, el dinitrofenol y el clenbuterol) no compensa los resultados. Hacer un pacto con el diablo tiroideo os podrĆa costar vuestra alma culturista.
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