Sin duda el deporte se ha convertido en un auténtico fenómeno social, especialmente a partir del último tercio del siglo XIX. Esta evolución...

El tema central de este artĆculo, es un repaso histórico de los gimnasios existentes a lo largo de la historia, en los que se ponĆa en prĆ”ctica la actividad fĆsico-deportiva, al mismo tiempo que se realiza un anĆ”lisis de la evolución que estos centros han experimentado con el paso de los aƱos.
Nos encontramos en una Ć©poca en la que es muy importante nuestra imagen. El siglo XX es el siglo de la imagen y un componente de la imagen corporal es el cuerpo. Muchos anuncios que antes reclamaban personal, ahora solicitan personas con buena presencia. Si miramos el televisor, los que antes eran un sinfĆn de anuncios tipo “Dixan deja su ropa mĆ”s blanca”, ahora se han convertido en productos desnatados, descremados, light, etc., que van en busca de realzar la silueta, de eliminar grasas superfluas, de modelar un cuerpo bonito que nos reafirme nuestra autoestima. Todo ello objetivos propios de las personas que acuden a un gimnasio.
Nuestra sociedad busca en el deporte y en el ejercicio un medio para la mejora de la salud y el bienestar. Los gimnasios son sin lugar a dudas esos lugares en los que se desarrolla esta actividad, de ahà la importancia capital que con el paso de los años han ido adquiriendo.
Dado que este hĆ”bito de acudir al gimnasio en los Ćŗltimos aƱos ha experimentado un salto gigantesco, tanto cualitativa como cuantitativamente, irrumpiendo con especial fuerza en las ocupaciones de la población en general, proliferando por todos los lugares del planeta a donde acuden millones de personas diariamente para confiar su “puesta a punto”, he pensado que este artĆculo tenĆa obligatoriamente que dedicarse a estos “templos de salud, fuerza y belleza”.
El Gimnasio en la antigüedad
La actividad fĆsica ha acompaƱado al hombre desde sus orĆgenes y ha ido evolucionando, desde ser unos ejercicios, no estructurados para la supervivencia, es decir, lucha por la vida, hasta considerar al hombre como una unidad psicobiológica, atendida en sus aspectos fĆsico, psĆquico e intelectual, lo que hace de la actividad fĆsica una realidad educacional y social.
Como muchas de las actividades fĆsicas actuales, el manejo y levantamiento de objetos pesados se pierde en la noche de los tiempos, existen referentes y leyendas de mĆ”s de 5.000 aƱos de antigüedad, pero si nos acercamos mĆ”s a nuestros dĆas comprobaremos como los griegos cultivaban el arte de las proporciones del desarrollo corporal y la belleza plĆ”stica al contemplar las famosas estatuas de sus dioses Venus y Apolo, o de su semidios HĆ©rcules.
Estas esculturas reflejo de las tendencias de la Ć©poca, centraban su atención en la figura humana, para la cual se habĆan hecho cĆ”lculos numĆ©ricos y geomĆ©tricos realzando las formas anatómicas ademĆ”s de representarlas siempre desnudas o lo que es lo mismo en su estado natural, para destacar todavĆa mĆ”s su belleza. La palabra gimnasio procede del prefijo griego gimnos/gimnazein que significa desnudo o entrenar desnudo y las representaciones eran casi siempre de los Kuroi (atletas ganadores).
Los jóvenes atletas griegos que deseaban participar en las competiciones olĆmpicas debĆan pasar un severo examen previo consistente en ejercicios atlĆ©ticos, entre los que se contaba el levantamiento de una pesada bola de hierro, que tenĆan que alzar, para lo cual debĆan acudir al gimnasio y entrenarse para ello.
Como vemos la influencia de la cultura griega en la aparición de los gimnasios actuales ha sido muy importante, al igual que también lo fue el siglo XIX en donde la construcción de gimnasios tiene tres periodos bien diferenciados: primero, el Periodo Amorosiano de principios de siglo; segundo, el Periodo Post-Amorosiano de mediados de siglo; y el tercero, el Periodo Triatiano de finales de siglo con una clara influencia de la escuela francesa.
