Aunque existen factores biolĆ³gicos que limitan la potencia fĆsica de la mujer, es innegable que el sexo femenino estĆ” mejorando su cond...
Aunque existen factores biolĆ³gicos que limitan la potencia fĆsica de la mujer, es innegable que el sexo femenino estĆ” mejorando su condiciĆ³n fĆsica con una progresiĆ³n mĆ”s rĆ”pida que los hombres y alcanzando marcas deportivas cada vez mĆ”s cercanas a las del sexo masculino
Entre hombres y mujeres, se sabe, existen no pocas diferencias: morfolĆ³gicas, cardiovasculares, respiratorias, de termorregulaciĆ³n, de respuesta al estrĆ©s medioambiental y, por supuesto, cualidades motoras.
Ahora, llegado el moemento de encarar un plan de ejercicios, ¿existen realmente diferencias en la adaptaciĆ³n al ejercicio fĆsico entre la mujer y el hombre?
La respuesta al ejercicio fĆsico en la mujer tiene caracterĆsticas diferenciales respecto al hombre, si bien son pocos los estudios cientĆficos que han investigado este aspecto, motivado quizĆ”s por la tardĆa incorporaciĆ³n de la mujer a la prĆ”ctica deportiva y por su todavĆa escasa participaciĆ³n si tomamos como referencia la actividad fĆsica masculina (tanto a nivel recreacional como en el deporte de elite).
Aunque existen factores biolĆ³gicos que limitan la potencia fĆsica de la mujer (talla, masa muscular, tamaƱo del corazĆ³n, etc.) es innegable que las mujeres estĆ”n mejorando su condiciĆ³n fĆsica con una progresiĆ³n mĆ”s rĆ”pida que los hombres y alcanzando marcas deportivas cada vez mĆ”s cercanas a las del sexo masculino.
MORFOLOGICAS
Las mujeres tienen menor tamaƱo, talla y peso total que los hombres, en definitiva un armazĆ³n material mĆ”s ligero. Su composiciĆ³n corporal es claramente diferente de la del hombre siendo los factores hormonales, una vez alcanzada la pubertad, los determinantes de dicha diferencia: Peso Ć³seo inferior, un mayor porcentaje graso y menor masa magra (libre de grasa).
La masa magra pico en la mujer se alcanza a los 13-15 aƱos mientras que en el hombre sigue aumentando hasta los 20 aƱos. El mayor peso graso dificulta la prĆ”ctica deportiva, aumentando la fatiga y reduciendo la motricidad. La constituciĆ³n del cuerpo de la mujer se diferencia de la del varĆ³n por su mayor distribuciĆ³n de la grasa en glĆŗteos, mamas, caderas y parte superior de los muslos, por la acciĆ³n de los estrĆ³genos, que tambiĆ©n provocan un crecimiento de los huesos mĆ”s precoz y un fin del desarrollo mĆ”s temprano.
Presentan pelvis mĆ”s anchas y menos profundas, mayor angulaciĆ³n del fĆ©mur, y una mayor curvadura ( con convexidad anterior) de la columna vertebral a nivel lumbar que dificulta el trabajo con cargas. Las extremidades en relaciĆ³n con la estatura son mĆ”s cortas, lo que equivale a un brazo de palanca mĆ”s pequeƱo, que puede limitar su rendimiento en algunas especialidades deportivas por una menor eficiencia mecĆ”nica. La existencia de una cierta convexidad articular en rodillas (valgo o rotaciĆ³n interna) aumenta el riesgo de inestabilidad con una mayor incidencia de lesiones en el ligamento cruzado anterior, sĆndromes femoropatelares y fracturas de estrĆ©s.
Por otro lado, el centro de gravedad se sitĆŗa un 6% mĆ”s bajo que en el hombre lo que le confiere mayor estabilidad.
CARDIOVASCULARES
Fundamentalmente son factores anatĆ³micos los que imponen las limitaciones cardiovasculares: Las mujeres tienen las vĆsceras de menor tamaƱo que los varones. La mujer tiene un menor desarrollo de la caja torĆ”cica y un corazĆ³n mĆ”s pequeƱo, menor cantidad de sangre y volumen sistĆ³lico (cantidad de sangre que expulsa el corazĆ³n cada vez que se contrae para igual demanda de oxigeno). Su frecuencia cardiaca ( pulsaciĆ³n del corazĆ³n por minuto), por tanto, va a ser mayor.
