BasĆ”ndose en comprobaciones cientĆficas extraĆdas de mĆ”s de cincuenta estudios independientes, el Organismo estadounidense para el Control d...

Las autoridades reguladoras estadounidenses examinaron un nĆŗmero suficiente de estudios para convencerse de que, en personas con un alto Ćndice de colesterol, al reemplazar todas o una parte de las proteĆnas animales de su dieta por proteĆnas de soja, tanto el Ćndice total de colesterol como el de colesterol LDL (“low-density lipoprotein”, o lipoproteĆna de baja densidad, mĆ”s conocido como “colesterol malo”) se reducen considerablemente.
Aunque todavĆa no se sabe con certeza cual es el mecanismo por el que la proteĆna de soja produce tales efectos, los investigadores han formulado varias hipótesis. PodrĆa deberse al hecho de que favorece la secreción de Ć”cidos biliares, lo que produce la reducción del nivel de colesterol en la sangre. Otro teorĆa defiende que la proteĆna de soja estimula el hĆgado y Ć©ste reacciona reduciendo el nivel de colesterol LDL en la sangre, o bien que las isoflavonas de esta leguminosa actĆŗan como antioxidantes, o favoreciendo la vasodilatación y reduciendo de este modo los daƱos producidos por este tipo de colesterol y los depósitos que deja en las paredes arteriales.
Sea cual sea la explicación correcta, en lo que respecta a las isoflavonas, la acción protectora que potencialmente ejercen no se limita al corazón. Se considera que tanto las isoflavonas, calificadas por algunos expertos de arma secreta de la soja, como los lignanos de esta planta estÔn estructuralmente emparentados con los estrógenos (hormonas humanas).
Durante el perĆodo fĆ©rtil de la mujer, uno de los factores de riesgo para desarrollar cĆ”ncer de mama u otros tipos de cĆ”ncer de ovario o endometrio, de origen hormonal, es la sobreexposición a los estrógenos humanos. Estas hormonas, capaces de adherirse a los denominados receptores beta del estrógeno que se encuentran en las cĆ©lulas mamarias, las del ovario y las del endometrio, si son numerosas, pueden provocar la división y posterior reproducción celular descontrolada (el proceso de formación del cĆ”ncer).
Lo mÔs sorprendente de los estrógenos vegetales que aparecen en la soja es que la similitud de su forma y su estructura con los estrógenos humanos significa que pueden acoplarse a los receptores beta del estrógeno, pero, al ser mÔs endebles que el estrógeno humano, son susceptibles de reducir el riesgo de que se inicie el proceso de división celular.
El Doctor Michael Morton, cientĆfico senior del Laboratorio de Investigación BioclĆnica (BioClinical Research Services Laboratory) de Gales, Reino Unido, contribuye al esclarecimiento de esta incógnita: “Un estudio reciente demuestra que, en las pruebas de laboratorio, la genisteĆna, que es la principal isoflavona, o estrógeno vegetal de la soja, se acopla a los receptores beta de los estrógenos con la misma afinidad que el tamoxifĆ©n, otra hormona que se emplea para prevenir el cĆ”ncer de mama y tratar a mujeres afectadas”.
La genisteĆna tambiĆ©n ejerce una gran influencia en el crecimiento y el control celular, puesto que ayuda a inhibir tanto la acción de las enzimas necesarias para la división celular, como la vascularización, controlando asĆ la reproducción de las cĆ©lulas cancerĆgenas.
Las propiedades beneficiosas de la soja no acaban ahĆ. Parece ser que, en las mujeres premenopĆ”usicas, los estrógenos vegetales de esta planta atenĆŗan los efectos del estrógeno humano. A las mujeres posmenopĆ”usicas, cualquier efecto del estrógeno vegetal, por leve que sea, les ayudarĆ” a reducir los efectos de la menopausia, ya sea a corto o largo plazo. Varios estudios han revelado que, administrando 40 g adicionales de proteĆna de soja al dĆa, se incrementa el aporte mineral a ciertas vĆ©rtebras de la columna, ademĆ”s de reducirse la intensidad de sĆntomas menopĆ”usicos, tales como los sofocos.
En paĆses como Japón, donde el promedio de estrógenos vegetales ingeridos oscila entre los 20 y los 50 mg diarios, el riesgo de padecer cĆ”ncer de mama es entre cinco y ocho veces menor que en Europa occidental, donde la media es de 1 mg diario. Parece ser que incrementando la ingesta diaria de soja, no sólo se puede reducir el riesgo de padecer trastornos cardiacos, sino que ademĆ”s se podrĆa contribuir a fortalecer la salud de mujeres premenopĆ”usicas y posmenopĆ”usicas.
Sin duda alguna, cada vez se encontrarƔn en los supermercados mƔs productos a base de soja en los que se resalten las propiedades beneficiosas de este componente.
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