El tendón de Aquiles es el tendón de inserción común de los músculos gemelos y sóleo, éste último es el máximo responsable de la potencia de...
El tendón de Aquiles es el tendón de inserción común de los músculos gemelos y sóleo, éste último es el máximo responsable de la potencia de la flexión plantar. Debido a su débil sección, constituye la zona de fragilidad preferente de la cadena anatómica y funcional de la propulsión. El exceso de tensión activa, por una impulsión desmesurada (la fuerza necesaria para provocar la ruptura sería de unos 400 kg.), un sobreesfuerzo en una posición de equilibrio precario, o pasiva, por un estiramiento brusco y forzado o la asociación de ambos, pueden ser causa de ruptura. La aparición de dolor inmediato en "latigazo" que da la sensación de haber recibido una patada sobre el tendón y la percepción clara de un chasquido o crujido junto con otros signos como impotencia funcional inmediata, aunque regresiva y la aparición de una muesca en el tendón que se sitúa a unos 5 cm. por encima del calcáneo, deben hacer pensar en una posible rotura del tendón. Un cierto número de roturas ocurren en individuos que a raíz de una inflamación tendinosa, han sido tratados con infiltraciones de cortisona, cuya acción antiinflamatoria produce un alivio temporal del dolor. El deportista llega a creer que la lesión ha remitido y retoma la actividad física con un vigor que puede poner en peligro la integridad del tendón.
Aproximadamente el 50% de los casos de rotura del tendón de Aquiles se diagnostica pasados unos 10 ó 15 días después de sufrir la lesión. Ello se debe a que la molestia funcional es moderada y el individuo puede desarrollar cierta actividad. En efecto, tanto el edema difuso que se produce en el tobillo y que enmascara la muesca del tendón, como la conservación de los movimientos del pie, en especial la flexión plantar, pueden dificultar el establecimiento de un diagnóstico correcto.
DIAGNÓSTICO CLÍNICO
- Percepción de un chasquido seco en el momento del accidente.
- Dolor en latigazo. Este dolor remite rápidamente.
- Percepción de un surco o muesca, más o menos nítido que puede situarse entre 2 y 6 cm. por encima del calcáneo y que se agranda durante la flexión plantar.
- Signo de Brunet, en posición de decúbito prono y con los pies fuera de la mesa, el pie afectado cae a 90º y el talón desciende por debajo del nivel del talón sano debido a la incapacidad del tríceps sural para sostenerlo.
- Imposibilidad de andar sobre las puntas de los pies, aunque se conserva parte de la funcionalidad y es posible andar con la planta del pie totalmente apoyada en el suelo a costa de perder medio paso posterior.
- Signo de Thompson-Campbell, la presión latero-lateral sobre la pantorrilla en posición de decúbito prono y con el pie fuera de la camilla no provoca aumento de la flexión plantar
- Algunos autores no aconsejan la realización de ecografías ya que la imagen puede inducir a error al mostrar falsos aspectos de rotura parcial o de aparente continuidad en ciertas roturas longitudinales.
TRATAMIENTO
El tratamiento de una rotura del tendón de Aquiles puede ser ortopédico o quirúrgico. La elección dependerá del carácter reciente o no de la lesión, de la edad del deportista, de su nivel de práctica y de sus particulares necesidades.
- Ortopédico
Se realizará en el caso de que la intervención quirúrgica esté contraindicada. Los pasos a seguir son:
- Inmovilización con botina de yeso por un período de 8 á 10 semanas dejando libre la rodilla. Durante las primeras 4 ó 6 semanas, el pie debe estar en posición equina (flexión plantar espontánea cuando el pie está en suspensión) y se prohibe el apoyo del pie. La reeducación se inicia después de 90 días. Durante las siguientes 4 ó 6 semanas, se disminuye la posición en equino y se tolera el apoyo del pie con una botina de marcha.
