Con el nacimiento de la competición del culturismo femenino que tuvo lugar en los Estados Unidos durante finales de los 70 y principios de l...
Con el nacimiento de la competición del culturismo femenino que tuvo lugar en los Estados Unidos durante finales de los 70 y principios de los 80, sólo fue cuestión de meses después de la inauguración de los Ms. Olympia en 1980 antes de que apareciesen los campeonatos Europeos. Europa ha sido una tierra fértil que ha ofrecido a algunas de las mejores culturistas femeninas en el mundo y a pesar de ello sólo ha habido campeonatos en varios países de Europa Occidental en 1980, hasta que finalmente en 1981 aparecieron los primeros Campeonatos Europeos de IFBB. Este evento verdaderamente trajo un toque internacional a este deporte que comenzaba a crecer por toda Europa.
No es una moda pasajera
En todo el mundo, artículos sobre la “nueva mujer de los 80” comenzaron a aparecer, y particularmente en los Estados Unidos, cuestiones sobre si el culturismo femenino podría ser simplemente una moda que pronto acabaría desapareciendo eran bastante comunes.
Las revistas más conocidas del culturismo y la industria del fitness incorporaron mensuales y periódicos, la musculatura femenina aparecía plasmada en ellos, yendo desde comentarios bastante crueles a editoriales que daban su aprobación con cautela. En Europa la fascinación con esta “nueva mujer” que desafiaba sus capacidades musculares llamó la atención rápidamente.
El primer Campeonato Europeo de IFBB para mujeres se celebró el 30 de mayo de 1981, en el Wembley Conference Centre en Londres. Organizado por el administrador de la IFBB, Oscar State, atrajo a 35 mujeres representando a 20 naciones, que estaban divididas casi en partes iguales entre dos categorías de peso: peso ligero (menos de 52 kilos) y peso medio (más de 52 kilos)
El nivel de los concursantes en el primer evento sorprendió a algunos, mientras que otros cercanos al deporte lo vieron como una necesidad ineludible. El periodista especializado, Rick Wayne, señaló en un artículo que cubría el concurso que, las culturistas femeninas europeas, “ha unido la fuerza, gracia y simetría de sus homólogas americanas.” La confirmación vino pronto cuando la finlandesa Kike Elomaa se hizo con la medalla de oro como primera campeona del IFBB Europeo de peso medio, seguida por otra medalla de oro en los primeros Juegos Mundiales en 1981 y una victoria en el Ms. Olympia en el ’81, donde la estrella Americana y reinante del Ms. Olympia, Rachel McLish, pasó a un segundo plano.
Europa se había convertido en uno de los principales exponentes del culturismo femenino y había más que suficientes estrellas emergentes para captar la atención de aquellos que seguían la escena internacional. Casi de inmediato Holanda y Alemania se habían convertido en los países dominantes que regularmente producían campeonas europeas y finalistas. De 1981 a 1996 Holanda puso al menos una (y en muchas ocasiones hasta dos o tres) competidoras entre las seis finalistas en las diferentes categorías de peso. Alemania tuvo un éxito similar entre 1981 y 1995, algo que no es poca cosa considerando que los países se limitaban a no más de tres competidoras en total.
En 1985, cuando sólo se reunían dos categorías de peso, Holanda barrió las dos divisiones con la futura Ms. Olympia Juliette Bergmann ganando en la categoría de peso ligero y Tina Woodley haciéndose con el peso medio. En 1991 los alemanes se hicieron con las medallas de oro, ganando las tres categorías de peso.
Pasaría una década antes de que la hazaña fuese igualada por un impresionante trío procedente de Ucrania en el 2001. Ningún otro país lo había logrado antes. Mientras tanto, Europa produjo destacadas culturistas a un ritmo impresionante. Desde el inicio de los Campeonatos Europeos, el continente había producido colectivamente varias docenas de mujeres que han pasado a las filas del IFBB profesional así como un grupo más selectivo que ha competido en los Ms. Olympia. Juliette Bergmann, Anja Langer, Andrulla Blanchette, Kike Elomaa, Valentina Chipega, Natalia Murnikoviene, Inger Zetterqvist, Zuzana Korinkova, Marjo Selin y Eva Sukupova eran las culturistas más destacadas (cuatro de las cuales ganarían el Ms. Olympia) que han tenido un gran éxito a nivel profesional.
Sin embargo, es la única diversidad de los distintos países y sus culturas lo que ha ayudado a propagar este memorable patrón físico femenino. Mientras tanto, en la pasada década ha habido un marcado cambio en los países que han adoptado el deporte físico para las mujeres.
En los primeros años Europa Occidental produjo la gran mayoría de medallistas, pero según Europa Central y Oriental comenzó a adentrarse en las competiciones, el aumento de deportistas femeninas ha sido espectacular. Por ejemplo, desde 1996 al 2000 el campeonato europeo de la categoría de peso ligero fue ganado por competidoras de la República Checa o Eslovaquia.
