Utiliza el nombre de HƩrcules en foros y pƔginas de anuncios de la Red para hacerse con clientela. Lanza un mensaje suculento para un mercad...
Utiliza el nombre de HĆ©rcules en foros y pĆ”ginas de anuncios de la Red para hacerse con clientela. Lanza un mensaje suculento para un mercado que suma adeptos con gran facilidad aƱo tras aƱo: «Dispongo de anabolizantes originales de farmacia. Calidad, seriedad y precios inmejorables garantizados». Tras contactar vĆa e-mail con este camello del mĆŗsculo, oculto tras un «nick» heroico, facilita su nĆŗmero telefónico. No tiene inconveniente en contar cómo mueve su pequeƱo negocio, el mismo que estĆ”n explotando ahora las mafias por ser mĆ”s lucrativo y menos penado que el de las drogas clĆ”sicas, segĆŗn adelantó ayer ABC. Eso sĆ, HĆ©rcules deja claro que no es a lo que se dedica: «No vivo de esto. Siempre he sido autónomo. He tenido mi pequeƱa empresa y he estado trabajando. Por culpa de la crisis o del Gobierno tengo que sobrevivir asĆ». HĆ©rcules tiene 44 aƱos y lleva veinte dedicado al culturismo; quince de los mismos ciclĆ”ndose, es decir, administrĆ”ndose sustancias quĆmicas anabolizantes para ganar masa y eliminar grasa.
Arte ficticio
«Amo el deporte y el culturismo y, si uno quiere aspirar a algo en este mundillo, por fuerza tiene que meterse ciclos de anabolizantes», argumenta. Pese a que este hombre se publicita en internet, al igual que decenas de traficantes de este mercado, asegura que solo una minorĆa de clientes le llega por el ciberespacio. «La mayorĆa son amigos mĆos. Como yo me ciclo y tengo compaƱeros que me preguntan dónde los compro, se lo paso. Solo llevo unos meses distribuyendo a interesados», se excusa.
Apuntando a las falsificaciones que abundan en este Ć”mbito farmacĆ©utico, el traficante aclara que las sustancias de todo tipo que vende son «buenas», y que ninguna proviene de China, sino de «EspaƱa, Portugal y Reino Unido». La Ćŗnica que llega del gigante asiĆ”tico es la hormona de crecimiento. «Los que se la toman de EspaƱa —apunta—, sin que se rompa la cadena de frĆo, son los futbolistas de elite. El resto, donde me incluyo, nos la tomamos de China, por 300 euros, obteniendo resultados peores». «De todos modos —continĆŗa— para ver resultados con esta hormona hay que estar dos aƱos consumiĆ©ndola y es muy cara. Por eso, yo no la paso. No rejuvenece quince aƱos como dice la gente. Solo te multiplica las cĆ©lulas. Siempre aconsejo que antes de tomarla se haga un anĆ”lisis por si hay alguna cĆ©lula cancerĆgena».
Jóvenes suicidas
HĆ©rcules es consciente y percibe que cada vez hay mĆ”s interĆ©s por estos productos quĆmicos. «Ahora hay mucha mĆ”s información que hace veinte aƱos. Antes, encontrar anabolizantes era carĆsimo. Hoy estĆ” tirado. Hay mucho mercado negro porque interesa y por poco mĆ”s de 200 euros se tiene un ciclo de ocho semanas». El problema, segĆŗn arguye, es que los nuevos aficionados solo se centran en los mĆŗsculos y dejan en un segundo plano la salud. «La gente joven solo quiere ponerse grande y solo tiene dinero para los anabolizantes, no para el postciclo —que contrarresta los efectos secundarios—. Muchos se toman solo una cosa», revela este culturista, que enumera un largo etcĆ©tera de perjuicios adheridos al consumo de esteroides: «tumores en el hĆgado, cĆ”ncer de próstata, caĆda del pelo, impotencia, problemas con los riƱones,...».
