El agua es, sin lugar a dudas, uno de los cinco elementos de la naturaleza más importantes para la vida. Sin embargo, no sólo por su func...
El agua es, sin lugar a dudas, uno de los cinco elementos de la naturaleza más importantes para la vida. Sin embargo, no sólo por su función vital el agua es importante para el ser humano
La hidroterapia, o el empleo del agua con fines terapéuticos, es uno de los métodos más antiguos utilizados en el tratamiento de las disfunciones físicas.
Las civilizaciones de Egipto, Grecia y, sobre todo, Roma utilizaron, desarrollaron y difundieron esta técnica y dejaron abundantes testimonios de ello. Sin embargo, tras la época romana y hasta el Renacimiento su uso se fue abandonando paulatinamente. Y recién en el siglo XX llegó un nuevo momento de desarrollo, comenzando su período científico.
Pero no será hasta después de la Segunda Guerra Mundial cuando se racionalice su uso y adquiera un lugar importante en la medicina rehabilitadora, especialmente en el tratamiento de los grandes déficit neurológicos y particularmente en el de la poliomielitis.
Desde entonces se ha desarrollado un importante conjunto de técnicas de probada eficacia que, utilizando el agua como único fármaco y valiéndose de vapores, algas, barros y arcillas en su estado natural y del masaje como sistema de aplicación, sirven para prevenir, mejorar y curar diversas afecciones, especialmente las del aparato locomotor, respiratorio, dérmico y digestivo.
La hidroterapia ha ido desarrollándose y adquiriendo mayor auge debido al reconocimiento del agua como el verdadero método terapéutico en sus múltiples campos de aplicación: rehabilitación ortopédica, reumatológica, neurológica, deportiva, entre otras.
... De qué se trata
El término hidroterapia deriva de las palabras griegas “hydor”, que significa agua, y “therapeia”, que quiere decir curación. Aunque el medio es el agua, su manejo o, para ser más precisos, las técnicas que se utilizan con ella, son el resorte de esta terapia.
Para comprender su acción es necesario encuadrarla dentro del marco general de la terapéutica física y remarcar que la piel es su lugar de acción, ya que en ella se suceden funciones sensitivas, de regulación de la temperatura, de la secreción glandular, de la excreción tóxica que se realiza a través del órgano cutáneo (como a través del órgano renal) y de la respiración.
La hidroterapia es una terapéutica funcional, fisiopatológica, pero no etiológica. Regulariza y normaliza la piel y, a través de ella, mediante reflejos, exalta las defensas generales, beneficia en diferentes formas al organismo al mejorar la circulación y el metabolismo, reeduca los mecanismos reguladores térmicos y restablece funciones motoras disminuidas o atrofiadas.
Es importante saber que la hidroterapia actúa sobre el terreno antes que sobre la enfermedad misma: por eso no es una medicación etiológica, sino del terreno y, en parte, del mecanismo. Por ejemplo, el terreno es lo común en todas las enfermedades reumáticas, por eso poco o mucho, en tal o cual período, las aguas y sus técnicas son benéficas o pueden ser benéficas para cualquiera de estas dolencias. Además, el tratamiento es individualizado según la enfermedad, el momento evolutivo, las articulaciones afectadas, las enfermedades concomitantes y otros factores.
Por este motivo, esta terapia natural no puede sustituir, reemplazar ni postergar los tratamientos médicos convencionales y específicos de cada afección de base, sino que pueden combinarse simultáneamente para obtener un mejor resultado y complementación.
Baños de placer
Los baños terapéuticos no son ninguna novedad ni fueron descubiertos en la modernidad. Los más conocidos y utilizados desde hace siglos son los que emplean vapor y agua para curar enfermedades, mejorar la circulación y ayudar a eliminar toxinas.
Pero estos usos y costumbres no quedaron abandonados en la antigüedad. Hoy en día, como en aquellos tiempos, a través de los baños de calor uno puede mejorar su calidad de vida y alcanzar un estado físico y psíquico armónico.
Como también se logra una distensión total de los músculos, sirve además para aliviar el estrés, y son terapias altamente desintoxicantes y depuradoras.
Beneficios múltiples
Son múltiples y variados los efectos fisiológicos del agua como método de terapia.
