Incontinencia urinaria Los problemas urinarios afectan a millones de mujeres; de hecho, una de cada tres mujeres despuƩs de los 50 aƱos pres...
Incontinencia urinaria
Los problemas urinarios afectan a millones de mujeres; de hecho, una de cada tres mujeres después de los 50 años presenta algún tipo de afectación urinaria. La integridad de la mucosa urinaria es estrógeno dependiente.
Tras la menopausia, la calidad y el sostĆ©n de los sistemas de anclaje del suelo pĆ©lvico (mĆŗsculos y ligamentos) se debilitan y facilitan la aparición de trastornos urinarios o los acentĆŗan si ya existĆan. Las mujeres con antecedentes de partos difĆciles (niƱos grandes, fórceps) son las mĆ”s susceptibles de padecer estos trastornos.
Se caracterizan fundamentalmente por la incontinencia de estrĆ©s, que consiste en pĆ©rdidas de orina involuntarias, sin sensación de necesidad, asociadas a la realización de esfuerzos mĆnimos (tos, saltos, risa...). TambiĆ©n puede presentarse una cierta inestabilidad de la vejiga que se traduce en emisiones de orina frecuentes e imperiosas (cistitis), incluso si aquĆ©lla estĆ” vacĆa. Estas alteraciones urinarias pueden estar asociadas a descensos de órganos genitourinarios (prolapsos).
Muchas mujeres se sienten muy inseguras a causa de la pƩrdida involuntaria de la orina, hasta el punto de que en ocasiones les preocupa incluso salir de casa. Muchas de ellas no consultan este problema con el mƩdico porque piensan que es producto del envejecimiento natural o porque les causa un cierto embarazo.
La verdad es que hoy en dĆa la mayorĆa de las incontinencias urinarias se corrigen o mejoran.
Los mĆ©dicos que se dedican a la salud de la mujer no deben olvidar la existencia de estos trastornos urinarios. Cuando una mujer acude a la consulta del mĆ©dico Ć©ste deberĆ” hacer las siguientes preguntas: ¿Pierde usted la orina, orina muchas veces, necesita levantarse por las noches o incluso se despierta por tener ganas de orinar?
El problema que suscitan todos estos sĆntomas urinarios es mĆ”s importante de lo que creemos, porque aunque en sĆ no son graves, pueden llegar a provocar alteraciones en el comportamiento. No es extraƱo que una mujer que sufre pĆ©rdida de orina involuntaria o que siente necesidad de orinar cada poco tiempo no quiera ir de excursión o incluso al teatro o al cine, porque no desea molestar a nadie o porque se siente sucia continuamente. Muchas veces estos trastornos ocasionan una disminución de sus relaciones sexuales. Por eso pensamos que es muy importante diagnosticar y corregir esta sintomatologĆa.
El diagnóstico se realiza a travĆ©s del interrogatorio, de la exploración fĆsica y de la realización de unos estudios (urodinĆ”micos y cistografĆa). Estas pruebas funcionales nos ayudan a conocer la causa de la incontinencia para poder instaurar el tratamiento adecuado.
De acuerdo con las causas, el tratamiento dirigido a la incontinencia urinaria puede ser realizado de varios modos:
- Fortalecimiento de la musculatura: a travĆ©s de ejercicios y estĆmulos es posible fortalecer la musculatura abdominal y pĆ©lvica. Los ejercicios son una medida coadyuvante para otras modalidades de tratamiento.
- Administración de estrógenos: de esta manera aumentamos el tono y mejoramos la involución que sufre la vejiga y la uretra. La administración de estrógenos incrementa la circulación de esta zona y logra resultados buenos en este tipo de trastornos, sobre todo en la incontinencia leve.
- CirugĆa: las formas graves de incontinencia, el descenso de la vejiga o la pĆ©rdida anatómica de la uretra pueden ser tratados quirĆŗrgicamente.
Asimismo existen ciertos tipos de incontinencia que responden a medicaciones que actĆŗan sobre el control nervioso de la vejiga.
Atrofia del aparato genital
La vulva y el perinƩ (zona situada entre la vagina y el ano) son muy sensibles a los cambios hormonales en la menopausia. DespuƩs de la menopausia las zonas vulvares se van adelgazando progresivamente y aumentan su fragilidad, por lo que puede causar pƩrdida de sensibilidad y dolor durante las relaciones sexuales (dispareunia).
El vello púbico empieza a desaparecer, y toda la piel de la zona se hace francamente fina. El tejido y grasa subcutÔneos disminuyen de tal manera que los labios mayores y menores se van borrando. Esto provoca una reducción de la entrada de la vagina (introito vulvar). Asimismo la irritación y la quemazón o picor de esta zona son frecuentes.