Manu, monitor de un gimnasio de Las Rozas (Madrid), comparte la misma impresión que HĆ©rcules. «Se estĆ” primando el aspecto fĆsico sobre la salud y vamos a peor», sentencia. Este profesional de 34 aƱos, que lleva once como entrenador en distintas salas de deporte de Madrid, aprecia que desde hace cinco aƱos a hoy «hay mucha mĆ”s gente consumiendo anabolizantes. Se nota, ademĆ”s, que de cara al verano es cuando mĆ”s se toman o inyectan. De repente, llega julio y ves a un tĆo que hace dos meses pesaba 80 kilos que ha subido a 95 y sin nada de grasa».
El monitor, el contacto
Manu opina «sin ninguna duda» por su experiencia que normalmente «es el monitor mĆ”s “mazado” el contacto para ciclarse». El acceso a este mundo artificial siempre sigue el mismo esquema: «Llega al gimnasio un niƱo de 18 aƱos, empieza a entrenar para ganar fuerza y pasado un tiempo se estanca; su cuerpo no da mĆ”s de sĆ. Es ahĆ cuando comienzan los problemas psicológicos y como recurso pregunta al monitor quĆ© puede utilizar para ensanchar. Primero comienza con los suplementos no prohibidos, las ayudas ergogĆ©nicas (proteĆnas, hidratos de carbono, cafeĆna, etc.). El chaval vuelve a ganar masa, pero se vuelve a estancar y es cuando ya entra en contacto con el monitor o entrenador que se cicla», detalla Manu. Siempre y cuando no se lo haya propuesto antes el profesional al usuario, como ha comprobado Ćscar en alguna ocasión en los trece aƱos que lleva entrenando en gimnasios madrileƱos.
Ćl mismo confiesa que ha visto pastillas Viagra —para la impotencia— en la cartera de algĆŗn compaƱero de sala en los vestuarios. HĆ©rcules habla de la consabida disminución de la libido asociada a los esteroides. «Mientras uno se cicla el cuerpo deja de generar testosterona porque te las estĆ”s metiendo tĆŗ, pero luego hay medicamentos para que el cuerpo la siga fabricando durante y despuĆ©s del ciclo. JamĆ”s he tenido problemas porque he sabido administrĆ”rmelo».
Enganche psĆquico
JosĆ© (nombre ficticio), de 30 aƱos, lleva mĆ”s de cinco aplicĆ”ndose sustancias anabólicas. Pese a ser consumidor permanente, no se considera un adicto, aunque confiesa que sĆ engancha «psicológicamente». Este treintaƱero asegura que el mercado principal donde se puede adquirir anabolizantes estĆ” en internet, aunque tambiĆ©n es muy fĆ”cil hacerse con ellos en gimnasios y algunas tiendas de nutrición.
Discrepa Carlos, quien solicita Winstrol —uno de los productos estrella para gente que se estĆ” iniciando— en un foro de internet. Facilita su nĆŗmero. Es reacio a dar información sobre los motivos de su bĆŗsqueda cibernĆ©tica. De hecho sostiene que la Red no es fiable: «Donde mĆ”s se vende es en los gimnasios. La gente prefiere comprĆ”rselo a alguien fiable. En internet hay mucha estafa».
Cien abdominales, doscientos, quinientos; una hora de ejercicio aeróbico, dos, tres; 20 kilos de pesas, 40, 60, mĆ”s y mĆ”s... Todo tiene un lĆmite. El experto de Virgin considera que por mucho que se entrene «el aspecto fĆsico que se logra con esteroides es imposible por vĆa normal. El mejor sustituto para pasar de estos compuestos perjudiciales es una dieta sana y mucho esfuerzo», algo que no todos estĆ”n dispuestos a soportar.
Fuente: abc.es
¿Quieres comentar esta noticia?
Puedes hacerlo a travĆ©s de MuscularForo.com: AquĆ
COMMENTS