Además, desde 1994 hasta el presente sólo la italiana Claudia Partenza (en el 2006) le arrebató la medalla de oro a Europa Central u Oriental. Más recientemente, la eslovaca Jana Purdjakova, que ha sido ganadora dos veces del campeonato europeo de peso ligero, se ha convertido en la competidora más exitosa en la historia del Campeonato Mundial Amateur de IFBB, ganando su categoría hasta en seis ocasiones.
La expansión europea
Con el culturismo femenino firmemente establecido, el Campeonato Europeo de IFBB instituyó el Campeonato Europeo de Fitness, representado por primera vez el 4 de mayo de 1997, en Lille, Francia. Se recogieron dos categorías de altura, por encima y por debajo de 1,60 metros.
Procedente de Hungría, Tunde Palannisz, ganó la categoría baja, mientras que la eslovaca Timea Majorova ganó la categoría alta y ha sido una de las modelos de fitness más reconocibles del mundo desde entonces. En poco tiempo se agregó una categoría de altura adicional para dar cabida a la popularidad y el mayor número de competidoras de la división.
El IFBB se amplió de nuevo seis años más tarde mediante la adición de lo que se llamaría la división de bodyfitness, conocida en los EE.UU. como figura. Celebrada en conjunción con la combinación de los Campeonatos Europeos de IFBB de Culturismo y Fitness, el evento inaugural del 2003 fue celebrado en Izmir, Turquía, con dos categorías de altura, por encima y por debajo de 1,63.
Un total de 35 mujeres compitieron para ganar las primeras medallas de oro de Bodyfitness de Europa. Lituania sorprendió a todo el mundo al hacerse con ambas medallas de oro, pero la calidad de sus ganadoras era innegable. El oro en la categoría baja fue para Zivile Raudoniene, la ganadora de Figura Internacional del ’09 en el Arnold Classic y la ganadora en tercer lugar en los Figura Olympia del ’08, mientras que el oro de la categoría alta fue para Inga Neverauskaite, que fue la campeona de el Gran Premio de Figura Neerlandés del 06 y una competidora tanto en el Figura Internacional como en el Figura Olympia en el 2007.
Aunque las competidoras del Este de Europa han sido lentas para entrar en las clasificaciones profesionales, ese hecho puede cambiar drásticamente con la adición de eventos profesionales realizados en el continente en el futuro. Antes de la reciente llegada de la sorprendente Oksana Grishina en el Fitness Olympia, la única mujer para competir a nivel profesional era Jana Babanina en el Fitness Olympia del ’95.
No puede haber duda de que muchas de las competidoras de la calidad de Grishina podrían estar esperando su momento. Con una reserva de genes de más de 30 países por aprovechar, ¿podría ser de otra forma?
Oksana Grishina
No es una moda pasajera
En todo el mundo, artículos sobre la “nueva mujer de los 80” comenzaron a aparecer, y particularmente en los Estados Unidos, cuestiones sobre si el culturismo femenino podría ser simplemente una moda que pronto acabaría desapareciendo eran bastante comunes.
Las revistas más conocidas del culturismo y la industria del fitness incorporaron mensuales y periódicos, la musculatura femenina aparecía plasmada en ellos, yendo desde comentarios bastante crueles a editoriales que daban su aprobación con cautela. En Europa la fascinación con esta “nueva mujer” que desafiaba sus capacidades musculares llamó la atención rápidamente.
El primer Campeonato Europeo de IFBB para mujeres se celebró el 30 de mayo de 1981, en el Wembley Conference Centre en Londres. Organizado por el administrador de la IFBB, Oscar State, atrajo a 35 mujeres representando a 20 naciones, que estaban divididas casi en partes iguales entre dos categorías de peso: peso ligero (menos de 52 kilos) y peso medio (más de 52 kilos)
El nivel de los concursantes en el primer evento sorprendió a algunos, mientras que otros cercanos al deporte lo vieron como una necesidad ineludible. El periodista especializado, Rick Wayne, señaló en un artículo que cubría el concurso que, las culturistas femeninas europeas, “ha unido la fuerza, gracia y simetría de sus homólogas americanas.” La confirmación vino pronto cuando la finlandesa Kike Elomaa se hizo con la medalla de oro como primera campeona del IFBB Europeo de peso medio, seguida por otra medalla de oro en los primeros Juegos Mundiales en 1981 y una victoria en el Ms. Olympia en el ’81, donde la estrella Americana y reinante del Ms. Olympia, Rachel McLish, pasó a un segundo plano.
