La simbiosis entre el aeróbics y la bailoterapia tiene ritmo de merengue, salsa, mambo y calipso. Y se llama Latin Caribbean. Repeticiones y...
La simbiosis entre el aeróbics y la bailoterapia tiene ritmo de merengue, salsa, mambo y calipso. Y se llama Latin Caribbean.
Repeticiones y movimientos calculados, combinados con pasos de baile, conforman una clase de este programa de entrenamiento físico creado por la instructora venezolana de fitness Soraya Escobar y que, además de aplicarse en el país, tiene su réplica en México, Argentina y España.
"El Latin Caribbean es bailar para entrenar, cuidando la postura y realizando correctamente los ejercicios para desarrollar cada parte del cuerpo, incluyendo ejercicios de suspensión para combatir la osteoporosis", expresa Escobar.
La clase, que dura entre 45 y 55 minutos, no para. Se inicia con un proceso de calentamiento, alcanza su nivel máximo y desciende progresivamente, todo al ritmo de sones caribeños especialmente editados para acompañar el entrenamiento.
"La música aumenta sus byts por minuto de manera progresiva y luego desciende, porque debe acompañar la frecuencia cardíaca de los participantes", explica Soraya.
Y mientras el corazón alcanza un ritmo entre 60 y 80 latidos por minuto, los pies hacen quince o veinte pasos de danza, la cintura rota unas cinco veces y los brazos se han movido entre 10 y 12 veces, perfilando cada músculo y con la supervisión directa de, en este caso, la entrenadora "que debe cuidar la postura y los movimientos de cada participante".
José Miguel Abreu y Tomás Ledezma son un par de instructores de fitness que han sido entrenados en Latin Caribbean. Admiten que lo prefieren a la bailoterapia porque está más enfocado al entrenamiento. "La bailoterapia es como una especie de hora loca alargada, que sirve para sudar y desestresarse, pero que se hace, en muchos casos, de forma improvisada. Eso no cabe en el Latin Caribbean".
La clase puede ejecutarse individualmente, en pareja o trío, según el interés del grupo y del entrenador. En enero, septiembre y octubre, por ejemplo, cuando acude un mayor número de gente nueva a los gimnasios, los instructores suelen realizar rutinas grupales. "Es una buena forma de conocerse", dice Escobar.
Es una disciplina que puede hacer cualquiera, incluso personas mayores, embarazadas o individuos con obesidad mórbida, aunque con mayor supervisión del entrenador para evitar lesiones. La única condición es que le guste bailar.
Repeticiones y movimientos calculados, combinados con pasos de baile, conforman una clase de este programa de entrenamiento físico creado por la instructora venezolana de fitness Soraya Escobar y que, además de aplicarse en el país, tiene su réplica en México, Argentina y España.
"El Latin Caribbean es bailar para entrenar, cuidando la postura y realizando correctamente los ejercicios para desarrollar cada parte del cuerpo, incluyendo ejercicios de suspensión para combatir la osteoporosis", expresa Escobar.
La clase, que dura entre 45 y 55 minutos, no para. Se inicia con un proceso de calentamiento, alcanza su nivel máximo y desciende progresivamente, todo al ritmo de sones caribeños especialmente editados para acompañar el entrenamiento.
"La música aumenta sus byts por minuto de manera progresiva y luego desciende, porque debe acompañar la frecuencia cardíaca de los participantes", explica Soraya.
Y mientras el corazón alcanza un ritmo entre 60 y 80 latidos por minuto, los pies hacen quince o veinte pasos de danza, la cintura rota unas cinco veces y los brazos se han movido entre 10 y 12 veces, perfilando cada músculo y con la supervisión directa de, en este caso, la entrenadora "que debe cuidar la postura y los movimientos de cada participante".
José Miguel Abreu y Tomás Ledezma son un par de instructores de fitness que han sido entrenados en Latin Caribbean. Admiten que lo prefieren a la bailoterapia porque está más enfocado al entrenamiento. "La bailoterapia es como una especie de hora loca alargada, que sirve para sudar y desestresarse, pero que se hace, en muchos casos, de forma improvisada. Eso no cabe en el Latin Caribbean".
La clase puede ejecutarse individualmente, en pareja o trío, según el interés del grupo y del entrenador. En enero, septiembre y octubre, por ejemplo, cuando acude un mayor número de gente nueva a los gimnasios, los instructores suelen realizar rutinas grupales. "Es una buena forma de conocerse", dice Escobar.
Es una disciplina que puede hacer cualquiera, incluso personas mayores, embarazadas o individuos con obesidad mórbida, aunque con mayor supervisión del entrenador para evitar lesiones. La única condición es que le guste bailar.
Fuente: calidaddevida.eluniversal.com
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