En consecuencia tienen un menor gasto cardiaco (GC = volumen sistĆ³lico x Fc). El menor tamaƱo del corazĆ³n parece deberse a la suma de varios factores: su menor superficie corporal y masa magra, repercusiĆ³n de las hormonas sexuales (estrĆ³genos) sobre el crecimiento del corazĆ³n y diferente respuesta de la tensiĆ³n arterial durante el ejercicio.
La mujer presenta menor concentraciĆ³n de hemoglobina en sangre (15% menos) y del nĆŗmero de hematĆes, lo que equivale a una menor capacidad de transporte del oxigeno sanguĆneo.
RESPIRATORIAS
Las diferencias ventilatorias en la mujer son secundarias tanto a su menor dimensiĆ³n corporal, como del desarrollo de la caja torĆ”cica y menor tejido pulmonar. Por ello, sus parĆ”metros de funciĆ³n respiratoria son inferiores a los del sexo masculino, por que tiene menor capacidad pulmonar total (espacio en los pulmones para recibir el aire). Para poder mantener igual ventilaciĆ³n se verĆa obligada a aumentar su frecuencia respiratoria ( numero de respiraciones por minuto).
TERMOREGULACION Y RESPUESTA AMBIENTAL
La mujer tiene menor capacidad de producciĆ³n de calor, pero, por otro lado, su mayor porcentaje de grasa subcutĆ”nea le confiere un mayor aislamiento, lo que contrarrestarĆa en parte el defecto anterior. La relaciĆ³n superficie corporal/peso corporal es mayor en la mujer y esto implica que puede perder o ganar calor mĆ”s rĆ”pidamente. Presenta igual tolerancia al calor y al frĆo en ejercicio para igual intensidad relativa (aunque suda menos) e igual capacidad en altura; en definitiva, una mayor resistencia orgĆ”nica (general, al frĆo, calor, dolor...). La condiciĆ³n fĆsica y la aclimataciĆ³n parecen influir mĆ”s en la respuesta termorreguladora al ejercicio fĆsico que las diferencias biolĆ³gicas en ambos sexos.
MOTORAS
Las diferencias hormonales (testosterona 10-20 veces menor en la mujer) condicionan una menor fuerza muscular secundaria a su menor peso magro (peso libre de grasa). La fuerza mƔxima se alcanza antes en la mujer, a los 18-22 aƱos y es un 40% inferior a la que alcanza el hombre. Existe mayor similitud en ambos sexos en los valores de fuerza de tren inferior y fuerza elƔstica (70-80% de la del hombre) siendo las diferencias mƔs llamativas en cuanto a potencia en tren superior (50-60% de la del hombre).
No existen diferencias en el reparto de fibras musculares, pero se cree que la mujer posee fibras de menor tamaƱo y quizĆ” menor nĆŗmero de fibras.
La elasticidad es hasta un 10% mayor en la mujer, al igual que la movilidad articular y laxitud ligamentosa.
Posee mayor habilidad en el aprendizaje motor, coordinaciĆ³n y ejecuciĆ³n tĆ©cnica de los movimientos y tiene menor predisposiciĆ³n a algunas lesiones.
Su velocidad de reacciĆ³n y frecuencia de movimientos es anĆ”loga a la del hombre pero con una menor velocidad de traslaciĆ³n.
La mujer sometida a un programa de entrenamiento de fuerza consigue iguales mejoras que el hombre (20-40%) aunque no tanto por hipertrofia muscular (secundaria a la acciĆ³n anabolizante del entrenamiento de fuerza por aumento de la testosterona) como por factores de control neuromotor o neurales. Sin embargo, requiere mayor cantidad de entrenamiento y mayor nĆŗmero de sesiones (trabajando iguales volĆŗmenes y con igual tĆ©cnica de entrenamiento).
La mujer precisa dos veces mĆ”s tiempo para desarrollar igual fuerza relativa. AsĆ mismo, precisa trabajar con mayor regularidad para mantener su volumen muscular.
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