La mucosa vaginal se altera y se vuelve mĆ”s tensa y disminuye la producción de flujo, con lo que la vagina estĆ” mucho mĆ”s seca. Ćsta se irrita y sangra con facilidad (vaginitis).
LucĆa tiene 57 aƱos y es viuda desde hace 12. Hace unos meses ha conocido a un hombre con el que ha comenzado a tener relaciones sexuales despuĆ©s de todos estos aƱos. EstĆ” ilusionada, enamorada, y desde luego le apetece tener relaciones sexuales. Pero las primeras que ha tenido, despuĆ©s de tanto tiempo, han sido muy dolorosas; se ha sentido con mucha sequedad y ademĆ”s ahora nota mucha quemazón. Nunca se habrĆa imaginado que volver a tener relaciones sexuales fuera tan molesto.
Lamentablemente, la historia de LucĆa es muy frecuente. Por una parte la vulva y la vagina, al dejar de tener estrógenos por la menopausia, se han hecho mĆ”s cortas y estrechas, lo que dificulta en parte las relaciones sexuales; ademĆ”s al haber disminuido la cantidad de flujo hace que sea mĆ”s fĆ”cil la erosión de la mucosa vaginal; por eso se nota quemazón. Por otra parte, las relaciones sexuales continuadas mantienen mĆ”s elĆ”sticos y menos atróficos los tejidos. Por eso las relaciones sexuales, despuĆ©s de tanto tiempo, le han resultado mĆ”s molestas.
Pero LucĆa tiene muchas posibilidades de mejorar y poder mantener unas relaciones sexuales satisfactorias. Aunque existen geles lubricantes que alivian estos trastornos, el tratamiento con estrógenos serĆ” el mĆ”s adecuado porque aumenta el aporte sanguĆneo de esta zona. Al llegar mĆ”s sangre a la zona, los tejidos de la vagina y de la vulva se revitalizan y aumentan su elasticidad y lubrificación.
Todas las mujeres pueden beneficiarse del tratamiento estrogénico, ya que la que necesita tratamiento hormonal sustitutivo notarÔ también sus efectos positivos en la vulva y la vagina y la que no lo sigue o lo tenga contraindicado puede recurrir a los tratamientos locales (óvulos, cremas) que no tienen repercusión en el organismo.
Los problemas urinarios afectan a millones de mujeres; de hecho, una de cada tres mujeres después de los 50 años presenta algún tipo de afectación urinaria. La integridad de la mucosa urinaria es estrógeno dependiente.
Tras la menopausia, la calidad y el sostĆ©n de los sistemas de anclaje del suelo pĆ©lvico (mĆŗsculos y ligamentos) se debilitan y facilitan la aparición de trastornos urinarios o los acentĆŗan si ya existĆan. Las mujeres con antecedentes de partos difĆciles (niƱos grandes, fórceps) son las mĆ”s susceptibles de padecer estos trastornos.
Se caracterizan fundamentalmente por la incontinencia de estrĆ©s, que consiste en pĆ©rdidas de orina involuntarias, sin sensación de necesidad, asociadas a la realización de esfuerzos mĆnimos (tos, saltos, risa...). TambiĆ©n puede presentarse una cierta inestabilidad de la vejiga que se traduce en emisiones de orina frecuentes e imperiosas (cistitis), incluso si aquĆ©lla estĆ” vacĆa. Estas alteraciones urinarias pueden estar asociadas a descensos de órganos genitourinarios (prolapsos).
Muchas mujeres se sienten muy inseguras a causa de la pƩrdida involuntaria de la orina, hasta el punto de que en ocasiones les preocupa incluso salir de casa. Muchas de ellas no consultan este problema con el mƩdico porque piensan que es producto del envejecimiento natural o porque les causa un cierto embarazo.
La verdad es que hoy en dĆa la mayorĆa de las incontinencias urinarias se corrigen o mejoran.
Los mĆ©dicos que se dedican a la salud de la mujer no deben olvidar la existencia de estos trastornos urinarios. Cuando una mujer acude a la consulta del mĆ©dico Ć©ste deberĆ” hacer las siguientes preguntas: ¿Pierde usted la orina, orina muchas veces, necesita levantarse por las noches o incluso se despierta por tener ganas de orinar?
