En un nuevo estudio, investigadores han llegado a la conclusión de que el ejercicio aeróbico, como saltar cuerda, lo cual implica movimiento...
En un nuevo estudio, investigadores han llegado a la conclusión de que el ejercicio aeróbico, como saltar cuerda, lo cual implica movimientos verticales del cuerpo, puede suprimir el apetito y los antojos de alimentos altos en grasa. Los investigadores, que publicaron su informe en la revista Appetite, trataron de averiguar si los ejercicios que implican movimientos verticales del cuerpo, conducen a un tipo de perturbación del sistema digestivo, afectando las hormonas como la grelina, la cual nuestro cuerpo libera cuando tenemos hambre. Por otra parte, el estudio comparó el nivel de hambre en los hombres que saltan cuerda a los que se ejercitaron en bicicleta.
Estudios previos apoyan una conclusión similar
Antes de este nuevo estudio, una serie de otros estudios llegaron a la conclusión que el correr suprime el apetito más que el ciclismo y que saltar la cuerda puede suprimir el hambre más que ambos. Puesto que no hay movimiento horizontal al saltar cuerda, es más de un ejercicio de soporte de peso corporal en comparación con correr.
Según los investigadores, saltar la cuerda conduce a una mayor alteración intestinal y podría estimular una mayor supresión del apetito.
Comparación de movimiento de ejercicios aeróbicos verticales y horizontales
Para probar su idea, los investigadores evaluaron a 15 hombres sanos con una edad promedio de 24 años. En días no consecutivos, se hicieron los hombres a saltar la cuerda durante 30 minutos, hacer ejercicio en una bicicleta estacionaria o de descansar.
En varios puntos durante y después de su rutina, los investigadores midieron los niveles de las hormonas de apetito en los hombres. Del mismo modo, los investigadores también preguntaron a los hombres de lo hambriento que se sentían y lo mucho que se les antojaban alimentos dulces, salados, agrios y grasosos.
Los resultados iniciales mostraron que aquellos que se saltaron cuerda y andaban en bicicleta sentían menos hambre que los hombres que habían descansado. Incluso se sentían menos hambrientos 15 minutos después de su sesión de ejercicio.
Sin embargo, al minuto 25, los que saltaron cuerda se sentían menos hambrientos que los que estaban en bicicleta. Del mismo modo, los investigadores encontraron que aquellos que hacían ejercicio tenían menos deseo por los alimentos grasos y esta observación fue más evidente para los que saltaron la cuerda. Por otra parte, los que lo hicieron bicicleta sentían más hambre después de su sesión que cuando hicieron sesiones de cuerda.
Con estos resultados, los investigadores concluyeron que el ciclismo, y no saltar la cuerda, hace que el hambre a la larga coman para compensar la energía que quemaron a través de comer.
Sin embargo, el estudio determinó que no había ninguna diferencia clara en el nivel de las hormonas intestinales, entre los que andaban en bicicleta y el saltar cuerda. Por lo tanto, podría haber otro mecanismo o explicación por la cual los hombres que saltaron cuerda se sentían menos hambrientos que cuando hacían ejercicio en una bicicleta estacionaria.
Los investigadores concluyeron que el ejercicio aeróbico, especialmente el saltar cuerda, podría regular el deseo de una persona por los alimentos grasosos. Hacer estos ejercicios puede mejorar la conducta alimentaria de los adultos, sobre todo cuando se trata de alimentos ricos en grasas.
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