A lo largo de la Historia el hombre ha buscado la belleza y la perfección corporal. La mujer también. Ocurre que en nuestros días estas apet...
A lo largo de la Historia el hombre ha buscado la belleza y la perfección corporal. La mujer también. Ocurre que en nuestros días estas apetencias se han desmadrado desbordando toda lógica y están resultando atentatorias contra la salud.
Hoy, para ser alguien, no sólo hay que estar fuerte y sano sino, sobretodo “cachas”. Ellas; talla 38 y ellos; talla “cachas”, que en este momento ni sé cuál es ni tampoco me importa. Y no piensen: “¡qué mala es la envidia!” No; no es eso, es que no me merecería la pena pasarme horas y horas en un gimnasio lleno de gente sudorosa y agobiada ni mucho menos tomar sustancias peligrosas para llegar a ser un efímero “supercachas” de piscina y playa. Admiro a Nadal, a Verdasco o a CR9, pero por sus éxitos deportivos no por sus espectaculares cuerpos “ultramegasupermusculados”.
Circulation Heart Failure, una prestigiosa revista americana de Cardiología, ha publicado un estudio clínico en el que advierte de los peligros cardiovasculares derivados del consumo abusivo de los esteroides androgénicos anabolizantes (testosterona y derivados) cuyo uso se ha generalizado, peligrosamente, en bastantes centros deportivos.
Por medio de la ecocardiografía, los investigadores analizaron una serie de sujetos que habían conseguido una espectacular musculatura a base de gimnasia de alto estrés y consumo simultáneo de anabolizantes androgénicos. Los resultados han sido alarmantes demostrando que en estos “pseudoatletas” no sólo la masa miocárdica presentaba una estructura hipertrófica muy anómala sino que la función cardiaca global, tanto en sístole (contracción del corazón) como en diástole (relajación ventricular), era significativamente más pobre que en los sujetos normales o en aquellos verdaderos atletas cuya musculatura se consigue a base de un ejercicio físico regular, coordinado, aeróbico y proporcionado a las posibilidades individualizadas.
Los autores del trabajo concluyen; que aunque el tamaño muestral es pequeño los resultados han sido incontestables. Advierten que del consumo de estas sustancias pueden derivarse, en algunos casos, cardiopatías complejas que incrementan el riesgo de una muerte súbita por arritmias y pueden conducir con el transcurso del tiempo a la insuficiencia cardiaca crónica.
Lo de Nadal, Verdasco, CR9 y algunos otros, es el resultado de una mezcla equilibrada entre genética y mucho gimnasio. Seguro. Resultaría impensable otra cosa. Hay que admirarlos pero no imitarlos más allá de lo que indica el buen juicio. Los demás tenemos que conformarnos con ser lo que somos y no empeñarnos en ser lo que, no sólo no podemos, sino que además pueda perjudicar seriamente la salud.
“Mens sana in corpore sano” que decía Juvenal: Bien. “Mens sana in corpore artificiosamente cachas”: Mal. Podría llevarnos a un lamentable estado de “Mens sana in corpore insepulto”, que decía Chumy Chúmez.
Autor: José Luis Palma Gámiz es Médico Cardiólogo, Doctor en Medicina por la Universidad de Navarra (España) y especialista en Cardiología por las Universidades de Montreal (Canada) y Madrid (España), además de Master en Metabolismo Cardiaco por el Research Institut de Montreal. También es especialista Europeo en Hipertensión Arterial, jefe Clínico del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid y Director de la Unidad de Hipertensión y Corazón. Ex-presidente de la Sección de Hipertensión Arterial de la Sociedad Española de Cardiología.
Hoy, para ser alguien, no sólo hay que estar fuerte y sano sino, sobretodo “cachas”. Ellas; talla 38 y ellos; talla “cachas”, que en este momento ni sé cuál es ni tampoco me importa. Y no piensen: “¡qué mala es la envidia!” No; no es eso, es que no me merecería la pena pasarme horas y horas en un gimnasio lleno de gente sudorosa y agobiada ni mucho menos tomar sustancias peligrosas para llegar a ser un efímero “supercachas” de piscina y playa. Admiro a Nadal, a Verdasco o a CR9, pero por sus éxitos deportivos no por sus espectaculares cuerpos “ultramegasupermusculados”.
Circulation Heart Failure, una prestigiosa revista americana de Cardiología, ha publicado un estudio clínico en el que advierte de los peligros cardiovasculares derivados del consumo abusivo de los esteroides androgénicos anabolizantes (testosterona y derivados) cuyo uso se ha generalizado, peligrosamente, en bastantes centros deportivos.
Por medio de la ecocardiografía, los investigadores analizaron una serie de sujetos que habían conseguido una espectacular musculatura a base de gimnasia de alto estrés y consumo simultáneo de anabolizantes androgénicos. Los resultados han sido alarmantes demostrando que en estos “pseudoatletas” no sólo la masa miocárdica presentaba una estructura hipertrófica muy anómala sino que la función cardiaca global, tanto en sístole (contracción del corazón) como en diástole (relajación ventricular), era significativamente más pobre que en los sujetos normales o en aquellos verdaderos atletas cuya musculatura se consigue a base de un ejercicio físico regular, coordinado, aeróbico y proporcionado a las posibilidades individualizadas.
Los autores del trabajo concluyen; que aunque el tamaño muestral es pequeño los resultados han sido incontestables. Advierten que del consumo de estas sustancias pueden derivarse, en algunos casos, cardiopatías complejas que incrementan el riesgo de una muerte súbita por arritmias y pueden conducir con el transcurso del tiempo a la insuficiencia cardiaca crónica.
Lo de Nadal, Verdasco, CR9 y algunos otros, es el resultado de una mezcla equilibrada entre genética y mucho gimnasio. Seguro. Resultaría impensable otra cosa. Hay que admirarlos pero no imitarlos más allá de lo que indica el buen juicio. Los demás tenemos que conformarnos con ser lo que somos y no empeñarnos en ser lo que, no sólo no podemos, sino que además pueda perjudicar seriamente la salud.
“Mens sana in corpore sano” que decía Juvenal: Bien. “Mens sana in corpore artificiosamente cachas”: Mal. Podría llevarnos a un lamentable estado de “Mens sana in corpore insepulto”, que decía Chumy Chúmez.
Autor: José Luis Palma Gámiz es Médico Cardiólogo, Doctor en Medicina por la Universidad de Navarra (España) y especialista en Cardiología por las Universidades de Montreal (Canada) y Madrid (España), además de Master en Metabolismo Cardiaco por el Research Institut de Montreal. También es especialista Europeo en Hipertensión Arterial, jefe Clínico del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid y Director de la Unidad de Hipertensión y Corazón. Ex-presidente de la Sección de Hipertensión Arterial de la Sociedad Española de Cardiología.
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