Las hernias menores pueden ser difíciles de detectar, pero solo en raras ocasiones aparecen y desaparecen. En esta nota, una recorrida por ...
Las hernias menores pueden ser difíciles de detectar, pero solo en raras ocasiones aparecen y desaparecen. En esta nota, una recorrida por las entrañas del dolor
La hernia tiene su origen en una debilidad o defecto en un músculo, lo cual permite que los órganos ubicados debajo del mismo intenten sobresalir. Esto puede ocurrir como algo hereditario, o se desarrolla con el tiempo.
Hay tres tipos principales de hernia: la inguinal, que se produce cuando el conducto espermático pasa por la pared abdominal hacia el escroto, e incluso puede permitir al intestino el acceso a este último; la hernia umbilical, que penetra la cavidad abdominal en el vientre, y la hernia femoral, más común en las mujeres, que se produce cerca de la unión entre el muslo y la ingle.
Las hernias pueden ocasionar dolores, pero el problema potencial mayor es el riesgo de que una sección del intestino penetre por la abertura y sufra una compresión, lo cual requiere acción inmediata para evitar una situación donde la vida corra peligro.
Las hernias menores pueden ser difíciles de detectar, pero solo en raras ocasiones aparecen y desaparecen.
Si hay alguna, debe estar presente y detectable por un médico experto. Pocos médicos familiares, generales, internos o urólogos ven suficientes hernias para poder ser buenos a la hora de identificarlas. En cualquier caso, siempre habrá que recurrir a la consulta especializada de un cirujano general que haya hecho bastantes reparaciones de hernia.
En casos en los que se requiera una operación, las técnicas han mejorado tremendamente en la última década, y el procedimiento es más fácil y duradero. La mayoría de las hernias se arreglan a través de pequeñas incisiones, a veces en consulta externa. A menudo se coloca una malla en el lugar para evitar que el problema se repita.
Tipos de hernias |
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