La adolescencia puede ser la etapa más bonita de la vida, pero a su vez la más cruel. Es tiempo de inevitables comparaciones: "Ése es m...
Pese a su independencia, pronto llegaron los resultados. "Sólo cuando me inicié en el culturismo tuve entrenador, aunque fue muy poco tiempo. Después he sido siempre mi propia cobaya", dice. Obtuvo grandes resultados en unos cinco años para el recuerdo. Tres campeonatos provinciales (1992, 94 y 95) y dos de Andalucía (1992 y 94).
Pero en ocasiones el sentirse realizado basta, y no por más competir el resultado acaba siendo más positivo. "Nunca acudí al Campeonato de España. Llegué al estado de forma que pretendía y la preparación para un Nacional era mucho más exigente, sobre todo las dietas. Terminas por desear ponerte las botas comiendo para olvidar los esfuerzos", dice.
Habiéndose demostrado a sí mismo sus capacidades, llegó el momento de ayudar a jóvenes promesas a realizar un sueño que el ya había logrado. "Hubo un tiempo en el que me dediqué a preparar a gente cegada con el culturismo. Raúl Carrasco, a la postre campeón de España absoluto y subcampeón del mundo en categoría júnior, estuvo a mis órdenes, por ejemplo. Esa época, sin embargo, pasó. Ahora la gente piensa en hacer uso de los gimnasios para solucionar problemas de lesiones o, simplemente para conseguir un óptimo estado de forma y estar a gusto consigo mismo", cuenta.
Prefiere no tocar en demasía temas espinosos como el dopaje. Pese a ello se muestra sincero en su visión del tema. "Pienso que cada vez son menos. Sí es verdad que hay jóvenes sin condiciones físicas que demandan ciclos de anabolizantes para aumentar su masa muscular. Antes te lo suministraban en las farmacias, ahora su clandestinidad es lo que ha provocado tales desfases en la gente joven", sentencia.
Fuente: diariosevilla.es
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