Cuna de atletas de extraordinaria fuerza física y desarrollo muscular, Lugo fue una de las primeras ciudades españolas donde se organizó hace 40 años
- Cuna de atletas de extraordinaria fuerza física y desarrollo muscular, Lugo fue una de las primeras ciudades españolas donde se organizó hace 40 años un Campeonato de España de Culturismo.
- Actualmente Lugo es la ciudad de España con más gimnasios por número de habitantes.
Hace muchos años, pero muchos, la gente no se preocupaba por el aspecto que tenía. Lo más importante era poder conseguir alimento y cobijo, y el resto, se remitía a poder ver reflejada en sus ojos la mirada de alguien muy querido o apreciado. Pero las cosas han cambiado bastante. Tras la Segunda Guerra Mundial y a principios de los años 50, el deporte del fisicoculturismo se hizo muy popular en muchos países de Europa (Reino Unido, Italia, Alemania, Suiza, Grecia y especialmente en Francia), donde adquirió características de auténtico fenómeno social y se desarrolló consiguiendo una aceptación que muchos nunca hubieran imaginado jamás, pues cada día aumentaba el número de personas que se preocupaban ya más de su aspecto físico, que del hecho de conseguir comida y abrigo.
Pese a lo anterior, los españoles no se pasaban mucho por el gimnasio, pues en nuestro país no había conciencia del entrenamiento con pesas como medio para transformar el cuerpo, para incrementar la capacidad física, prolongar la vida o potenciar la salud. En esa época, los ciudadanos ignoraban las bondades del ejercicio físico en general y las del fisicoculturismo en particular, es más, durante bastantes años a los culturistas se les criticaba “hacer pesas” porque estaba mal visto que se cultivara el cuerpo y se decía que practicar el levantamiento de pesas tenía una serie de efectos perniciosos como que: te embrutecía y deformaba el cuerpo, te agarrotaba los músculos, que no podías tener hijos, que te frenaba el crecimiento o te quedabas calvo, y otras lindezas, que si esto fuese verdad lo desaconsejaban totalmente de plano, sin embargo, aquellos que entrenaban de forma regular con pesas sabían que eso eran “auténticas chorradas” y algo absolutamente incierto, y que sus beneficios eran precisamente todo lo contrario, como desde hace años lo afirman la clase médica y los licenciados en Educación Física (INEF). Incluso hubo una época en la que la gente de la calle se llegó a creer, que, para desarrollar los músculos, con tomarte unas pastillitas o extenderte una cremita se te inflarían como si se trataran de neumáticos, pero como el que ignora suele ser atrevido, nuestros detractores lo son más por desconocimiento que por auténtica maldad.
El único deporte con pesas que en España se podía practicar y competir oficialmente sin ser criticado, era la halterofilia (uno de los deportes base del Olimpismo y que desde los tiempos de los griegos constituyó los cimientos sobre los que se edificaron los restantes deportes), que curiosamente a nivel internacional su federación tuvo integrado al culturismo desde 1950 hasta 1968, denominándose “Fédération Internationale Haltérophile et Culturiste”, lo que hacía que muchos aficionados al culturismo se acercaran a ella, atraídos por ese reconocimiento, aunque sus verdaderas pretensiones fuesen entrenar para obtener unos músculos fuertes y desarrollados.
