Lisboa es la capital y mayor ciudad de Portugal
Recostada sobre siete colinas en la ribera norte del río Tajo, la capital de Portugal, Lisboa, es una ciudad envuelta en un pasado de navegantes y aventureros.
Desde su puerto partieron miles de hombres cargados de sueños de conquista y ambiciones que le imprimieron su caracter de ciudad ligada íntimamente al mar.
En ese puerto, desde el que hoy ya no parten barcos, la preciosa Torre de Belem no recibe hoy navegantes y embajadores de reinos lejanos sino miles de turistas. Verdadera joya del arte manuelino, fue inscrita dentro del patrimonio de la Humanidad, al igual que el vecino Monasterio de los Jerónimos, donde tantas veces los marinos oían la misa antes de partir.
Hay también en Belem, que así se llama esta zona, un museo dedicado a la marina y un Monumento a los Descubrimientos, que homenajea aquellos tiempos gloriosos.
Luego de pasar por la pastelería de Belem y probar sus tradicionales pasteles de nata, hay que visitar el Museo dos Coches. No se puede menos que sentir envidia de aquellos reyes y reinas que paseaban en tan preciosos carruajes!
Ya en el centro de Lisboa encontramos tres zonas bien diferentes, tanto por sus atractivos y orígenes como por su situación geográfica.
Sobre una colina al este, la Alfama, el antiguo barrio de los tiempos árabes donde el protagonista es el Castillo de San Jorge, ofrece un entramado de callejuelas serpenteantes, pequeñas iglesias, tabernas y casas de fado, la melancólica música característica de Lisboa y el país. La Catedral de Lisboa, la Sé, es uno de los puntos a visitar, así como el Monasterio da Fora y la Iglesia de Santa Engracia, donde se encuentra el panteón de la Casa de los Braganza.
La Baixa se extiende precisamente en la parte baja de esta colina. Destruida por completo durante el terremoto de 1755, fue reconstruida por el Marqués de Pombal y es hoy una zona comercial muy agradable para recorrer. Desde la Plaza de Comercio, junto al río, pasando por la peatonal Rua Augusta, hasta la Plaza de los Restauradores se pueden encontrar antiguos cafés que solían frecuentar los intelectuales así como los característicos edificios “pombalinos”.
Frente a la Alfama, en otra colina, el Bairro Alto es también una zona de fados y bares. Se puede subir desde la Baixa por el pintoresco mirador/elevador de Santa Justa. Este elevador deja justo a las puertas del Chiado, una zona muy elegante del Bairro Alto, con tiendas internacionales, teatros y más cafés con historias de escritores y artistas.
¿Qué museos se puede recomendar visitar en Lisboa?
Porsupuesto, hay muchos museos en la ciudad pero merecen una mención especial el importante Museo de Arte Antigua y sus colecciones de renombre internacional, el Museo del Azulejo, que ofrece un recorrido por la historia de este arte en Portugal y el Museo Calouste Gulbenkian, donde se exhiben las colecciones de este magnate del petróleo.
En las afueras, hay que llegarse hasta el Acueducto de Aguas Libres, cruzar el Puente 25 de Abril hasta Almada donde se encuentra la estatua del Cristo Rei y si hay tiempo, visitar el Pabellón de los Océanos en el Parque de las Naciones.
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