Carnitina restaura la función celular

Una gran cantidad de tecnologías emergentes demuestran que a medida que ganamos control sobre los mecanismos individuales implicados en el ...

Una gran cantidad de tecnologías emergentes demuestran que a medida que ganamos control sobre los mecanismos individuales implicados en el envejecimiento celular, los síntomas sistémicos de degeneración pueden disminuir o incluso revertirse.

Uno de los mecanismos más prometedores se dirige nuestras mitocondrias, las “plantas de energía” que se encuentran en todas las células humanas que controlan la energía que necesitamos para permanecer vivos.

Con el tiempo, nuestras mitocondrias disminuyen en número y función. El resultado es esencialmente una caída de energía a todas las áreas de nuestros cuerpos. Mantener estas funciones celulares trabajando correctamente puede posponer muchos de las llamadas consecuencias “inevitables” del envejecimiento. La investigación ahora demuestra que el aminoácido carnitina puede prevenir e incluso revertir muchos factores conocidos del envejecimiento.

Con la edad , los niveles de carnitina disminuyen en todos nuestros tejidos.  Eso se traduce a problemas para las mitocondrias, que son privadas de energía y se llenan de desperdicios celulares.

En pocas palabras, una deficiencia de carnitina lleva a la destrucción de nuestras mitocondrias. Y en última instancia, esta pérdida de la función mitocondrial es probable que acelere la muerte. Afortunadamente, la carnitina se vende como un suplemento dietético en los Estados Unidos, disponible sin necesidad de receta médica.

Porque las mitocondrias disminuyen con el envejecimiento

Las mitocondrias residen en cada célula de nuestro cuerpo, las células producen energía mediante la conversión de alimentos a energía que nuestro cuerpo necesita para funcionar. Piense en las mitocondrias como la compañía eléctrica que suministra energía a su hogar. Si se va la luz, su comida se estropea, la calefacción y el aire acondicionado no funcionarán, no tiene luz. El mismo efecto se produce dentro de su cuerpo. Si la mitocondria – la fuente de alimentación – no funciona correctamente o si disminuyen en número, sus células no tendrán la energía que necesitan para las muchas funciones de su cuerpo.

Cuando la cantidad de mitocondrias disminuye, muchos de los “síntomas” del envejecimiento se manifiestan. En parte, esto se produce debido a que las mitocondrias queman ácidos grasos para producir energía. En el proceso de liberar energía, enormes explosiones de compuestos oxidantes causan daño a las mitocondrias y las células. Este asalto constante conduce a la pérdida gradual de la función mitocondrial en todos nuestros tejidos.

El declive relacionado con la actividad mitocondrial es en gran parte responsable de los trastornos cardiovasculares y neurológicos, así como la obesidad y el tipo II diabetes. La pérdida de la función mitocondrial en el tejido muscular conduce a la composición corporal “flácida” que asociamos con las personas mayores debido a que causa la atrofia muscular y el aumento de la grasa corporal.

Los niveles de carnitina en personas mayores son aproximadamente 20 % más bajos que en la juventud, lo que deja cada vez más mitocondrias vulnerables.

Afortunadamente, los estudios han demostrado que la suplementación con carnitina puede restaurar la función mitocondrial a niveles casi juveniles.

Carnitina reduce tasas de mortalidad

El músculo cardíaco utiliza grasa como fuente de energía primaria. La carnitina es un compuesto que transporta grasa. La disminución de la carnitina juega un papel en el debilitamiento del corazón.

Las personas con daño del músculo cardíaco por ataques al corazón o insuficiencia cardíaca tienen bajos niveles de carnitina. Afortunadamente, los suplementos de carnitina ha demostrado ser muy eficaces en la lucha e incluso revertir los efectos de un corazón debilitado por tener bajos niveles carnitina.

En un estudio, 160 hombres y mujeres sobrevivientes de ataques cardíacos entre 39 y 86 años de edad recibieron 4 gramos / día de L- carnitina o un placebo durante 12 meses. Los pacientes que tomaron L-carnitina experimentaron disminuciones significativamente favorables en la frecuencia cardíaca y la presión arterial, también han mejorado los perfiles de lípidos en la sangre. Más importante aún, los pacientes que suplementaron con carnitina tenían una tasa de mortalidad reducida drásticamente en comparación con aquellos que no tomaron carnitina. Los pacientes que tomaron carnitina tenían una tasa de mortalidad de sólo el 1.2 % en todo el año, mientras que el 12.5 % de los pacientes del grupo control murieron y la mayoría de las muertes fueron atribuidas a un nuevo ataque al corazón.

La suplementación con L-carnitina también evita la progresión del daño al músculo del corazón en las personas con insuficiencia cardíaca congestiva y mejora la tolerancia al ejercicio en personas que desarrollan dolor en el pecho (angina) al hacer esfuerzo físico. En un estudio, 55 % de los pacientes experimentaron una mejora en su clasificación estándar de insuficiencia cardíaca.

Las personas con angina de pecho, una señal temprana de que el músculo del corazón esta amenazado por la isquemia (bajo flujo arterial) se beneficiaron al suplementar con carnitina. Un derivado natural de L-carnitina, propionil-L-carnitina, a una dosis de 500 mg 3 veces al día  aumentó el tiempo promedio en un 450% que los pacientes pudieron hacer ejercicio sin signos de isquemia al observarlos con un EKG. El resultado fue un flujo sanguíneo mejorado a las células del corazón después de la isquemia, un efecto ampliamente demostrado en estudios con animales.

La carnitina también aumenta las concentraciones de óxido nítrico, el cual ayuda a las células endoteliales a relajarse y aumenta el flujo sanguíneo, lo que puede ayudar a bajar la presión arterial. Tres semanas de suplementar con 2 gramos de L-carnitina mejora el flujo en un 17 % durante las horas críticas después de comer en un grupo de personas alimentadas con un alto contenido de grasas, los pacientes en el grupo placebo tuvieron una disminución del 12% en el flujo de sangre y una dosis de 6 gramos intravenosa diaria de propionil-L-carnitina durante una semana mejoró la distancia caminada en personas con arteriopatía periférica en un 28%.