Casi un cuarto de la población mundial está infectada con parásitos gastrointestinales. Estas infecciones prevalentes a menudo resultan en ...
Casi un cuarto de la población mundial está infectada con parásitos gastrointestinales. Estas infecciones prevalentes a menudo resultan en un período de disminución del apetito que resulta en la pérdida de peso.
Sin embargo, poco se sabe acerca de los factores que controlan estas alteraciones alimentarias y la razón por la que ocurren. Científicos de la Universidad de Manchester y el Instituto de Inmunología, Inflamación y Reparación han estudiado la respuesta del sistema inmune en los ratones que carecían células inmunes y hormonas de alimentación.
Los ratones fueron infectados con el gusano redondo Trichinella spiralis.
Se identificó que la respuesta inmune del ratón al parásito era la causa de dos períodos de reducción en su alimentación a través de dos mediadores inmunes distintos.
Curiosamente, el sistema inmune utiliza la hormona colecistoquinina, que por lo general detiene la alimentación lo cual causa una reducción en el peso y los depósitos de grasa. Esto reduce los niveles de la hormona producida por células de grasa – leptina, que pueden influir en la respuesta inmune.
Para ver si esta reducción de la leptina tuvo algún efecto, los investigadores restauraron los niveles de leptina en los ratones durante la infección por gusanos. Encontraron que los ratones tratados no tuvieron la respuesta correcta inmune al parásito lo que causo en una expulsión retrasada.
El doctor John Worthington en la Facultad de Ciencias llevó a cabo la investigación:. “Nos sorprendió bastante por lo que nos encontramos en este estudio. Normalmente la pérdida de peso se asocia con una respuesta inmune negativa, pero esto parece sugerir todo lo contrario que la pérdida de peso fue realmente positivo al aumentar la capacidad del ratón para resolver una infección y eliminar el gusano “.
El profesor McLaughlin agregó: “Esto también puede tener relevancia para otras enfermedades humanas que causan inflamación del sistema digestivo y afectan el apetito y la nutrición”. Los laboratorios están actualmente ampliando estos estudios para examinar cómo otras hormonas alimentación interactúan con el sistema inmune durante diferentes enfermedades infecciosas.
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