Los gimnasios en Grecia
Posiblemente si existe una mĆ”xima que resume mejor que nada el ideal griego de la importancia del ejercicio fĆsico, esta es: “La gimnasia para el cuerpo, la mĆŗsica para el alma”, clave sin duda del pensamiento antiguo, que jamĆ”s renunció a su ideal del hombre perfecto, armónico, de posibilidades fĆsicas y dotes espirituales.
El poeta latino Juvenal, acertó al condensar en un verso este ideal eterno: orandum est ut sit mens sana in corpore sana (hay que rogar a los dioses que haya una mente sana en un cuerpo sano).
Los griegos consideraban al hombre completo aquel que era fruto de una equilibrada educación fĆsica e intelectual, completamente distinto del adiestramiento especializado del atleta, cuyo Ćŗnico fin no es formar un hombre, si no un campeón.
El canón ideal, era aquel hombre, en el que concurran la virtud (aretĆ©), la sabidurĆa (sofĆa) y la fuerza y la belleza (calocaigatĆa).
El niño tras haber aprendido a leer y a escribir, ingresa en el gimnasio, institución que supone la base de su educación. No era concebible una auténtica vida griega sin escuela ni gimnasio.
Los gimnasios eran complejas instalaciones deportivas en nobles edificios, equipadas con aparatos gimnĆ”sticos, cuyas actividades no se reducĆan a la simple ejercitación; el gimnasio, era ademĆ”s un lugar obligado para la relación social y hasta los filósofos, disertaban allĆ entre sus discĆpulos.
Los ciudades de cierta importancia en la antigua Grecia tenĆan su gimnasio. En Atenas habĆa cinco: la Academia, el Liceo, el Ginosargo (que era femenino), el Polimaión (que era de niƱos) y el Diogimión (tambiĆ©n de niƱos).
Según Vitrubio, famoso arquitecto romano, los gimnasios son también un monumento arquitectónico.
En sus orĆgenes el gimnasio era un lugar en el que los griegos practicaban la gimnasia, es decir, el conjunto de ejercicios fĆsicos necesarios para prepararse para las competiciones atlĆ©ticas del estadio, y se confunde a menudo con la palestra que era el lugar donde los griegos se ejercitaban en la lucha y el pugilato. Su diferencia con el gimnasio no es clara, algunos autores defienden que la palestra era una escuela privada y el gimnasio era una institución pĆŗblica, pero aĆŗn asĆ no queda clara la diferencia.
Los gimnasios eran lugares de belleza y paz, adornados con pórticos, columnatas, fuentes, jardines y estatuas.
Sus dependencias constaban de: el Ephebeum (sala de ejercicios para efebos = niƱos con 16 aƱos cumplidos, que eran ya verdaderos atletas); el Apoditerium (en donde tenĆan lugar los diĆ”logos platónicos y ejercicios luctatorios); el Coryceum (sala para juegos de pelota); el Conisterium (sala de arenas finas, importadas de Egipto, que mezcladas con aceite y materia grasa se utilizaban para masaje corporal); el Lutrón (sala de baƱos frĆos); el Frigidarium ( salas de segundos baƱos frĆos); o el Laconicum (salas de baƱos de vapor al estilo espartano).
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Ćl era quien regulaba el funcionamiento del gimnasio, las actividades, dirigĆa al personal docente, administrativo y subalterno, proveĆa del material necesario para el normal funcionamiento, etc.
TambiƩn organizaba las ceremonias religiosas y los certƔmenes de todo tipo que se celebraban en estos centros y sufragaba personalmente los cuantiosos gastos. Sin duda, en el presupuesto de la ciudad se consignaba una cantidad para atender el mantenimiento del gimnasio. Su cargo era vitalicio y hereditario (se consideraba un honor ser gimnasiarca), y el ansia de popularidad de ciertos ciudadanos ricos y a la vez generosos les impulsaba a asumir tan gravoso cargo.
