Betabloqueantes Se conoce asà a los fÔrmacos que bloquean un tipo de receptores que tienen las células de nuestro organismo para la...
Betabloqueantes
Se conoce asà a los fÔrmacos que bloquean un tipo de receptores que tienen las células de nuestro organismo para la adrenalina y la noradrenalina (receptores tipo beta). En determinadas ocasiones (cuando nos encontramos ante un peligro por ejemplo) nuestro cuerpo responde con la liberación en sangre de estas dos sustancias. La sangre la distribuye por todo el organismo, y se unen a receptores que tienen las células en su superficie. La unión de estas sustancias a los receptores va a provocar cambios de funcionamiento en las células, que se puede traducir en un cambio en el funcionamiento de todo el órgano. Cuando la adrenalina se une a los receptores beta se produce entre otras cosas la activación del corazón. El uso de los betabloqueantes impide esta activación del corazón y son de gran utilidad en el tratamiento de enfermos hipertensos y cardiopatas.
Tal vez el betabloqueante mĆ”s conocido por el gran pĆŗblico sea el clembuterol, producto que se ha utilizado para el engorde ilegal del ganado, ya que presenta propiedades anabolizantes (incrementa la sĆntesis y almacenamiento de sustancias por parte del organismo, como por ejemplo las proteĆnas que forman los mĆŗsculos). Por estas propiedades anabolizantes tambiĆ©n lo han utilizado algunos deportista (se sospecha que es lo que utilizó la atleta alemana K. Krabe).
Otra utilización, mĆ”s propia de su mecanismo de acción propio, es la de conseguir un enlentecimiento del corazón en deportes de gran gasto fĆsico (por ejemplo esquĆ de fondo). Sin duda estĆ” aplicación se basa en el hecho que el deportista entrenado puede realizar grandes esfuerzos sin grandes incrementos de su frecuencia cardiaca.
De hecho, un parĆ”metro para medir la forma fĆsica de un individuo es medir la frecuencia cardiaca en reposo. Si es baja, querrĆ” decir que ese corazón necesita menos latidos para impulsar la sangre que necesita el organismo, que otro corazón de un sujeto con una menor forma fĆsica. Por tanto se trata de un corazón de mayor potencia, y cuando el sujeto se someta a grandes esfuerzos podrĆ” bombear toda la sangre que el organismo necesite para aportar el oxĆgeno y demĆ”s elementos necesarios para el funcionamiento del mĆŗsculo. Entonces estĆ” bastante claro que intentar enlentecer el corazón durante el ejercicio fĆsico mediante fĆ”rmacos es una "aberración farmacológica". Si disminuimos artificialmente la frecuencia cardĆaca durante el ejercicio lo Ćŗnico que conseguiremos serĆ” reducir el aporte de glucosa y oxigeno que necesita el mĆŗsculo para trabajar. AdemĆ”s impediremos que la sangre consiga arrastrar los productos de desecho que se producen durante el ejercicio, y conducirlos hacia los riƱones y demĆ”s órganos relacionados con la excreción. Por tanto, se estarĆ” facilitando el agotamiento muscular, reduciendo la resistencia a medio plazo. AsĆ lo han demostrado algunos estudios realizados a principios de los aƱos 90.
Otra de las propiedades de los betabloqueantes es disminuir el temblor, por lo que ha sido utilizado por los tiradores para mejorar su precisión durante las competiciones.
DiurƩticos
Los diurĆ©ticos son un grupo de fĆ”rmacos de muy variado origen y mecanismos, que producen un aumento de la producción de orina. A dosis elevadas pueden provocar perdidas importantes de peso, a costa de inducir un estado similar a la deshidratación, ya que esa perdida de peso sólo responde a un incremento del agua eliminada. AdemĆ”s de agua, se eliminan tambiĆ©n distintos iones (especialmente potasio) que son imprescindibles para el correcto funcionamiento del corazón. AsĆ, un abuso de diurĆ©ticos si reducen en exceso los niveles de potasio en sangre (hipopotasemia) puede provocar la aparición de arritmias cardiacas y muerte.
Los culturistas recurren a estos fĆ”rmacos para que al perder lĆquido, la musculatura quede mĆ”s marcada y definida. Y cómo comentĆ”bamos en el artĆculo anterior esta fue la razón de la muerte del campeón del mundo (versión IFBB) de 1980. TambiĆ©n lo han utilizado boxeadores, judokas, levantadores de peso, y otros atletas que se clasifican en categorĆas por el peso corporal, para, en vĆsperas de la competición perder el suficiente peso corporal como para mantenerse en la categorĆa adecuada.