- Al finalizar la fase de inmovilización, se coloca una talonera de 2 ó 3 cm de altura y que progresivamente, se va reduciendo a lo largo de las siguientes 4 semanas.
- El entrenamiento no se reiniciará hasta pasados 6 meses.
Ventajas
- Ausencia de anestesia general.
- Ausencia de complicaciones cutáneas o sépticas.
Inconvenientes
- Pérdida de la fuerza de la flexión plantar del 25%.
- Marcha sobre la punta de los pies posible no antes de 5 ó 6 meses.
- Ruptura iterativa en un 20% de los casos debida a un inicio prematuro de actividad física.
Indicaciones
- Deportistas aficionados sin necesidad urgente de retomar los entrenamientos.
- Rupturas recientes detectadas en los primeros días.
- Quirúrgico
El tratamiento quirúrgico comprende varias técnicas que tienen en cuenta diversos factores como el tiempo transcurrido desde la aparición de la lesión y su diagnóstico o la calidad de los tejidos lesionados. Puede aplicarse la sutura simple (indicada cuando la rotura es limpia), la ligadura con el plantar delgado, la plastia a expensas del extremo proximal de la aponeurosis del gemelo (indicadas en los casos de rotura completa reciente en la que el tendón queda deshilachado) y la plastia a expensas del peroneo lateral corto (indicada en casos de roturas antiguas con un importante deterioro tendinoso o después de necrósis tendinosa).
- La sutura simple está indicada en las roturas recientes de bordes limpios. Se realiza con hilo de sutura reabsorbible y está seguida de un período de inmovilización con yeso que se prolonga por espacio de 6 semanas.
- Cuando se retira el yeso, se coloca una talonera sobreelevada para iniciar la marcha y se comienza con la rehabilitación. Ésta consiste en ejercicios de musculación en los que se efectúa únicamente la fase concéntrica, más adelante se incluye la excéntrica y por último los estiramientos de forma suave y prudente.
- Al tercer mes puede iniciarse la carrera de forma progresiva y a los 6 meses se considera que ya es posible regresar a la competición.
Ventajas
- Regreso más rápido a los entrenamientos.
- Restablecimiento de la longitud del tendón.
- Marcha sobre la punta de los pies posible a los 3 meses.
Inconvenientes
- Pérdida de amplitud de la flexión dorsal del 25%.
- Hipertrofia del tendón.
- Adherencias.
- Riesgos inherentes a la anestesia general.
- Como posibles complicaciones graves: fallo cicatricial, necrosis tendinosa y sepsis.
Indicaciones
- Atletas de alto nivel que no pueden permanecer inactivos demasiado tiempo.
- Ruptura iterativa.
- Ruptura antigua.
Aproximadamente el 50% de los casos de rotura del tendón de Aquiles se diagnostica pasados unos 10 ó 15 días después de sufrir la lesión. Ello se debe a que la molestia funcional es moderada y el individuo puede desarrollar cierta actividad. En efecto, tanto el edema difuso que se produce en el tobillo y que enmascara la muesca del tendón, como la conservación de los movimientos del pie, en especial la flexión plantar, pueden dificultar el establecimiento de un diagnóstico correcto.
DIAGNÓSTICO CLÍNICO
- Percepción de un chasquido seco en el momento del accidente.
- Dolor en latigazo. Este dolor remite rápidamente.
- Percepción de un surco o muesca, más o menos nítido que puede situarse entre 2 y 6 cm. por encima del calcáneo y que se agranda durante la flexión plantar.
- Signo de Brunet, en posición de decúbito prono y con los pies fuera de la mesa, el pie afectado cae a 90º y el talón desciende por debajo del nivel del talón sano debido a la incapacidad del tríceps sural para sostenerlo.
- Imposibilidad de andar sobre las puntas de los pies, aunque se conserva parte de la funcionalidad y es posible andar con la planta del pie totalmente apoyada en el suelo a costa de perder medio paso posterior.
