Carnitina protege la memoria

La mayoría del deterioro de la memoria y deterioro cognitivo relacionado con la edad está relacionado con la disfunción mitocondrial en el...

La mayoría del deterioro de la memoria y deterioro cognitivo relacionado con la edad está relacionado con la disfunción mitocondrial en el tejido cerebral. La intervención con un potenciador mitocondrial como la carnitina es una oportunidad de tratamiento obvia. La mayoría de los estudios de neurodegeneración utilizan la forma acetil-L-carnitina.

El impacto de acetil-L-carnitina es especialmente importante en la enfermedad de Alzheimer, la causa principal de demencia y deterioro cognitivo en los Estados Unidos. Uno de los primeros estudios demostró que la suplementación con acetil-L-carnitina todos los días durante un año ayudo a mejorar la parte cognitiva de la escala de calificación estándar del Alzheimer en pacientes menores de 61 años.

Estudios más recientes han demostrado buenos efectos, incluso en pacientes de mayor edad, pero como con todas las formas de prevención, cuanto antes se empiece a tomar carnitina, más poderoso es el efecto sobre la memoria. Las dosis entre 1.5 y 3  gramos / día de acetil-L-carnitina ha demostrado que producen efectos de tratamiento varias veces mayor que el placebo, con el mayor impacto en los pacientes en las primeras etapas de la enfermedad. El mejoramiento al suplementar con acetil-L-carnitina puede verse a los 3 meses y seguirá aumentando con el tiempo (la carnitina no parece ser efectiva en pacientes con Alzheimer avanzado).

Los estudios de laboratorio explican algunas de las razones del impacto de este compuesto sobre la enfermedad de Alzheimer y la mayoría son debido a sus propiedades protectoras mitocondriales.

Los científicos pueden inducir cambios parecidos al Alzheimer en las células cerebrales usando una variedad de técnicas químicas y consistentemente encuentran que el tratamiento con acetil-L -carnitina mejora la función mitocondrial y retrasa el desarrollo de esos cambios que incluyen la acumulación de la “proteína de Alzheimer” beta-amiloide. Incluso después de que cantidades peligrosas de beta amiloide se forman en el tejido cerebral, el tratamiento con acetil-L-carnitina reduce su impacto.

Animales de laboratorio con condiciones similares a la enfermedad de Alzheimer demuestran mejora en sus memorias y el aprendizaje cuando son tratados con acetil-L-carnitina. De hecho, los animales tratados muestran una mayor expresión de proteínas importantes asociadas con la memoria, las cuales fueron afectadas por la enfermedad de Alzheimer.

Acetil-L-carnitina es útil en otras formas de deterioro cognitivo, incluso en condiciones mal definidas como deterioro cognitivo leve. Gente suplementando con 1.5 a 2 gramos de acetil-L-carnitina diariamente aumento sus puntajes en las pruebas estándares del estado mental y la memoria. Estos efectos son especialmente impresionantes entre los muy ancianos, incluyendo al menos un estudio de personas con más de 100 años de edad.

Beneficios de Carnitina en la Composición Corporal

La influencia de la carnitina en la función mitocondrial puede mejorar los cambios en la composición corporal inducidos por la edad. Cuando a los animales de laboratorio se les dio carnitina, experimentaron reducciones en su grasa abdominal, un aumento en su fuerza muscular y menores concentraciones de leptina, una citoquina que activa la inflamación.

Los beneficios de los suplementos van mucho más allá que la memoria. Como era de esperarse para un compuesto que aumenta la función mitocondrial, mejores niveles de energía y reducción de la fatiga física y mental son comúnmente reportados en los estudios de suplementación con carnitina (con L-carnitina y acetil-L-carnitina). Y unos pocos estudios han encontrado mejoras en la depresión al suplementarse carnitina.

Por último, como consecuencia de la epidemia de obesidad (y con enfermedades del hígado y la cirrosis en aumento), los investigadores están mostrando un creciente interés en usar la carnitina para optimizar la función mitocondrial de hígado y prevenir o mitigar los efectos de la insuficiencia hepática. Varios estudios han demostrado mejoras clínicas y bioquímicas en pacientes con encefalopatía hepática, una enfermedad en la que el aumento de los niveles de amoníaco en la sangre dañan las funciones cognitivas y motoras.