Ciñéndonos a la ciudad de Lugo, los primeros héroes de nuestro deporte, surgen a finales de la década de los 70 cuando entonces ya en nuestro país, los pesimistas (que no pesistas) dan paso a los culturistas, y aparece el primer corpúsculo de atletas culturistas integrado por: Fernando Coria Barreiro, Miguel Navarro Vázquez (Pirulo), Rafael Rivera Cela, Pedro Seijo Formoso, Juan Gabriel Pérez Martín y todos ellos liderados por Abelardo Buján Casas, atletas que valientemente libraron en aquellos tiempos incontables batallas en su búsqueda del cuerpo musculoso, de la fuerza hercúlea y la vida saludable, al tener que soportar numerosas críticas e injustos comentarios como ya citamos, pues el culturismo fue una especialidad deportiva atacada en exceso, que en España se veía su práctica como un escándalo para la moral, por lo que estaba estigmatizado, y por ello no estaba ni siquiera considerado deporte como sí lo está hoy en día, al ser reconocido como modalidad deportiva por el Consejo Superior de Deportes, aunque otro gran obstáculo que también tuvieron que librar estos pioneros, fue la falta de equipamiento, pues hasta bien entrados los años 80 no existían en nuestro país fabricantes de máquinas de musculación, y por aquel entonces, es decir, en 1977-78, el único sitio en Lugo donde se podía encontrar alguna barra de levantamiento, discos de pesas, espaderas y bancos de press, era en el prestigioso Club Fluvial, una entidad de solera considerada una pieza fundamental en la vida social, cultural, recreativa y deportiva, adelantada a su tiempo, que ya disponía de este equipamiento básico que utilizaron quienes aspiraban a construir un físico un poco mejor, y en donde se puede decir, se sembró la primera semilla de los pesistas lucenses, la cual daría su fruto con el paso de los años, al convertir a Lugo en la ciudad de España con más gimnasios por número de habitantes.
Corría el año 1979, cuando, motivados por los progresos físicos alcanzados tras los entrenamientos que seguían religiosamente a diario estos entusiastas y la creciente afición a las pesas, Abelardo Buján y Pirulo, acondicionan con máquinas artesanales soldadas por ellos mismos, un espacio privado propiedad de Abelardo, que era el más veterano de ese “núcleo clandestino de la resistencia culturista lucense”.
Poco tiempo después, de la casa de Abelardo, que además de ser el culturista más destacado, era el mayor del grupo (hoy en día le falta un lustro para cumplir ochenta años), se trasladaron a un espacio también de uso particular que cediera para el mismo menester, Juan Gabriel Pérez Martín, quien a día de hoy y con casi 60 años presenta un físico que bien podía pasar por el de un chico de 25 y aún sigue vinculado a esta disciplina entrenando en el “Gimnasio Sportman” de su íntimo amigo Fernando Coria.
Entrados ya en la década de los 80, y con una sociedad totalmente influenciada por las películas de Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone y las apariciones televisas de la atractiva Jane Fonda, a nadie se le escapa que acudir al gimnasio es necesario en nuestra sociedad. Quien más y quien menos frecuenta alguno o conoce a alguien que lo hace. No hace falta recordar que nuestro deporte de las pesas sube como la espuma y que los gimnasios privados abiertos al público comienzan a ser un negocio emergente con un futuro muy prometedor.
Como día a día en las principales ciudades españolas eran más y más las personas de ambos sexos y de todas las edades que se apuntaban a las salas de pesas de los gimnasios, para practicar nuestro deporte, aunque para hacerlo más comercial se fue sustituyendo el nombre de culturismo por: musculación, máquinas-aparatos, fitness y modelaje. Así pues, el futbolista que quería ganar fuerza resistencia y no quería volverse patoso hacía “musculación”, la señora mayor que quería estar en forma y no deseaba que le creciesen los músculos hacía “máquinas-aparatos”, el joven que aspiraba a tener un cuerpo de modelo hacía “fitness”, y la chica que deseaba eliminar la grasa superflua de las caderas hacía “modelaje”, Abelardo hombre emprendedor y trabajador donde los haya, que ya gozaba de un físico impresionante, pues era alto y poseía un desarrollo y una fuerza colosal que lo hacían muy popular en la ciudad, consciente de éste nuevo modelo de negocio, monta en 1980 junto con otro socio, José Manuel Arias Vázquez, el primer gimnasio comercial privado abierto al público de Lugo en la Ronda de la Muralla n° 40, al que deciden llamarle “Gimnasio Forma”, disponiendo ya de una cierta decoración, de vestuarios masculinos y femeninos, de una completa sala de musculación formada con todo tipo de aparatos y máquinas modernas, además de las clásicas, mancuernas, barras y discos de pesas que curiosamente fueron elaborados con el hierro extraído de un desguace de barcos.