A modo de ejemplo y de guía, entre los múltiples beneficios que este líquido posee se encuentran los siguientes:
- Analgesia
- Aumento de la temperatura y vasodilatación tisular (flujo sanguíneo cutáneo)
- Efecto sedante
- Efecto antiinflamatorio
- Efecto antiespasmódico y relajante muscular
- Efectos sobre el tejido conjuntivo
- Disminuye la rigidez articular
Altas temperaturas
El baño turco es un sistema de salas de calor dotadas de diferentes temperaturas: la primera se encuentra a 45 grados, la segunda a 55 y la tercera a 70. Aquí, el calor es tan húmedo que la transpiración provocada no se evapora. Por esta razón, el cuerpo no puede enfriarse y suda en mayor cantidad, eliminando a través de la piel todas las toxinas. En estos baños, el calor se genera gracias al agua caliente que circula a través de cañerías y radiadores ubicados en las paredes de las salas. Si usted está pensando en utilizarlo y tiene presión alta, alguna enfermedad cardíaca o un trastorno de circulación, deberá consultar a un médico antes de entrar.
Otro tipo es el baño sauna, donde se utiliza un calor seco. Como el ambiente es menos húmedo que el del baño turco, el sudor se seca en la piel y genera una sensación más agradable. Se trata de una sala cubierta en madera llena de gradas para poder descansar (cuanto más arriba uno se siente, mayor será el calor que va a sentir). En este caso, la sensación térmica proviene de piedras volcánicas a altas temperaturas. Los mismos bañistas se encargan de humectar el lugar echando agua sobre las piedras. Al evaporarse, generan una sensación de aumento de la temperatura.
El baño finlandés, saturado de vapor y con temperaturas de hasta 45 grados, produce una sensación térmica muy alta, dada la importante dosis de humedad. Posee beneficios extra para aquellas personas que tienen problemas respiratorios, ya que la inhalación del vapor con diferentes esencias (que pueden ser de menta o eucaliptus, entre otras) contribuye a dilatar los bronquios.
Por último, la ducha escocesa es un masaje realizado con agua a presión, y sus ventajas son que estimula el tono muscular, aumenta la resistencia capilar, favorece la circulación y es un gran revitalizante. Además, aumenta el tono muscular y la oxigenación de los tejidos.
Ejercicio en el agua
El agua también es un muy eficaz medio para realizar ejercicios cuando la dolencia padecida no nos permite hacerlos en un medio seco. Esto se recomienda especialmente en los casos en los que se detectan diferentes afecciones neurológicas y del aparato locomotor.
Algunos efectos positivos del ejercicio en el agua caliente son los siguientes:
- Relajación del paciente
- Disminución del dolor espasmo muscular
- Aumento de la circulación
- Mantenimiento o incremento de la movilidad articular
- Reeducación muscular, desarrollando su potencia y resistencia
- Mejoría del estado psicológico emocional
Extractos que hacen bien
Además de los beneficios que el agua por sí misma y a diferentes temperaturas puede proveer al organismo, esta terapia también utiliza el poder de extractos o aceites de hierbas en conjunto con el agua de baño a temperaturas tibias, lo que facilita la dilatación de los poros de la piel y permite que los principios activos de las hierbas puedan penetrar en el metabolismo y, por intermedio de la sangre, ser transportados a todo el cuerpo brindando los beneficios a los órganos correspondientes según el extracto o el aceite esencial aplicado.
Cada tipo especial de extracto es utilizado para una acción diferenciada. A modo de ejemplo, describimos la función específica de algunos de los principales. Son los siguientes:
Extracto de algas: debido al alto contenido de yodo de las algas, este extracto posee propiedades regeneradoras y rejuvenecedoras de la piel. Además, limpia brindando suavidad y tonicidad, y combate el cansancio.
Extracto de manzanilla: brinda una sensación calmante y refrescante, y limpia mejorando la textura de la piel. Es ideal para pieles delicadas y sensibles.
Extracto de flores de montaña: otorga efecto vigorizante debido a la estimulación de la circulación cutánea. Ayuda a mantener el cuerpo caliente, en especial manos y pies, y limpia suavemente mejorando la textura de la piel.
Por otro lado, los aceites esenciales para baño obtenidos por destilación son altamente concentrados, por lo que su acción es más potente que la de los extractos, pero no poseen el efecto higienizante de estos últimos.
Sin embargo, los dos pueden ser combinados para obtener un mejor efecto. La acción de los aceites se vehiculiza por medio de la piel y por los vapores del mismo baño, permitiendo mejorar las funciones orgánicas así como equilibrar el centro emocional de nuestro cerebro.
Agua fría
El agua caliente y el vapor son altamente beneficiosos para el organismo del ser humano, ya que dilatan los vasos sanguíneos, favorecen la transpiración, relajan los músculos y las articulaciones y hacen afluir sangre y calor a la superficie del cuerpo.
Pero también el agua fría y el hielo poseen propiedades benéficas y curativas. Algunas que podemos destacar son que constriñen los vasos y reducen la inflamación y la congestión superficiales. Y también pueden ser utilizados para producir una mayor afluencia de sangre a los órganos internos.
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