Jorge Corona, el fisicoculturista mexicano que cautivó al mundo con su fĆsico imponente y su carisma arrollador, ha fallecido a los 45 aƱos ...
Jorge Corona, el fisicoculturista mexicano que cautivó al mundo con su fĆsico imponente y su carisma arrollador, ha fallecido a los 45 aƱos ahogado en las aguas turbulentas de Acapulco, Guerrero, un trĆ”gico final que ha dejado en duelo a la comunidad del bodybuilding y a miles de admiradores que lo veĆan como un sĆmbolo de superación y disciplina. El accidente ocurrió el sĆ”bado 25 de octubre de 2025 durante una sesión de natación recreativa en la playa de Icacos, una zona conocida por sus corrientes impredecibles, donde Corona, acompaƱado de un grupo de amigos, fue arrastrado por una ola repentina y no pudo regresar a la orilla pese a los esfuerzos de rescate. Su cuerpo fue recuperado por salvavidas municipales dos horas despuĆ©s, y la autopsia confirmó la causa de muerte como asfixia por sumersión, sin signos de trauma externo o alcohol, un desenlace que contrasta con la vitalidad que proyectaba el atleta en redes sociales, donde acumulaba 1.2 millones de seguidores con rutinas diarias y mensajes motivacionales.
Corona, nacido en 1980 en la Ciudad de MĆ©xico y apodado "El Toro Mexicano" por su complexión de 1.90 metros y 120 kg de masa muscular, emergió en la escena del fisicoculturismo en los aƱos 2000 como un referente latino en un deporte dominado por figuras estadounidenses y europeas. Su victoria en el Arnold Classic de 2012 en la categorĆa Open lo catapultó a la fama internacional, seguido de tres podios en el Mr. Olympia entre 2015 y 2018, donde su definición en el abdomen y trapecios le valieron el apodo de "El Escultor". Con una carrera que incluyó 15 tĆtulos nacionales y contratos de patrocinio con marcas como Optimum Nutrition y BSN, Corona no solo era un competidor, sino un embajador del fitness en MĆ©xico, donde fundó academias en Guadalajara y Monterrey que entrenan a 5.000 alumnos anuales, promoviendo la disciplina como antĆdoto contra la obesidad que afecta al 75% de los mexicanos adultos.
Su vida personal, marcada por la resiliencia, incluĆa una infancia en barrios marginales de la capital, donde el gimnasio se convirtió en su escape de la pobreza y la violencia. Casado con la modelo fitness Laura Vargas desde 2015 y padre de dos hijos, Corona equilibraba su carrera con filantropĆa, donando 200.000 pesos anuales a programas de nutrición infantil en comunidades indĆgenas. Su Ćŗltimo post en Instagram, subido el viernes, mostraba una selfie en la playa de Acapulco con el caption "Disfrutando el mar antes de la próxima competencia. La vida es mĆŗsculo y alma", un mensaje que ahora resuena como profĆ©tico entre sus seguidores, que han inundado las redes con tributos y videos de sus rutinas, acumulando 5 millones de interacciones en 24 horas bajo #RIPJorgeCorona.
La muerte de Corona ha generado una ola de condolencias de leyendas del bodybuilding. Ronnie Coleman, seis veces Mr. Olympia, tuiteó: "Jorge era un guerrero; su legado en el escenario y fuera de Ć©l vivirĆ” para siempre". Phil Heath, otro mĆŗltiple campeón, compartió un video entrenando en su honor, mientras la IFBB ha anunciado un minuto de silencio en el Olympia 2025. En MĆ©xico, el presidente Claudia Sheinbaum ha decretado duelo nacional de tres dĆas, y el gimnasio de Corona en CDMX se ha convertido en un santuario improvisado con fotos y pesas, donde 2.000 personas han dejado mensajes.
Económicamente, su partida podrĆa costar 10 millones de pesos en pĆ©rdidas a su academia, pero socialmente ha inspirado a una generación, con un 70% de encuestados en Televisa viendo su muerte como un llamado a la salud. PolĆticamente neutral, Corona era un crĆtico de la corrupción en el deporte, dejando un legado de disciplina en un MĆ©xico de excesos. Su ahogamiento, un recordatorio de la fragilidad humana, transforma a un titĆ”n del mĆŗsculo en un sĆmbolo eterno de perseverancia.





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