- Signo de Thompson-Campbell, la presión latero-lateral sobre la pantorrilla en posición de decúbito prono y con el pie fuera de la camilla no provoca aumento de la flexión plantar
- Algunos autores no aconsejan la realización de ecografías ya que la imagen puede inducir a error al mostrar falsos aspectos de rotura parcial o de aparente continuidad en ciertas roturas longitudinales.
TRATAMIENTO
El tratamiento de una rotura del tendón de Aquiles puede ser ortopédico o quirúrgico. La elección dependerá del carácter reciente o no de la lesión, de la edad del deportista, de su nivel de práctica y de sus particulares necesidades.
- Ortopédico
Se realizará en el caso de que la intervención quirúrgica esté contraindicada. Los pasos a seguir son:
- Inmovilización con botina de yeso por un período de 8 á 10 semanas dejando libre la rodilla. Durante las primeras 4 ó 6 semanas, el pie debe estar en posición equina (flexión plantar espontánea cuando el pie está en suspensión) y se prohibe el apoyo del pie. La reeducación se inicia después de 90 días. Durante las siguientes 4 ó 6 semanas, se disminuye la posición en equino y se tolera el apoyo del pie con una botina de marcha.
- Al finalizar la fase de inmovilización, se coloca una talonera de 2 ó 3 cm de altura y que progresivamente, se va reduciendo a lo largo de las siguientes 4 semanas.
- El entrenamiento no se reiniciará hasta pasados 6 meses.
Ventajas
- Ausencia de anestesia general.
- Ausencia de complicaciones cutáneas o sépticas.
Inconvenientes
- Pérdida de la fuerza de la flexión plantar del 25%.
- Marcha sobre la punta de los pies posible no antes de 5 ó 6 meses.
- Ruptura iterativa en un 20% de los casos debida a un inicio prematuro de actividad física.
Indicaciones
- Deportistas aficionados sin necesidad urgente de retomar los entrenamientos.
- Rupturas recientes detectadas en los primeros días.
- Quirúrgico
El tratamiento quirúrgico comprende varias técnicas que tienen en cuenta diversos factores como el tiempo transcurrido desde la aparición de la lesión y su diagnóstico o la calidad de los tejidos lesionados. Puede aplicarse la sutura simple (indicada cuando la rotura es limpia), la ligadura con el plantar delgado, la plastia a expensas del extremo proximal de la aponeurosis del gemelo (indicadas en los casos de rotura completa reciente en la que el tendón queda deshilachado) y la plastia a expensas del peroneo lateral corto (indicada en casos de roturas antiguas con un importante deterioro tendinoso o después de necrósis tendinosa).
- La sutura simple está indicada en las roturas recientes de bordes limpios. Se realiza con hilo de sutura reabsorbible y está seguida de un período de inmovilización con yeso que se prolonga por espacio de 6 semanas.
- Cuando se retira el yeso, se coloca una talonera sobreelevada para iniciar la marcha y se comienza con la rehabilitación. Ésta consiste en ejercicios de musculación en los que se efectúa únicamente la fase concéntrica, más adelante se incluye la excéntrica y por último los estiramientos de forma suave y prudente.
- Al tercer mes puede iniciarse la carrera de forma progresiva y a los 6 meses se considera que ya es posible regresar a la competición.
Ventajas
- Regreso más rápido a los entrenamientos.
- Restablecimiento de la longitud del tendón.
- Marcha sobre la punta de los pies posible a los 3 meses.
Inconvenientes
- Pérdida de amplitud de la flexión dorsal del 25%.
- Hipertrofia del tendón.
- Adherencias.
- Riesgos inherentes a la anestesia general.
- Como posibles complicaciones graves: fallo cicatricial, necrosis tendinosa y sepsis.
Indicaciones
- Atletas de alto nivel que no pueden permanecer inactivos demasiado tiempo.
- Ruptura iterativa.
- Ruptura antigua.
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