Un buen número de estudios demuestra que, a largo plazo, la cafeína puede aumentar la resistencia. Parece bastante probable, según se despre...
Un buen número de estudios demuestra que, a largo plazo, la cafeína puede aumentar la resistencia. Parece bastante probable, según se desprende de un análisis de las propiedades bioquímicas de la cafeína, que ejerce efectos positivos en la fatiga a corto plazo y en la fibra muscular en el ejercicio de intensidad elevada y corta duración, como el entrenamiento con pesas.
La cafeína tambien suele utilizarse con éxito en combinación con la efedrina y la aspirina, como una mezcla de propiedades lipotrópicas y de aumento de la masa corporal neta. Sin embargo, los efectos de la cafeína parecen ser destacables sólo en aquellos atletas que no la toman con asiduidad. En consecuencia, al parecer, los que están menos acostumbrados a la cafeína (aquellos que no toman café, té, refrescos de cola, etc.), son los que se benefician del uso de la cafeína antes del entrenamiento, mientras que los que están más acostumbrados a esta sustancia no se producen tales efectos. Un estudio rebela que, en aquellos individuos menos acostumbrados a la cafeína, tiene lugar un incremento del ritmo metabólico y respiratorio en reposo, así como del nivel en plasma de ácidos grasos libres tanto en reposo como en ejercicio; por el contrario estos efectos quedan reducidos al mínimo en los sujetos que toman cafeína con regularidad. Otro estudio concluye que una dosis de 10 mg de cafeína constituye una ayuda ergogénica durante el ejercicio físico fuerte cuando se toma entre 3 - 4 horas antes del ejercicio en ayunas y en individuos que consumen poca cafeína. Así pues, un atleta debe tener en cuenta cuál es su grado de tolerancia a la cafeína si quiere sacar algún provecho de la absorción de esta sustancia antes del entrenamiento o de la competición.
Un artículo publicado recientemente resume los efectos de la cafeína en el ejercicio. El principal mecanismo de la acción de la cafeína que se produce tras ingerir unas tazas de café está, sin duda alguna, relacionado con el antagonismo de la cafeína respecto de los receptores de adenosina. La cafeína también incrementa la producción de catecolaminas en plasma que permiten al cuerpo adaptarse a la tensión originada por el ejercicio físico. La producción de catecolaminas probablemente resulte, a su vez, en una mayor disponibilidad de los ácidos grasos libres como substratos musculares durante el ejercicio, de forma que preserva el glucógeno. La cafeína puede aumentar la capacidad de contracción del musculo, no tiene efectos ergogénicos en el ejercicio intenso de poca duración, pero puede retardar el agotamiento. La cafeína también mejora el rendimiento y la resistencia durante una actividad prolongada de intensidad sub-máxima. Él hecho de preservar glucógeno, como consecuencia del ritmo de la lipolisis, puede retardar el agotamiento.
Una advertencia: no tomes cafeína si estás tomando monohidrato de creatina, puesto que la cafeína anula los efectos ergogénicos del monohidrato de creatina. Ésta puede ser la razón por la que muchos atletas no obtienen los resultados esperados con los suplementos de creatina.
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No te excedas con la cafeína
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