El repentino cierre del Gimnasio Fitness Center, en la madrileña Plaza de los Cubos, llenaba de rabia y frustración a los cerca de 1.500 soc...

Las cuotas anuales de los socios oscilaban entre los 200 y los 400 euros, por lo que el citado administrador podrĆa tener ahora en su poder una suma que ascenderĆa a mĆ”s de 300.000 euros.
Deterioro progresivo de las instalaciones
A pesar de que los clientes afectados no esperaban este desagradable desenlace, hace tiempo que barruntaban que algo no funcionaba en la gestión del centro. SegĆŗn Gema Iglesias, una de las socias, "habĆa un deterioro progresivo del gimnasio a todos los niveles en los Ćŗltimos meses".
El pasado mes de mayo, Gema y otros 38 clientes presentaban una solicitud al centro, instando a la mejora de una serie de deficiencias "insostenibles", como la falta absoluta de higiene o algunas irregularidades en el cumplimiento del contrato firmado. Muchas de las ofertas incluidas en sus cuotas eran insuficientes o, incluso, inexistentes, como la prometida terma, que "ni siquiera funcionaba".
El pasado mes de mayo, Gema y otros 38 clientes presentaban una solicitud al centro, instando a la mejora de una serie de deficiencias "insostenibles", como la falta absoluta de higiene o algunas irregularidades en el cumplimiento del contrato firmado. Muchas de las ofertas incluidas en sus cuotas eran insuficientes o, incluso, inexistentes, como la prometida terma, que "ni siquiera funcionaba".
Asimismo, los aparatos de la sala de musculación se estropeaban con frecuencia lo que, ante la falta de personal de mantenimiento, complicaba mucho su arreglo y posterior uso. Ante esta situación, poco podĆan hacer los solicitantes ya que, en contra de la normativa vigente, el gimnasio tampoco contaba con Libro de Reclamaciones.
Los monitores dejaron de cobrar
A principios de este mes, lo que comenzó siendo una sugerencia se convertĆa en reclamación oficial cuando el centro se quedó, literalmente, sin agua. Sergio SĆ”nchez lo achacó a una supuesta rotura de la caldera, pero el hecho fue la gota que colmó el vaso. El administrador dejó de acudir regularmente al local en torno al 20 de junio, abandonando a su suerte a empleados y socios, al tiempo que los monitores se marchaban tambiĆ©n "hartos de no cobrar y de trabajar en condiciones extremas", segĆŗn afirman. AsĆ, el gimnasio se quedaba en cuestión de dĆas sin responsable ni personal cualificado.
"Ćltimamente tenĆamos una sensación de dejadez absoluta, como si el propietario del negocio intentara que, poco a poco, fuĆ©ramos los propios clientes los que nos fuĆ©semos por desesperación", declara Gema. Sin embargo, algunos confiados seguĆan pagando cuotas el 13 de julio; apenas dos dĆas antes de que el gimnasio bajara la persiana.
Alice Santos, ex trabajadora del gimnasio, relata cómo cuando comenzó le dijeron que cobrarĆa antes del 8 de cada mes, pero nunca lo hizo antes del 21. AdemĆ”s, tenĆa que reclamar el dinero cada mes: "Trabajar sin saber si vas cobrar es duro, pero me daban pena mis alumnas, que no tenĆan culpa de nada", explica.
Sergio SĆ”nchez, que no ha querido hacer declaraciones a este periódico, se enfrenta ahora a varias denuncias (presentadas en la ComisarĆa de Moncloa, asĆ como en la ConsejerĆa de EconomĆa y Hacienda y en la de Comercio), y desde ayer, a una sentencia de desahucio por parte de los dueƱos del local (pues tampoco pagaba el alquiler desde hace unos meses), que ya estĆ”n negociando con una importante cadena de gimnasios para poner el inmueble en marcha cuanto antes.
Los afectados, mĆ”s allĆ” de la denuncia, se han unido para demostrar que hay que luchar contra este tipo de fraudes empresariales. El miĆ©rcoles por la noche se manifestarĆ”n junto al que hasta ahora era su gimnasio para solicitar la devolución Ćntegra de sus cuotas, y sobre todo, para exigir que el responsable no quede impune.
Fuente: elmundo.es
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