No sólo de agua vive el corredor. Hay mucho dónde elegir dentro de las bebidas deportivas para tomar antes, durante y después del ejercic...
No sólo de agua vive el corredor. Hay mucho dónde elegir dentro de las bebidas deportivas para tomar antes, durante y después del ejercicio.
Hasta hace poco se hacía una clara distinción entre las behidas energéticas y las de sales (conocidas corno
"isotonicas").
En el primer grupo estaban las bebidas con alto contenido en hidratos de carbono que, además de rehidratarte, contribuyen a reponerte del gasto energético que supone el ejercicio; las isotónicas representaban la bebida puramente hidratante con la característica de que contenía tantas partículas por unidad de volumen como el plasma sanguíneo, lo que favorece una asimilación óptima. Cuando aumenta la concentración de la bebida, el organismo secreta aguia para poderla asimilar (lo que agravará la deshidratación y en casos extremos puede ocasionar diarreas).
Por tanto, hay que evitar las bebidas hipertónicas (el número de partículas es superior a la del plasma) en caso de calor o sudor abundante, aunque son apropiadas si hacemos ejercicio en días de frío intenso
Hoy en día la frontera ya no está nada clara. Las marcas han buscado acercarse más a las necesidades de cada deportista y en los productos que podencos comprar hay mucho "mix" entre los dos grupos. Si hay que destacar que las bebidas ya no están compuestas de glucosa sino de polímeros (o rnaltodextrinas) que se caracterizan por su ausencia de sabor azucarado (lo que las hace más fáciles de tomar en caso de mucho calor) y su cualidad para asegurar mi suministro de energía suficiente sin riesgo de problemas digestivos.
En un tercer grupo están las bebidas vigorizantes, dónde además de hidratos de carbono puedes encontrar cafeína (una lata de 25 cl puede tener el contenido de una taza de café), taurina o ginseng.
Estas bebidas pueden aumentar tu sensación de euforia, además de darte energía de forma rápida, pero tomadas en exceso antes o después del ejercicio pueden conducir a la deshidratación e incluso en algunos casos producir taquicardias.
Hoy tienen de todo
Las más populares son las bebidas que contienen carbohidratos y sales minerales (potasio y, sobre todo, sodio, con el que mejoramos la absorción de la glucosa a nivel intestinal) en las proporciones adecuadas para conseguir mantener la energía durante el ejercicio y reponer los fluidos y sales perdidas rápidamente, sin provocar molestias gástricas. Las fórmulas más eficaces no contienen más de un 7~% de carbohidratos e incluyen vitaminas y otros minerales relacionados con el esfuerzo (vitamina C, E, B1, B2, B3 y B6, pfcolinato de cromo, calcio, etc).
Las soluciones con un contenido en carbohidratos pequeño se comportan de forma similar al agua y además aportan energía al músculo. Lo ideal es tornar entre 300-500 ml de esta bebida deportiva antes de entrenar y entre 500-1000 ml) durante el esfuerzo (tomando pequeñas cantidades cada 10-15 minutos y siempre en momentos en que la respiración no esté muy acelerada; beber a grandes sorbos y cuando vamos muy altos de respiración provoca flato).
Dato importante: hay que familiarizarse con la bebida. Prueba diferentes hasta que encuentres a que te resulta más agradable al paladar y más fácil de digen y luego no hagas experimentos en carreras. Usa la misma que utilizas habitualmente y es que hay que estarseguro que nuestro organismo la asimila sin problemas. No hay que esperar a tener sed para empezar a beber agua. La sensación de sed aparece cuando ya hemos perdido el 1% del peso corporal en forma de agua. Cuando las reservas de azúcar del músculo se agotan, éste recurre a la glucosa de la sangre, que alimenta igualmente el cerebro. A partir de este momento, el corredor puede sufrir un desfallecimiento. Para poder hacer esfuerzos prolongados como los que hacemos los runners, sobre todo en las carreras de 10 km en adelante, hay que beber antes de la hipoglucemia; después, ya será tarde. Por tanto, necesitas tomar una bebida deportiva con una aportación energética poco concentrada a intervalos regulares, desde una hora antes de empezar la carrera (y, por supuesto, tomar liquido desde los primeros minutos de esfuerzo).
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