El argentino, afincado en Navarra (España) desde hace una década y dueño del gimnasio Olympia, ganó el título en Polonia. "Es un deport...
El argentino, afincado en Navarra (España) desde hace una década y dueño del gimnasio Olympia, ganó el título en Polonia. "Es un deporte muy sacrificado. Por ejemplo, llevo desde julio sólo con agua, pechuga de pollo y suplementos alimenticios" "No es lo que mucha gente imagina, nosotros también pasamos controles y existe una normativa para que no haya dopaje"
Casi cinco meses con una dieta estricta a base de pechuga de pollo, agua y suplementos alimenticios específicos, además de una hora diaria de musculación y dos horas más de ejercicio cardiovascular (carrera, bicicleta...). Todo ello para afinar al máximo cada uno de los músculos de su cuerpot y poder competir con los mejores fisioculturistas del mundo.
Eso es lo que Leonardo Carballo Márquez -argentino de nacimiento, aunque residente en Pamplona desde hace diez años- ha realizado desde los pasados Sanfermines. Un esfuerzo y una autodisciplina de hierro que, el pasado domingo en la localidad polaca de Byalistock, le permitió ser proclamado como nuevo campeón del mundo de la especialidad, dentro de la categoría de menos de 80 kilos y entre 40 y 49 años.
"Nada más escuchar que decían mi nombre y que era el nuevo campeón del mundo me eché a llorar emocionado. Durante 20 años he soñado con llegar a lo más alto en este deporte y, por fin, lo había conseguido", explica este deportista de 40 años recién llegado a Pamplona tras el viaje con el resto de la selección española que participó en la cita.
Vigente campeón de España absoluto, dos veces subcampeón nacional, campeón argentino hace ya diez años... el curriculum de Carballo está plagado de éxitos. El secreto: "No hay más que el trabajar, la capacidad de sacrificio y el contar con un grupo humano -padres, pareja, hijos, amigos...- que te arrope y te entienda".Además, sale al paso de quienes pueden ver en su físico ayudas del dopaje. "Aquí también pasamos controles antidopaje y está todo regulado para evitar ese tipo de trampas. Hay una normativa muy clara y existen sanciones duras para quien se dopa", afirma Carballo.
Al dueño y entrenador del gimnasio pamplonés Olympia, no se le escapa que esta modalidad deportiva es minoritaria. "Lo es porque exige mucho sacrificio a quien quiera llegar a competir Muchísima gente va a los gimnasio y hace pesas -explica-. De ellos, un 95 por ciento lo hace para lucir un buen cuerpo en la playa, en la piscina... pero ve "excesivo" el cuerpo necesario para competir. El 5 por ciento restante sí buscamos pasar a este otro nivel. De todas formas, es cierto que es una práctica que o te gusta o te produce rechazo. Es así".
Para llegar al nivel de proclamarse campeón del mundo, Carballo reconoce "que ha tenido que dejar de lado" en los últimos meses muchas relaciones sociales. "Es un deporte egoista, si no tienes ese egoismo mínimo necesario, no llegas a este nivel. Tienes que estar las 24 horas centrado en esto, concentrad. No hay tiempo para más", explica. Quizá por eso reconoce que, una vez conseguido el título, el próximo mes lo va a pasar "a base de pizza, chocolate... e intentando recuperar esas relaciones que he dejado un tanto de lado".
Casi cinco meses con una dieta estricta a base de pechuga de pollo, agua y suplementos alimenticios específicos, además de una hora diaria de musculación y dos horas más de ejercicio cardiovascular (carrera, bicicleta...). Todo ello para afinar al máximo cada uno de los músculos de su cuerpot y poder competir con los mejores fisioculturistas del mundo.
Eso es lo que Leonardo Carballo Márquez -argentino de nacimiento, aunque residente en Pamplona desde hace diez años- ha realizado desde los pasados Sanfermines. Un esfuerzo y una autodisciplina de hierro que, el pasado domingo en la localidad polaca de Byalistock, le permitió ser proclamado como nuevo campeón del mundo de la especialidad, dentro de la categoría de menos de 80 kilos y entre 40 y 49 años.
"Nada más escuchar que decían mi nombre y que era el nuevo campeón del mundo me eché a llorar emocionado. Durante 20 años he soñado con llegar a lo más alto en este deporte y, por fin, lo había conseguido", explica este deportista de 40 años recién llegado a Pamplona tras el viaje con el resto de la selección española que participó en la cita.
Vigente campeón de España absoluto, dos veces subcampeón nacional, campeón argentino hace ya diez años... el curriculum de Carballo está plagado de éxitos. El secreto: "No hay más que el trabajar, la capacidad de sacrificio y el contar con un grupo humano -padres, pareja, hijos, amigos...- que te arrope y te entienda".Además, sale al paso de quienes pueden ver en su físico ayudas del dopaje. "Aquí también pasamos controles antidopaje y está todo regulado para evitar ese tipo de trampas. Hay una normativa muy clara y existen sanciones duras para quien se dopa", afirma Carballo.
Al dueño y entrenador del gimnasio pamplonés Olympia, no se le escapa que esta modalidad deportiva es minoritaria. "Lo es porque exige mucho sacrificio a quien quiera llegar a competir Muchísima gente va a los gimnasio y hace pesas -explica-. De ellos, un 95 por ciento lo hace para lucir un buen cuerpo en la playa, en la piscina... pero ve "excesivo" el cuerpo necesario para competir. El 5 por ciento restante sí buscamos pasar a este otro nivel. De todas formas, es cierto que es una práctica que o te gusta o te produce rechazo. Es así".
Para llegar al nivel de proclamarse campeón del mundo, Carballo reconoce "que ha tenido que dejar de lado" en los últimos meses muchas relaciones sociales. "Es un deporte egoista, si no tienes ese egoismo mínimo necesario, no llegas a este nivel. Tienes que estar las 24 horas centrado en esto, concentrad. No hay tiempo para más", explica. Quizá por eso reconoce que, una vez conseguido el título, el próximo mes lo va a pasar "a base de pizza, chocolate... e intentando recuperar esas relaciones que he dejado un tanto de lado".
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