El cuerpo humano está bajo estrés oxidativo de una variedad de fuentes en todo momento. Para combatir este estrés el cuerpo utiliza antioxi...
El cuerpo humano está bajo estrés oxidativo de una variedad de fuentes en todo momento. Para combatir este estrés el cuerpo utiliza antioxidantes de todas las variedades diferentes. El glutatión es una molécula de péptido muy especial que proporciona la mayor protección antioxidante y recicla otros antioxidantes en el cuerpo.
Cada célula en el cuerpo produce glutatión. Muchos científicos creen que la longevidad se puede predecir de acuerdo al nivel de glutatión en las células. Esto es lógico teniendo en cuenta gran cantidad de procesos corporales esenciales necesitan el glutatión para funcionar de manera optima.
El glutatión se ha llamado el “antioxidante maestro” por su papel esencial en el mantenimiento de los antioxidantes exógenos tales como la vitamina C y E en su forma activa. El glutatión es como guardia de seguridad que protege la célula y el material genético de un ataque exterior. Se estima que cada célula en el cuerpo es golpeada por alrededor de 10,000 por radicales libres cada día. El glutatión desarma estos radicales libres antes de que causen estragos y limpia el daño relacionado que se ha producido.
El glutatión juega un papel importante en la función inmune. Estudios han demostrado que el glutatión fortalece las células T, que son críticas para la modulación apropidada del sistema inmune. Estas son las células que coordinan el ataque contra las bacterias patógenas, virus, etc, manteniendo el daño de los tejidos y las respuestas autoinmunes en balance. Un sistema inmune hiperactivo puede desencadenar alergias y procesdos de enfermedades autoinmunes.
El glutatión lucha contra las toxinas celulares y trabaja para eliminar los carcinógenos del ambiente intracelular mientras repara las células dañadas. El glutatión está constantemente en acción y protege el cuerpo contra las enfermedades, toxinas, virus, contaminantes, radiación, medicamentos y el estrés oxidativo. Cuando el daño se produce, inmediatamente comienza a reparar el daño de los radicales libres.
Si glutatión no está disponible en suficientes cantidades, las toxinas se sobrecargan en el hígado y estas se almacenan en la grasa y otros tejidos. El sistema nervioso central, los senos y la próstata son las áreas más susceptibles.
Muchos investigadores acreditan el aumento de las enfermedades neurológicas y el cáncer a la depleción de glutatión celular. El cerebro produce más radicales libres que cualquier otro tejido y por lo tanto necesitan más glutatión que cualquier otra región.
Los niveles de glutatión comienzan a disminuir con el envejecimiento ya que la mayoría de las personas en nuestra sociedad cada vez son más tóxicas y deficientes (en nutrientes esenciales). Adicionalmente, nuestra sociedad tiene más toxicidad ambiental que nunca, por lo que hay una necesidad significativa de producir la mayor cantidad de glutatión posible. Por desgracia, nuestras dietas modernas están vacías de los precursores necesarios para este agente crítico.
Los científicos estiman que una persona promedio a los 20 años pierde glutatión en un 8-12% por década. El aumento de los problemas de salud debido a infecciones, la mala alimentación, el aumento de tóxinas, el uso de medicación, etc puede agotar estas reservas a un ritmo mucho más rápido. Los científicos estiman que una reducción de un 30% de glutatión es suficiente para que la disfunción celular se produzca.
Los estudios han demostrado que la vitamina D es necesaria para la producción de óptima de glutatión. La gran mayoría de nuestra sociedad esta extremadamente deficientes en vitamina D. Los niveles óptimos de vitamina D deben estar entre 60-100 ng / ml.
Los precursores de glutatión tales como glicina, ácido glutámico y cisteína, naturalmente, deben ser consumidos a través de la dieta. Las mejores fuentes vegetales incluyen el aguacate, la cebolla, el ajo, la cúrcuma, la espinaca y verduras crucíferas. Por desgracia, las fuentes vegetales son todavía muy bajas en estos aminoácidos esenciales.
Buenas fuentes son los productos de origen animal de alta calidad, no desnaturalizados. Estos incluyen proteína de suero de leche bioactiva y sin desnaturalizar, productos lácteos y huevos crudos y orgánicos. Estos productos lácteos producidos por animales que se alimentan de pasto (no de granos) son una fuente muy buena de aminoácidos altamente biodisponibles y ofrecen más cisteína que cualquier otro alimento.
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