TambiƩn son fƔrmacos a los que suelen recurrir los pacientes anorƩxicos (en los que, como ya hemos comentado, se da frecuentemente la prƔctica de ejercicio intenso) con las mismas peligrosas consecuencias.
Por Ćŗltimo merece la pena comentar el caso del probenecid. Aunque pocos autores lo clasifican como un diurĆ©tico, su principal acción es aumentar la eliminación de urea en orina. TambiĆ©n tiene el efecto de impedir la eliminación de algunos fĆ”rmacos, como la penicilina. En clĆnica se utiliza para tratar la gota (enfermedad causada por niveles altos de urea), y prolongar el efecto de algunos medicamentos.
Entre los deportistas, la eliminación de urea puede favorecer la recuperación del organismo tras ejercicio intenso (por lo que su uso era frecuente entre los ciclistas), pero tambiĆ©n puede impedir la eliminación de algunos medicamentos prohibidos por su efecto doping, y asĆ evitar su detección en las analĆticas correspondientes. Hoy en dĆa estĆ” clasificado como sustancia prohibida en casi todas las listas de las diversas federaciones, pero su uso casi le costó el Tour de 1988 a Perico Delgado.
Insulina
En algunas pĆ”ginas web sobre culturismo se propugna la utilización de insulina para favorecer la hipertrofia muscular. En concreto en una de ellas se dice textualmente "...cuando se trata de maximizar el desarrollo muscular, inducir un pico de insulina en el momento oportuno puede marcar una diferencia decisiva." Recordemos que la insulina es una de las hormonas encargadas de la regulación de los niveles de glucosa en sangre. Es muy conocida ya que problemas en su sĆntesis o utilización producen una enfermedad tan frecuente como la diabetes mellitus, en la que estos niveles estĆ”n elevados (el popular "azĆŗcar" de los anĆ”lisis).
Concentraciones demasiado altas de glucosa son perjudiciales ya que pueden inducir un coma diabĆ©tico (en forma cetoacidósico o hiperosmolar) y la muerte del paciente. Mas frecuentemente, van daƱando los tejidos y órganos de forma progresiva, reduciendo la calidad de vida del paciente (ceguera, neuropatĆas, problemas circulatorios...) y facilitando complicaciones diversas que pueden hacer peligrar la vida del enfermo.
Si peligrosa es la hiperglucemia (niveles altos de glucosa en sangre) no lo es menos la hipoglucemia (niveles demasiado bajos de glucosa). En este caso, mientras que otros órganos tienen nutrientes alternativos para seguir funcionando, el cerebro queda rĆ”pidamente sin fuentes de energĆa por lo que su actividad decae rĆ”pidamente, pudiendo aparecer coma y, si no se trata rĆ”pidamente, muerte. De hecho, la mayorĆa de pacientes diabĆ©ticos tienen mĆ”s miedo a "pasarse" con la insulina (e inducir una hipoglucemia) que a quedarse cortos con ella (a pesar de poderse producir una hiperglucemia).
Entonces ¿quĆ© sentido tiene utilizar este fĆ”rmaco en un deportista?. Las pĆ”ginas web que recomiendan su utilización se basan en que, para bajar los niveles de glucosa en sangre, permiten su entrada en el mĆŗsculo junto a las proteĆnas necesarias para hipertrofiar el mismo. EstarĆamos de nuevo ante una "aberración farmacológica". Aunque la insulina provocase la entrada en el mĆŗsculo de un exceso de proteĆnas, se necesitarĆan otros estĆmulos (por ejemplo anabolizantes o disponibilidad de nutrientes) para incorporarse a la masa muscular y causar la hipertrofia buscada. Por otro lado nadie ha demostrado que el efecto anabolizante de la insulina sea superior al de los esteroides o al del clembuterol, ni tampoco que se sumen o sean complementarios. En estas condiciones, los riesgos de una hipoglucemia superarĆan los posibles "beneficios" del efecto anabolizante, especialmente cuando se podrĆa sumar la hipoglucemia provocada por el ejercicio intenso. Y como ya hemos comentado, una hipoglucemia puede inducir la muerte del paciente.
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