Manuel T. A. es médico. Si por algo destacaba en su actividad profesional como facultativo del centro de salud de la calle República Argenti...
Manuel T. A. es médico. Si por algo destacaba en su actividad profesional como facultativo del centro de salud de la calle República Argentina, en Valencia, era por expender recetas de productos anabolizantes. Lo hacía con tal profusión que despertó las sospechas de los servicios de inspección farmacéutica de la Conselleria. Manuel T. A. resultó ser uno de los máximos prescriptores de esteroides anabolizantes y hormonas sexuales masculinas, sustancias, todas ellas, susceptibles de ser utilizadas en prácticas de dopaje.
La Conselleria le denunció; el juzgado abrió una causa contra él y ahora la Fiscalía reclama un año de cárcel y tres de inhabilitación para el ejercicio de la Medicina. Le cree autor de un delito contra la salud pública.
El de Manuel T. no es un caso aislado. La Fiscalía Antidroga ha alertado del «importante movimiento de sustancias dopantes» obtenidas «mediante la falsificación de recetas» o «consiguiendo de los facultativos la prescripción de sustancias» que, en lugar de utilizarse con fines terapéuticos, se emplean para «la mejora de la musculación».
Dice el Ministerio Público que el acusado sabía lo que hacía, que elaboró al menos 30 recetas a nombre de un paciente «sin ninguna justificación terapéutica y conociendo la prohibición de prescripción de anabolizantes para determinados fines».
El paciente practica de forma amateur culturismo y levantamiento de pesas y, según explica la Fiscalía, consumía estas sustancias estupefacientes «para mejorar su rendimiento» en ambas modalidades deportivas.
Nandrolona, mesterolona, testosterona, estanozol... hormonas androgénicas y esteroides anabolizantes prescritos, según el fiscal, «en dosis muy superior a la autorizada» para ocultar bajo esa «excesiva posología» la confección de más recetas de las debidas. Estas sustancias, prescritas sin justificación terapéutica y administradas sin control médico ponen en riesgo grave la salud de las personas por su contenido, por la reiteración en la ingesta y por el consumo de dosis inadecuadas.
En aumento
El problema, alerta Antidroga, es muy serio por «el volumen de negocio que están generando y el gravísimo riesgo para la salud de sustancias importadas de países como China y Rusia, cuyo contenido real conocemos a posteriori, pero no cuando son usadas, sobre todo por jóvenes». «En los ambientes de determinados gimnasios y determinadas personas tratan de lograr una apariencia física determinada por medio de sustancias dopantes, esteroides y anabolizantes que ponen en peligro la salud y que constituyen un negocio ilícito de enormes proporciones no percibido socialmente como una actividad delictiva grave» señala Antidroga.
El fiscal es pesimista respecto a la evolución del problema. «Creemos que este tipo de uso de sustancias y su tráfico va a ir en aumento por el negocio tan importante que supone y por la circunstancia de una sociedad que valora el éxito a cualquier precio sin importarle los medios para llegar a él». Durante el pasado año la Fiscalía abrió seis investigaciones por derivación de recetas de sustancias para el dopaje deportivo. Todas terminaron con denuncia en el juzgado.
La Conselleria le denunció; el juzgado abrió una causa contra él y ahora la Fiscalía reclama un año de cárcel y tres de inhabilitación para el ejercicio de la Medicina. Le cree autor de un delito contra la salud pública.
El de Manuel T. no es un caso aislado. La Fiscalía Antidroga ha alertado del «importante movimiento de sustancias dopantes» obtenidas «mediante la falsificación de recetas» o «consiguiendo de los facultativos la prescripción de sustancias» que, en lugar de utilizarse con fines terapéuticos, se emplean para «la mejora de la musculación».
Dice el Ministerio Público que el acusado sabía lo que hacía, que elaboró al menos 30 recetas a nombre de un paciente «sin ninguna justificación terapéutica y conociendo la prohibición de prescripción de anabolizantes para determinados fines».
El paciente practica de forma amateur culturismo y levantamiento de pesas y, según explica la Fiscalía, consumía estas sustancias estupefacientes «para mejorar su rendimiento» en ambas modalidades deportivas.
Nandrolona, mesterolona, testosterona, estanozol... hormonas androgénicas y esteroides anabolizantes prescritos, según el fiscal, «en dosis muy superior a la autorizada» para ocultar bajo esa «excesiva posología» la confección de más recetas de las debidas. Estas sustancias, prescritas sin justificación terapéutica y administradas sin control médico ponen en riesgo grave la salud de las personas por su contenido, por la reiteración en la ingesta y por el consumo de dosis inadecuadas.
En aumento
El problema, alerta Antidroga, es muy serio por «el volumen de negocio que están generando y el gravísimo riesgo para la salud de sustancias importadas de países como China y Rusia, cuyo contenido real conocemos a posteriori, pero no cuando son usadas, sobre todo por jóvenes». «En los ambientes de determinados gimnasios y determinadas personas tratan de lograr una apariencia física determinada por medio de sustancias dopantes, esteroides y anabolizantes que ponen en peligro la salud y que constituyen un negocio ilícito de enormes proporciones no percibido socialmente como una actividad delictiva grave» señala Antidroga.
El fiscal es pesimista respecto a la evolución del problema. «Creemos que este tipo de uso de sustancias y su tráfico va a ir en aumento por el negocio tan importante que supone y por la circunstancia de una sociedad que valora el éxito a cualquier precio sin importarle los medios para llegar a él». Durante el pasado año la Fiscalía abrió seis investigaciones por derivación de recetas de sustancias para el dopaje deportivo. Todas terminaron con denuncia en el juzgado.
Fuente: abc.es
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