La epidemia que afecta a muchas personas de países desarrollados
Uno de cada seis europeos, y hasta uno de cada tres ciudadanos en algunos países de la UE, padecen el síndrome metabólico, un trastorno que aumenta en gran medida el riesgo de sufrir diabetes de tipo 2, enfermedades cardiovasculares y derrames cerebrales, y puede provocar una muerte prematura.
El rápido incremento del sobrepeso y la obesidad a edades cada vez más tempranas explican la gran
prevalencia de este síndrome. El síndrome metabólico aparece incluso en áreas geográficas que no solían verse afectadas debido a sus dietas y estilos de vida saludables, como Grecia o Francia. Su impacto en la sociedad esenorme, por lo que los expertos prevén que los gastos de asistencia sanitaria y social aumenten en Europa en un futuro próximo.
Un conjunto de anomalías en el metabolismo de la glucosa y las grasas
El síndrome metabólico (también denominado síndrome X o síndrome de resistencia a la insulina) se diagnostica cuando una persona presenta tres o más de las siguientes características:
obesidad abdominal (contorno de cintura: hombres > 102 cm, mujeres > 88 cm), niveles elevados de triglicéridos, niveles bajos de colesterol HDL (lipoproteína de alta densidad), presión arterial alta e hiperglucemia en ayunas; no obstante, las organizaciones sanitarias nacionales e internacionales difieren en cierta medida en cuanto a los criterios exactos.
Una concatenación de efectos negativos para la salud
Todos los factores asociados con el síndrome metabólico están interrelacionados. La obesidad y el sedentarismo provocan una resistencia a la insulina. A su vez, la resistencia a la insulina aumenta el colesterol LDL (asociado a la lipoproteína de baja densidad o colesterol "malo") y los triglicéridos en sangre y reduce el colesterol HDL (asociado a lipoproteína de alta densidad o colesterol "bueno"). A consecuencia de todo esto, se pueden formar depósitosadiposos en las arterias (llamados "placa") que, con el tiempo, puede causar enfermedades cardiovasculares, coágulos sanguíneos y derrames cerebrales. Además, la resistencia a la insulina eleva los niveles de insulina y glucosa en la sangre. Por su parte, los niveles de glucosa elevados de forma crónica dañan los vasos sanguíneos y algunos órganos como los riñones, y pueden provocar diabetes. Debido al elevado nivel de insulina, el riñón retiene demasiado sodio, lo que aumenta la presión arterial y puede producir hipertensión.
Los esfuerzos de la UE para frenar la progresión
La Comisión Europea dirige un ambicioso programa de investigación de 5 años de duración, denominado LipGene, sobre el síndrome metabólico. Este enorme trabajo en el que participan 25 Centros de Excelencia Europeos nos ayudará a entender en qué medida la dieta (especialmente la grasa alimentaria) y nuestra disposición genética individual contribuyen al síndrome. El programa, que también servirá para desarrollar medidas eficaces para luchar contra este trastorno, comprende: un estudio de intervención a gran escala sobre la nutrición humana, el desarrollo de nuevas tecnologías para aumentar el contenido de "grasas buenas" (como los ácidos grasos omega-3 de cadena larga) de los alimentos y una campaña educativa.
¿Qué podemos hacer para cuidarnos?
La mejor forma de evitar o reducir la resistencia a la insulina es mantenerse en un peso saludable, comer de forma sana y estar activo. Si se tiene exceso de peso, es recomendable limitar la ingesta de calorías para perder del 5 al 10% del peso corporal. La composición de la dieta también tiene un efecto independiente de la pérdida de peso. Existen pruebas de que la dieta mediterránea y las dietas
ricas en ácidos grasos omega-3 de cadena larga (presentes en el pescado) o cereales integrales reducen el riesgo de padecer el síndrome metabólico. La actividad física moderada durante al menos 30 minutos al día también es eficaz. Esto se puede conseguir, por ejemplo, subiendo por las escaleras en lugar de cogiendo el ascensor, no usando el mando a distancia de la televisión, estando de pie en lugar de sentado siempre que se pueda o yendo andando al trabajo.
¿Es importante saber más sobre el síndrome metabólico?
Comprender mejor el síndrome metabólico es fundamental para permitir la detección de personas con mayor riesgo de padecer enfermedades, que podrían beneficiar de una intervención intensiva. Desde una perspectiva epidemiológica, el síndrome metabólico confirma la relación entre los trastornos asociados al estilo de vida (obesidad, resistencia a la insulina, hiperglucemia, etc.) y un mayor riesgo cardiovascular. En último término, constituye un gran aliciente para mejorar la forma de cuidar de nuestra salud.
Referencias:
- Chaplin, S. Type 2 diabetes prevention and management. (2005) ILSI Europe concise monograph series.
- Pi-Sunyer, FX. Pathophysiology and long-term management of the metabolic syndrome. (2004) Obesity Research 12 Suppl:174S-80S.
- Buttriss, J and Nugent, A. LipGene: an integrated approach to tackling the metabolic syndrome. (2005) Proceedings of the Nutrition Society 64: 345-347. Véase también el sitio web LipGene.
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