Los antiguos gimnasios privados (palestras) ponĆan de nombre al establecimiento, el nombre del Paidotriba, que era una especie de mĆ©dico-entrenador, ya que al mismo tiempo que enseƱaba a sus discĆpulos los secretos de la educación fĆsica, los ponĆa al corriente de todas las prĆ”cticas higiĆ©nicas necesarias para la consecución de los mejores resultados (baƱos, masajes, alimentación, reposo, etc).
Ya para terminar esta parte sobre la importancia del gimnasio en Grecia, añadir a modo de curiosidad que al parecer era prÔctica frecuente, que los gimnasios griegos tuviesen gravadas en sus paredes mÔximas, lÔpidas mortuorias o inscripciones eróticas.
Los gimnasios del siglo XIX
El Periodo Amorosiano se denomina asĆ en honor al Coronel del EjĆ©rcito EspaƱol Francisco Amorós, nacido en Valencia el aƱo 1769 y fallecido en ParĆs en 1834. Durante el aƱo 1807 se encargó de la educación del Infante D. Francisco de Paula, hasta que unos sucesos polĆticos le hicieron emigrar a Francia.
El Coronel Amorós tuvo que huir a Francia en 1816 acusado por calumnias y no se hubiera guardado ni el recuerdo de su imagen, si el SeƱor OrdĆ”x no hubiera hecho una copia del medallón de su mausoleo, existente en el cementerio de Mont Parnasse en ParĆs y publicĆ”ndola en “El Gimnasio”, revista profesional que entonces dirigĆa.
Amorós desarrolló un mĆ©todo gimnĆ”stico y publicó algĆŗn libro como “Manual de Educación FĆsica”, en el que describe las mĆ”quinas y aparatos que empleaba en el desarrollo de su mĆ©todo. Estos aparatos bĆ”sicamente estaban diseƱados en función de objetivos militares, pues el pĆŗblico que de aquella acudĆa a los gimnasios era casi todo militar. Los mĆ”s interesantes son: mĆ”stil horinzontal, caballo de volteo de madera, escalera para saltos en profundidad, cuerdas, paralelas, bĆ”scula braquial, muro de saltos, dinamómetro de presión, bolas de cañón de 4,8 y 12 kg, zancos de diferentes tamaƱos, etc.
MĆ”s tarde vino el periodo que se conocĆa por Periodo Post-Amorosiano. En esta Ć©poca los gimnasios ya evolucionaron hacia aparatos (mĆ”quinas e instrumentos) mĆ”s parecidos a los de hoy en dĆa y mĆ”s alejados de los creados por Amorós de carĆ”cter militar. Estos aparatos servĆan para realizar ejercicios contra resistencia por medio de la aplicación directa de pesos, aunque tenĆan el inconveniente de su aplicación especĆfica a los diferentes grupos musculares.
Las mÔquinas gimnÔsticas basadas en la utilización de sistemas de poleas para la aplicación indirecta del peso fue uno de los grandes avances de los gimnasios de este periodo, llegando a su mÔxima sofisticación con los inventos de Bourlot y el Profesor Vignolles.
Insistimos, las poleas fueron un elemento clave del Periodo Post-Amorosiano y trascendental en la evolución tecnológica del material gimnÔstico.
Entre el pĆŗblico que acudĆa a estas salas gimnĆ”sticas, ya empieza a verse una amplia representación de la sociedad civil, pero el momento mĆ”s Ć”lgido del pĆŗblico civil la encontramos en la historia de los gimnasios modernos hacia el aƱo 1880 en el periodo denominado Triatiano. Triat revolucionó el mundo del gimnasio con la aparición de las pesas, que sin duda son los aparatos mĆ”s representativos de la aplicación directa de peso. Su creatividad, sus amplios y sólidos conocimientos de anatomĆa y fisiologĆa, le llevaron a diseƱar pesas de distintas formas y tamaƱos para el trabajo de los distintos grupos musculares del cuerpo, que todavĆa se emplean en la actualidad manteniendo un enorme parecido con las iniciales.