El problema que suscitan todos estos sĆntomas urinarios es mĆ”s importante de lo que creemos, porque aunque en sĆ no son graves, pueden llegar a provocar alteraciones en el comportamiento. No es extraƱo que una mujer que sufre pĆ©rdida de orina involuntaria o que siente necesidad de orinar cada poco tiempo no quiera ir de excursión o incluso al teatro o al cine, porque no desea molestar a nadie o porque se siente sucia continuamente. Muchas veces estos trastornos ocasionan una disminución de sus relaciones sexuales. Por eso pensamos que es muy importante diagnosticar y corregir esta sintomatologĆa.
El diagnóstico se realiza a travĆ©s del interrogatorio, de la exploración fĆsica y de la realización de unos estudios (urodinĆ”micos y cistografĆa). Estas pruebas funcionales nos ayudan a conocer la causa de la incontinencia para poder instaurar el tratamiento adecuado.
De acuerdo con las causas, el tratamiento dirigido a la incontinencia urinaria puede ser realizado de varios modos:
- Fortalecimiento de la musculatura: a travĆ©s de ejercicios y estĆmulos es posible fortalecer la musculatura abdominal y pĆ©lvica. Los ejercicios son una medida coadyuvante para otras modalidades de tratamiento.
- Administración de estrógenos: de esta manera aumentamos el tono y mejoramos la involución que sufre la vejiga y la uretra. La administración de estrógenos incrementa la circulación de esta zona y logra resultados buenos en este tipo de trastornos, sobre todo en la incontinencia leve.
- CirugĆa: las formas graves de incontinencia, el descenso de la vejiga o la pĆ©rdida anatómica de la uretra pueden ser tratados quirĆŗrgicamente.
Asimismo existen ciertos tipos de incontinencia que responden a medicaciones que actĆŗan sobre el control nervioso de la vejiga.
Atrofia del aparato genital
La vulva y el perinƩ (zona situada entre la vagina y el ano) son muy sensibles a los cambios hormonales en la menopausia. DespuƩs de la menopausia las zonas vulvares se van adelgazando progresivamente y aumentan su fragilidad, por lo que puede causar pƩrdida de sensibilidad y dolor durante las relaciones sexuales (dispareunia).
El vello púbico empieza a desaparecer, y toda la piel de la zona se hace francamente fina. El tejido y grasa subcutÔneos disminuyen de tal manera que los labios mayores y menores se van borrando. Esto provoca una reducción de la entrada de la vagina (introito vulvar). Asimismo la irritación y la quemazón o picor de esta zona son frecuentes.
La mucosa vaginal se altera y se vuelve mĆ”s tensa y disminuye la producción de flujo, con lo que la vagina estĆ” mucho mĆ”s seca. Ćsta se irrita y sangra con facilidad (vaginitis).
LucĆa tiene 57 aƱos y es viuda desde hace 12. Hace unos meses ha conocido a un hombre con el que ha comenzado a tener relaciones sexuales despuĆ©s de todos estos aƱos. EstĆ” ilusionada, enamorada, y desde luego le apetece tener relaciones sexuales. Pero las primeras que ha tenido, despuĆ©s de tanto tiempo, han sido muy dolorosas; se ha sentido con mucha sequedad y ademĆ”s ahora nota mucha quemazón. Nunca se habrĆa imaginado que volver a tener relaciones sexuales fuera tan molesto.
Lamentablemente, la historia de LucĆa es muy frecuente. Por una parte la vulva y la vagina, al dejar de tener estrógenos por la menopausia, se han hecho mĆ”s cortas y estrechas, lo que dificulta en parte las relaciones sexuales; ademĆ”s al haber disminuido la cantidad de flujo hace que sea mĆ”s fĆ”cil la erosión de la mucosa vaginal; por eso se nota quemazón. Por otra parte, las relaciones sexuales continuadas mantienen mĆ”s elĆ”sticos y menos atróficos los tejidos. Por eso las relaciones sexuales, despuĆ©s de tanto tiempo, le han resultado mĆ”s molestas.
Pero LucĆa tiene muchas posibilidades de mejorar y poder mantener unas relaciones sexuales satisfactorias. Aunque existen geles lubricantes que alivian estos trastornos, el tratamiento con estrógenos serĆ” el mĆ”s adecuado porque aumenta el aporte sanguĆneo de esta zona. Al llegar mĆ”s sangre a la zona, los tejidos de la vagina y de la vulva se revitalizan y aumentan su elasticidad y lubrificación.
Todas las mujeres pueden beneficiarse del tratamiento estrogénico, ya que la que necesita tratamiento hormonal sustitutivo notarÔ también sus efectos positivos en la vulva y la vagina y la que no lo sigue o lo tenga contraindicado puede recurrir a los tratamientos locales (óvulos, cremas) que no tienen repercusión en el organismo.

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