Poco tiempo después, el “Forma” experimenta un pequeño cambio, pues tras unos años abierto al público y con un éxito sin precedentes por el prestigio y la popularidad que había alcanzado Abelardo, éste sorpresivamente decide vender su parte a otro socio, y se integra como titular del gimnasio José Luis Illán Couto, que junto con el otro socio fundador lo explotan, pero tras considerarlo bien, ambos empresarios deciden que la mejor opción para darle continuidad es traspasárselo a su actual propietario Pablo Molina Somoza, que desde 1994 lo dirige realizando numerosas reformas que convierten al “Forma”, en el gimnasio de referencia en Lugo a lo que en materia de pesas, musculación y fitness se refiere, pues aunque Molina no procedía directamente del mundillo del culturismo como era habitual en la mayoría de los promotores de los gimnasios de los años ochenta y noventa, si estaba fuerte y poseía unos vastos conocimientos sobre el tema, que hacían y hacen del mismo un entrenador valorado y de prestigio, que está constantemente actualizándose y permanentemente innovando, siendo una garantía para todo aquel que desee ponerse en manos de un profesional que le asesore de manera eficaz y segura.
En 1989 se funda otro gimnasio muy popular en la ciudad, el “Gimnasio Sportman”, concretamente en el n° 5 de la calle Cruzamento. Su promotor, Fernando Coria, funcionario de profesión, es también un reconocido culturista lucense que llevaba muchos años entrenando y que poseía un cuerpo que parecía que se había forjado en una fragua, y sabedor del valor que tenía su actividad y del interés que ésta despertaba en esa época donde se montaron gimnasios como bares, lo equipa con todo tipo de máquinas y forra sus paredes con fotografías históricas de famosos atletas de la época.
Hay dos aspectos que sin duda alguna son los más importantes a la hora de elegir un buen gimnasio, el primero es el profesor, y el segundo la atmósfera del mismo. En este gimnasio, la figura del profesor estaba avalada por el prestigio y la experiencia de Fernando Coria, y el ambiente familiar, el compañerismo y la gran camaradería reinante generaba esa ansiada atmósfera de hierros, esfuerzo y amistad. El “Gimnasio Sportman” era el clásico gimnasio para ir a entrenar en serio, uno de esos gimnasios lleno de carácter y alma, que, junto con la decoración del mismo, lo convertía en un santuario para la historia local de este deporte.
Actualmente, Fernando que se encuentra muy próximo a la jubilación, lo mantiene abierto para uso exclusivo de un grupo de amigos que se conocen desde hace más de 40 años y lo frecuentan para realizar sus rutinas de entrenamiento y como punto de reunión.
Entre medias, Abelardo Buján cuando se desliga del gimnasio “Forma” monta él mismo su propio gimnasio en el nº 165 de la Avenida de La Coruña, al cual llamó “Gimnasio Squash” y por donde pasó media población de Lugo que lo que quería era ponerse en forma y practicar otras disciplinas deportivas que sólo allí se ofertaban. Dicha instalación, presentaba una singularidad nunca vista en otro gimnasio del panorama nacional, que era que disponía de una amplia gama de máquinas de musculación cada una de un color diferente, que obedecía al afán perfeccionista de su fundador de ofrecer lo mejor de cada fabricante. La vista o el olfato comercial de su dueño, hizo que el “Gimnasio Squash” compartiera entrada con una de las siete tiendas de deportes-bazar denominadas “Marathón” que llegó a tener el propio Abelardo repartidas por toda la ciudad. El 30 de diciembre de 2011 un devastador incendio arrasó con las instalaciones.
Quien sí merece un apartado especial en este trabajo, no sólo por su personalidad, sino también por lo que le depararía la vida, pero sobre todo, por sus extraordinarias cualidades físicas naturales y sus famosas gestas y hazañas de fuerza comentadas y admiradas por toda la geografía gallega e incluso me atrevería a decir que nacional, es, Miguel Navarro Vázquez “Pirulo”, que aunque en sus inicios deportivos practicó el decatlón, destacaba por ser un atleta con una fuerza física algo descomunal y por poseer un cuerpo musculoso que con dos o tres años más de entrenamiento, en otra época le hubiera servido para conquistar perfectamente un título de “Mr. Universo de la NABBA” como lo hiciera Juan FERRERO (El Mr. Universo es un certamen anual que organiza la Federación Internacional de Fisicoculturismo NABBA y que sirve para reconocer al mejor culturista del planeta, o dicho de otra forma, está considerado el máximo honor al que puede aspirar un atleta del deporte del fisicoculturismo en el mundo).