Triat creó las pesas para la mejora de la fuerza, que en un principio estaban formadas por dos mazas de hierro esfĆ©ricas o cónicas unidas por una barra que servĆa de empuƱadura, con el fin de hacer con un par de ellas ejercicios muy variados. A estas pesas se las conoce hoy en dĆa con el nombre de mancuernas.
HabĆa otro tipo de pesas aparte de las mancuernas, que se denominaban “balas de cañón” que se utilizaban sólo para el fortalecimiento de brazos y piernas contra resistencia.
Junto a las pesas, aƱos mĆ”s tarde los gimnasios se empiezan a equipar con aparatos mucho mĆ”s especĆficos y modernos. Estos gimnasios estaban unidos a tabernas, cervecerĆas y restaurantes, pues asĆ los atletas podĆan levantar unas pesas y luego apagar su sed con unas jarras repletas de cerveza. Con la aparición de Triat, los gimnasios se empiezan a montar ya en edificios grandes, lujosos y tambiĆ©n muy bien ventilados, lo cual se atraĆa asĆ a la aristocracia que en un principio era quien disponĆa de tiempo para acudir al gimnasio.

A Desbonnet tambiĆ©n se le debe el empleo de las duchas en los gimnasios, pues de aquella los baƱos eran algo inusual en las salas de ejercicio, pero Ć©l insistió mucho en ello. Aconsejaba a sus alumnos: “no dejĆ©is que pase un sólo dĆa sin trabajar el cuerpo hasta que sudĆ©is para lavarlo luego”. TambiĆ©n introdujo el espejo como herramienta de motivación y autocorrección de los ejercicios.
Estos gimnasios, los cuales al no existir en esas fechas casas de deporte que se dedicaran a la construcción de aparatos, se tenĆan que equipar con mĆ”quinas e instrumentos encargados a herreros y carpinteros bajo la dirección del profesor, eligiĆ©ndose para los mismos materiales como maderas de haya o avellano, rodamientos de bronce o piezas de artillerĆa, con el fin de conseguir unos diseƱos exclusivos segĆŗn las tendencias de la Ć©poca, para lograr con ellos la “puesta a punto” de quienes los fuesen a utilizar. Todo esto lo podemos considerar como la semilla de los modernos y actuales gimnasios en los cuales confĆan su salud y forma fĆsica millones de personas en todo el mundo, haciendo de ellos verdaderos templos de salud, fuerza y belleza.
Por TomĆ”s ABEIGĆN
Contacto: abeigon@yahoo.es / Tel. 607 477 360
- Licenciado en Ciencias del Deporte por la Universidad de Vigo
- Master en Musculación Deportiva
- Entrenador Nacional de Halterofilia
- Entrenador Nacional de Fisicoculturismo y Musculación
- Entrenador Nacional de Fuerza Aplicada
- Profesor de Culturismo y Profesor de Musculación, ambos diplomas expedidos por la Federación Española de Judo y Deportes Asociados.
- Diplomado como Profesor de Cultura FĆsica por las Escuelas: Rouet (Francesa) y Weider, Atlas (Americanas).
- Campeón de España de Fisicoculturismo Natural en 1996
- Galardonado con el premio nacional “Intergym´s de Oro” al mejor trabajo de investigación los aƱos 1999, 2000 y 2001
- Posee el “Diploma de Honor al MĆ©rito Fisicoculturista” (la mĆ”s alta distinción que se puede alcanzar en EspaƱa sobre Ć©ste deporte).
- Director del Gimnasio “Taller Corporal” de Pontevedra desde 1989
- Historiador del “Deporte del Hierro”
- Autor de varios libros e infinidad de artĆculos sobre el tema de las pesas
- Presidente de NABBA ESPAĆA (Organización mĆ”s antigua de fisicoculturismo que a nivel
internacional organiza el Mr. Universo)
- Juez Internacional en el Mr. Universo (único en España)
- Poseedor del “Medallón de Triat” que lo acredita como el Ćŗnico heredero en el mundo de la filosofĆa de la “Escuela Francesa”, que aceptó de la mano de su Profesor con la obligación de cederlo antes de morir al discĆpulo que el elija.
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