Europa se había convertido en uno de los principales exponentes del culturismo femenino y había más que suficientes estrellas emergentes para captar la atención de aquellos que seguían la escena internacional. Casi de inmediato Holanda y Alemania se habían convertido en los países dominantes que regularmente producían campeonas europeas y finalistas. De 1981 a 1996 Holanda puso al menos una (y en muchas ocasiones hasta dos o tres) competidoras entre las seis finalistas en las diferentes categorías de peso. Alemania tuvo un éxito similar entre 1981 y 1995, algo que no es poca cosa considerando que los países se limitaban a no más de tres competidoras en total.
En 1985, cuando sólo se reunían dos categorías de peso, Holanda barrió las dos divisiones con la futura Ms. Olympia Juliette Bergmann ganando en la categoría de peso ligero y Tina Woodley haciéndose con el peso medio. En 1991 los alemanes se hicieron con las medallas de oro, ganando las tres categorías de peso.
Pasaría una década antes de que la hazaña fuese igualada por un impresionante trío procedente de Ucrania en el 2001. Ningún otro país lo había logrado antes. Mientras tanto, Europa produjo destacadas culturistas a un ritmo impresionante. Desde el inicio de los Campeonatos Europeos, el continente había producido colectivamente varias docenas de mujeres que han pasado a las filas del IFBB profesional así como un grupo más selectivo que ha competido en los Ms. Olympia. Juliette Bergmann, Anja Langer, Andrulla Blanchette, Kike Elomaa, Valentina Chipega, Natalia Murnikoviene, Inger Zetterqvist, Zuzana Korinkova, Marjo Selin y Eva Sukupova eran las culturistas más destacadas (cuatro de las cuales ganarían el Ms. Olympia) que han tenido un gran éxito a nivel profesional.
Sin embargo, es la única diversidad de los distintos países y sus culturas lo que ha ayudado a propagar este memorable patrón físico femenino. Mientras tanto, en la pasada década ha habido un marcado cambio en los países que han adoptado el deporte físico para las mujeres.
En los primeros años Europa Occidental produjo la gran mayoría de medallistas, pero según Europa Central y Oriental comenzó a adentrarse en las competiciones, el aumento de deportistas femeninas ha sido espectacular. Por ejemplo, desde 1996 al 2000 el campeonato europeo de la categoría de peso ligero fue ganado por competidoras de la República Checa o Eslovaquia.
Además, desde 1994 hasta el presente sólo la italiana Claudia Partenza (en el 2006) le arrebató la medalla de oro a Europa Central u Oriental. Más recientemente, la eslovaca Jana Purdjakova, que ha sido ganadora dos veces del campeonato europeo de peso ligero, se ha convertido en la competidora más exitosa en la historia del Campeonato Mundial Amateur de IFBB, ganando su categoría hasta en seis ocasiones.
La expansión europea
Con el culturismo femenino firmemente establecido, el Campeonato Europeo de IFBB instituyó el Campeonato Europeo de Fitness, representado por primera vez el 4 de mayo de 1997, en Lille, Francia. Se recogieron dos categorías de altura, por encima y por debajo de 1,60 metros.
Procedente de Hungría, Tunde Palannisz, ganó la categoría baja, mientras que la eslovaca Timea Majorova ganó la categoría alta y ha sido una de las modelos de fitness más reconocibles del mundo desde entonces. En poco tiempo se agregó una categoría de altura adicional para dar cabida a la popularidad y el mayor número de competidoras de la división.
El IFBB se amplió de nuevo seis años más tarde mediante la adición de lo que se llamaría la división de bodyfitness, conocida en los EE.UU. como figura. Celebrada en conjunción con la combinación de los Campeonatos Europeos de IFBB de Culturismo y Fitness, el evento inaugural del 2003 fue celebrado en Izmir, Turquía, con dos categorías de altura, por encima y por debajo de 1,63.
Un total de 35 mujeres compitieron para ganar las primeras medallas de oro de Bodyfitness de Europa. Lituania sorprendió a todo el mundo al hacerse con ambas medallas de oro, pero la calidad de sus ganadoras era innegable. El oro en la categoría baja fue para Zivile Raudoniene, la ganadora de Figura Internacional del ’09 en el Arnold Classic y la ganadora en tercer lugar en los Figura Olympia del ’08, mientras que el oro de la categoría alta fue para Inga Neverauskaite, que fue la campeona de el Gran Premio de Figura Neerlandés del 06 y una competidora tanto en el Figura Internacional como en el Figura Olympia en el 2007.
Aunque las competidoras del Este de Europa han sido lentas para entrar en las clasificaciones profesionales, ese hecho puede cambiar drásticamente con la adición de eventos profesionales realizados en el continente en el futuro. Antes de la reciente llegada de la sorprendente Oksana Grishina en el Fitness Olympia, la única mujer para competir a nivel profesional era Jana Babanina en el Fitness Olympia del ’95.
No puede haber duda de que muchas de las competidoras de la calidad de Grishina podrían estar esperando su momento. Con una reserva de genes de más de 30 países por aprovechar, ¿podría ser de otra forma?
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