Desgraciadamente, un fatídico accidente de moto allá por el año 1986 cuando él tenía 28 años, en el que a 160 km por hora impactó con la cabeza contra la caja de un camión, que le obligó a aprender a hablar, a escribir, a caminar, etc, segó la trayectoria deportiva de este prodigio de la naturaleza que con sólo oler las pesas desarrollaba sus músculos, pero que, gracias a su fortaleza física, fuerza de voluntad y perseverancia, pudo salvar lo más preciado que tenía, su vida.
Las condiciones naturales y la imponente presencia física de Pirulo cuando éste era un chaval, en España, según muchos de los entrenadores de atletismo, gimnasia, halterofilia y culturismo de entonces que he entrevistado, eran únicamente comparables a las que poseyó un famoso lanzador de disco de los años 40 que entrenaba en el gimnasio Moscardó de Madrid y que luego se convirtió en todo un pionero de los entrenadores de fuerza en España al que llamaban el “Maestro de los Maestros”, José Luis Torres Victoria, o mejor, de su discípulo Miguel de la Quadra Salcedo (quien se convirtió años después en un excelente y popular reportero televisivo) atleta olímpico en Roma y que en 1956 llegó a ser campeón de España de atletismo en todas las especialidades de lanzamiento (disco, peso y martillo, excepto en la de jabalina que tanta fama le dio por lograr aquel mítico récord del mundo lanzando la jabalina al “estilo español de Félix Erausquin”), llegando también en halterofilia a poseer por diez años el récord de “dos tiempos”, y en lucha a disputar a Alfonso Chicharro "Hércules Cortés" el Campeonato de España amateur de Lucha Grecorromana en 1954 que ganó Cortés, forzudo que años más tarde en 1962 ganó el título mundial de lucha libre el 17.8.1962 en el Olympia Auditorium de San Francisco (California) derrotando a Fredy Blasi y a quien Robert Kennedy (hermano del que fuera Presidente de los EEUU) le ofreció la nacionalidad norteamericana que rechazó. Pues así era Pirulo, un portento físico que destaca absolutamente en todos los deportes que practicaba, siendo uno de los participantes del “XIII Campeonato de España de Fisicoculturismo” que sorprendentemente se celebró en Lugo el 3 de octubre de 1982, donde se clasificó en tercera posición sin apenas entrenar de manera específica para este deporte, pues él hacía al mismo tiempo gimnasia deportiva, decatlón, halterofilia, powerlifting (donde llegó a levantar 180 kg en press de banca con un peso corporal de 72 kilos) y todo cuanto se le pusiese por delante, y encima lo hacía de forma brillante.
De la celebración en Lugo de este campeonato, decimos “sorprendentemente”, porque es curioso que sin existir en ese momento en Galicia una estructura federativa que lo impulsara, fuese un grupo de jóvenes amigos de una pequeña capital de provincia los que tomaron la iniciativa de traer a su ciudad y organizar todo un Campeonato de España, aunque bien es cierto que en esa época en Lugo ya existía una enorme afición al culturismo, como así lo atestigua las dos mil personas que abarrotaron la Sala de Fiestas “Exágono”, que fue donde se celebró y que en este año 2022 se cumplen 40 años desde entonces.
Al término del campeonato, como suele ser habitual en este deporte, se realizó una exhibición, en este caso y como novedad, una de culturismo femenino, aunque el plato fuerte para el cierre fue la actuación de Pirulo, que dejó atónitos a los presentes reventando una bolsa de goma de agua caliente inflándola con la fuerza de sus pulmones.
Por Tomás ABEIGÓN (abeigon@yahoo.es) Tel. 607 477 360
- Licenciado en INEF por la Universidad de Vigo.
- Entrenador Nacional de Fisicoculturismo y Musculación por la FEH.
- Entrenador Nacional de Halterofilia (FyMA) por la FEH.
- Campeón de España de Fisicoculturismo en 1996
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