Tipos de hipertrofia

Es habitual decir que se asiste a un gimnasio con el fin de hipertrofiar, sin dar más especificaciones al respecto. Sin embargo, para quien ...

Es habitual decir que se asiste a un gimnasio con el fin de hipertrofiar, sin dar más especificaciones al respecto. Sin embargo, para quien planifica las rutinas de musculación debe estar clara la diferencia entre dos formas bien distintas: la hipertrofia sarcomérica o adaptativa y la sarcoplasmática

Pero, ¿en qué consisten ambas?

La hipertrofia adaptativa se trata de un aumento de las proteínas contráctiles del músculo, es decir, actina y miosina. Estas se rompen con el entrenamiento muscular y se generan en más cantidades por el efecto de la supercompensación. Este tipo de hipertrofia se logra con cualquier entrenamiento de musculación, incluidos los de fuerza, ya que no es responsable de un aumento considerable del volumen muscular.

Es por ello que los culturistas deberán intentar también lograr la denominada hipertrofia sarcoplasmática. Este tipo de hipertrofia consiste en aumentar las moléculas de glucosa y agua en los músculos, lo que resultará en un mayor volumen sin un aumento tan grande del peso. Claro está se trata de algo más estético.

Se debe considerar de cualquier modo, que no se puede lograr una hipertrofia sarcoplasmática sin una hipertrofia adaptativa: la misma es un paso necesario y que beneficiará el desarrollo muscular y la capacidad para adaptarse a las cargas.

No obstante, en función de los criterios recomendados para un aumento del volumen muscular se podrá enfatizar la hipertorfia sarcoplásmática. Esta consiste, en un gran caudal de ácido láctico en el músculo.

Como siempre, se debe fijar con claridad y especificidad los objetivos para luego elegir el camino a tomar.