Nueve consejos prácticos de alimentación para que las Navidades vengan con regalos y no con kilos de más. Los recaudos básicos que se pue...
Nueve consejos prácticos de alimentación para que las Navidades vengan con regalos y no con kilos de más. Los recaudos básicos que se pueden ir tomando desde ahora para que el 24 y 31 no sean una pesadilla.
Se puede creer o no, pero el hombre activo promedio aumenta sólo unos pocos kilos durante las fiestas de Fin de Año, pero lo que aumenta tiende a quedarse... para siempre. Sin embargo, con un poco de precaución, podemos pasar diciembre sin condenarnos de por vida a los estantes de pantalones anchos. Sencillamente hay que seguir los siguientes consejos, y mantendremos a raya el exceso de peso de las fiestas de esta época, y quizás hasta se puedan perder algunos otros kilos acumulado desde cumpleaños pasados y otras fiestas anteriores en el año.
1.- Busca un sueño reparador. Dormir es para los vagos ¿verdad? Nada de eso. En realidad, el sueño desempeña un papel importante en el metabolismo de los alimentos. Investigadores en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chicago sometieron a prueba a hombres con cuatro y nueve horas de sueño por noche. Cuando se permitían sólo cuatro horas, los adormecidos individuos mostraron niveles más altos de azúcar en la sangre, lo que significa que el combustible no estaba llegando a los músculos, donde debe estar. Consumir alcohol y comidas sustanciosas puede interrumpir tus ciclos de sueño, aminorando el ritmo de tu metabolismo cuando más lo necesitás así como afectando tu sistema inmunológico.
2.- A desayunar temprano. "El desayuno es la comida más importante del día", dice las madres. Es necesario echar a andar el metabolismo temprano. Para lograrlo, necesitás tener algo en el sistema". Investigadores en el Colegio Queen Margaret, en Escocia, hallaron que quienes desayunan suelen estar más magros y generalmente consumen menos grasa y colesterol. También reciben más fibra en su dieta, lo cual ayuda a saciar el apetito ya avanzado el día. Si te decidís por el cereal, vigilá el contenido de azúcar y tratá de que el ingrediente principal sea granos enteros.
3.- Sopita. En un estudio de la Universidad Estatal Penn publicado en el American Journal of Clinical Nutrition, los individuos que recibieron sopa de pollo y arroz antes del almuerzo consumieron 100 calorías menos que los que consumieron otros aperitivos. Si no tenés sopa disponible, se sugiere comenzar con vegetales crudos, frutas, etc.
4.- Un perfil griego, sin tanto queso. Raras veces se ven enfermedades cardíacas y algunas formas de cáncer en las poblaciones griegas e italianas, pero muchos de este lado no entendemos los aspectos más saludables de la dieta mediterránea. Creemos que significa berenjena con parmesano y quesos de alto contenido de grasa. En realidad, es una dieta basada sobre todo en vegetales, frutas, granos enteros, legumbres, pescado y una dosis saludable de aceite de oliva. De hecho, el aceite de oliva es una de las maneras más saludables de incorporar grasa necesaria en nuestro programa de nutrición.
5.- Nuez y pescado. El pescado, en especial el salmón y la macarela, contienen grasas monoinsaturadas saludables. Se recomiendan dos porciones de alimentos ricos en ácidos grasos omega 3 por semana. Además de su alto contenido en omega 3, un consumo moderado de nueces es también una buena fuente de proteína, fibra, magnesio, potasio y zinc.
6.- Por escrito. Lleva un diario de tu alimentación, para que sepas todo lo que comés.
7.- Más legumbres. Agregar fibra a tu alimentación puede generar una vida general más saludable. Algunos porotos pueden ayudar a disminuir los niveles de colesterol, bloquear la absorción de grasa y hacerte sentir más lleno, así que comerás menos. Los porotos también añaden vitaminas B, proteína, potasio, calcio, zinc y hierro al cancionero de tu organismo.
8.- Agua que has de beber. El H20 es usado en casi todas las funciones corporales y puede realmente reducir el apetito, así que tené un poco de agua a mano. No confíes en tu mecanismo de sed para que te lleve a la fuente. Cuando te des cuenta de que tenés sed, ya has llegado a la deshidratación.
9.- Divide y vencerás. Una vez que salís del trabajo o del estudio, comer porciones más grandes que tu cabeza no es una prueba válida de virilidad. Dividiendo las comidas y distribuyéndolas a lo largo del día se obtendrán mejores resultados que llenando el estómago de un golpe.
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