D-Ribosa (parte 2)

Rejuveneración de corazones humanos Algunos estudios interesantes han surgido demostrando cómo D-ribosa activo afecta el tejido del corazón...

Rejuveneración de corazones humanos

Algunos estudios interesantes han surgido demostrando cómo D-ribosa activo afecta el tejido del corazón humano y su función. 15 investigadores han demostrado que el aumento en los niveles de ATP causa un mejoramiento de la función cardiaca, mejor flujo de la sangre y una recuperación más rápida con protección de los estragos de la oxidación inducida por reperfusión.

Eventos isquémicos tales como un ataque al corazón causas que el músculo cardíaco empiece a “hibernar” esperando al regreso de energía para volver a su actividad normal.

Cardiólogos en la Universidad de Ciencias de Salud de Oregón estudiaron este fenómeno en un grupo de pacientes con enfermedad de la arteria coronaria, sometiéndolos a una ” prueba de estrés con talio.” En esta prueba, los pacientes se inyectan con un trazador radiactivo inmediatamente después de ejercicio moderado y la distribución del trazador se observa utilizando cámaras especiales. Los pacientes recibieron D-ribosa o un placebo y los ensayos se repitieron en 4 y 24 horas, respectivamente. Los resultados fueron sorprendentes, las imágenes tomadas a sólo cuatro horas después de la infusión con D-ribosa revelaron 21 áreas de tejido defectuoso que no se habían visto en el grupo placebo, lo que indica que la D- ribosa “despierta” áreas viables del músculo del corazón y ayuda a mejorar la identificación de cardiopatía isquémica. Un estudio más amplio publicado el mismo año mostró resultados similares. Estos estudios muestran que la D-ribosa no sólo mejora la capacidad para medir con precisión el grado del daño al corazón, pero también sugieren fuertemente que este suplemento podría acelerar la recuperación de la función cardiaca saludable después de un ataque al corazón.

Cardioprotección

Los sobrevivientes de ataques cardíacos se enfrentan a la posibilidad de un músculo cardiaco dañado permanente, lo que reduce la capacidad del corazón de poder bombear sangre y produce una serie de síntomas como intolerancia al ejercicio hasta una insuficiencia cardíaca congestiva grave. Y puesto que la rehabilitación para prácticamente cualquier condición cardíaca requiere ejercicio moderado y regular, es vital asegurarse que las células del músculo cardíaco optimicen los niveles de ATP.

Un problema del envejecimiento humano es que su corazón se agranda y se hace “rígido.” El resultado es una reducción en la capacidad de contraerse para bombear la sangre y relajarse para permitir que la sangre entre. La gente con hipertrofia ventricular a menudo tiene tolerancia limitada al ejercicio y sus corazones son especialmente vulnerables a la isquemia y daño adicional posteriormente.

En un estudio con implicaciones de largo alcance para los seres humanos, los investigadores examinaron los efectos de la D-ribosa en animales para determinar si el suplemento, dado de antemano, podría proteger al corazón contra la isquemia inducida de forma experimental. También estudiaron los efectos en animales con hipertensión y los músculos del corazón agrandados, la misma hipertrofia que se desarrolla comúnmente en seres humanos con presión arterial elevada.

Los primeros resultados del estudio fueron sorprendentes. Los corazones de animales sanos que recibieron D-ribosa antes de la isquemia tuvieron 25 % más de tiempo antes de que la lesión fuera irreversible y había reservas de glucógeno significativamente elevadas. En términos humanos, esto podría traducirse en valioso tiempo extra para que los servicios médicos de emergencia puedan hacer su parte y podrían mejorar drásticamente la supervivencia después de la estabilización. Estos investigadores también demostraron que en las ratas hipertensas con hipertrofia ventricular, el tratamiento con D-ribosa la función ventricular mejoró significativamente; hasta en un 25 %. 

¿Lo que significa para el ser humano? Similares resultados permitirían a las personas con corazones enfermos  bombear más sangre a órganos y estructuras vitales del cuerpo que requieren mucha energía – incluyendo los músculos esqueléticos que tan fácilmente se fatigan.