La humildad

A muchos hombres se les ha enseñado desde pequeños que está mal actuar como si fueses mejor que nadie. Esa lección normalmente es enseñada p...

A muchos hombres se les ha enseñado desde pequeños que está mal actuar como si fueses mejor que nadie. Esa lección normalmente es enseñada por los padres, que quieren asegurarse de que encajemos con los otros niños. Para algunos de nosotros el mensaje fue entregado por compañeros que criticaban a los niños que tuvieron la valentía de presentarse con confianza.

¿No se nos enseña también cuando somos niños a luchar por las mejores cualidades que una persona puede tener? ¿No era el mensaje el convertirse en mejor que los demás y nunca conformarse con ser del montón?

¿Realmente crees que tus padres estarían orgullosos de saber que han criado a un niño del montón? ¿Recuerdas a los niños más inteligentes y con más talento en la escuela que siempre quedaban por encima del resto de los niños?

Si ser “mejor” para nosotros significa ser más inteligente, más agradable, más trabajador, más feliz, más popular, más guapo o más atlético, ¿no era “tratar de ser el mejor” el mensaje que nos era inculcado directa o indirectamente?

Como puedes ver, el mensaje real estaba mezclado: debemos aspirar a ser mejores que otras personas, pero asegurándonos de que no actuamos como si lo hubiéramos hecho cuando debíamos. Como adulto, puedes entender cómo puede que hayamos adoptado creencias contradictorias en cuanto a la confianza que deberíamos presentar ante el resto del mundo. ¿Presentarnos con demasiada confianza en realidad es un problema? El número de personas que actúan mejor de lo que realmente son es tan pequeño que ni siquiera me preocuparía por esa cuestión.

Si tienes problemas para convencer a las personas de que te tienen que tratar con el respeto que te mereces, actuar con demasiada confianza no sería algo que te estuvieras debatiendo. ¿Realmente crees que la gran mayoría de las personas exagera su valor o se menosprecian? La mayoría de nosotros no nos valoramos todo lo que debiéramos. No nos damos tanto crédito como el que nos merecemos. No vamos con la confianza que deberíamos tener para poder conseguir el respeto de otras personas que creemos que nos merecemos.

A menudo nos preguntamos por qué otras personas no reconocen nuestro valor real. ¿No es obvio? Cuando nos menospreciamos, sin querer convencemos a los demás para que nos traten en consecuencia. La gente que nos rodea simplemente actúa de la forma en la que nos presentamos a nosotros mismos. Yo creo que nunca debes actuar de forma humilde sólo para hacer que otras personas se sientan cómodas en tu presencia.

Si no se sienten cómodos en tu presencia porque muestras confianza, es su problema, no el tuyo. Los líderes tienen confianza en sí mismos. Presentarte con confianza es ese punto que se sitúa entre ser arrogante y actuar con humildad.

Hay una diferencia enorme entre ser confiado y ser arrogante, y el término medio no es ser humilde. La confianza es presentarte a ti mismo de una forma en la que consigues lo que quieres en la vida, mientras también ayudas a otras personas a conseguir lo que quieren. La arrogancia es cuando todo lo que piensas, dices y haces se centra sólo en tus propios intereses.

Los machos alfa se presentan con confianza y de esa forma se ganan la confianza y el respeto de los demás. Cuando puedas hacer eso, tendrás un importante ingrediente necesario para poder llevar tu vida a un plano superior. Y tus habilidades de liderazgo ayudarán a otros a llevar sus vidas a un siguiente nivel al mismo tiempo.

Recuerda, siempre te estás vendiendo a ti mismo y a tus ideas. La única cuestión es lo bien que te estés vendiendo a ti y a tus ideas de cara al mundo. Si no estás consiguiendo lo que quieres en la vida, asume que es porque no te estás vendiendo muy bien. Si no te vendes bien, ¿por qué deberías esperar que otras personas compren tu liderazgo?

El macho alfa es muy consciente de las fortalezcas que posee. Se presenta con orgullo exactamente de la forma en que se ve a sí mismo. Los machos beta y los menos dominantes se menosprecian la mayoría de las veces. Tienen mucho cuidado de no parecer arrogantes o con demasiada confianza. Los machos menos dominantes nunca quieren correr el riesgo de ofender a alguien. Así que aquí tienes el encargo de liderazgo de este mes: en tu esfuerzo por llevar tus habilidades de liderazgo a un siguiente nivel, prepara una introducción de unos 10 ó 20 segundos que describa de forma clara, precisa y bien planificada quién eres, qué es lo que haces y qué es lo que pretendes. No será demasiado arrogante, pero tampoco tratará con humildad quién eres, lo que haces y qué es lo que tratas. Eso queda en el pasado. Si vas a equivocarte a la hora de crear tu introducción, asegúrate de que el error esté en el lado jactancioso.

Es probable que, todavía te vendas un poco corto cuando comiences a utilizar por primera vez tu introducción debido a los muchos años de lecciones contradictorias que te han sido enseñadas cuando estabas creciendo.

Cuando te des cuenta de la importancia de la habilidad de liderazgo alfa y lo pongas en práctica en repetidas ocasiones, lo integrarás en tu propia personalidad.