Sábado, 13-02-10 No es ninguna novedad afirmar que el ejercicio físico favorece la prevención de todo tipo de enfermedades ni que su práctic...
Sábado, 13-02-10
No es ninguna novedad afirmar que el ejercicio físico favorece la prevención de todo tipo de enfermedades ni que su práctica, junto con una dieta equilibrada, es símbolo de vida saludable. Lo que es nuevo es que algunas disciplinas son mejores para prevenir o superar los distintos tipos de cáncer. Así quedó de manifiesto en la jornada de puertas abiertas que organizaron el pasado sábado Reebok, el Instituto Madrileño de Oncología (IMO) y la revista de fitness Body LIFE, para buscar fórmulas que mejoren la calidad de vida de los pacientes oncológicos. Y estas son algunas de las conclusiones:
PARA BUSCAR EL EQUILIBRIO: YOGA Y PILATES
Después de llevar a cabo numerosos estudios se ha comprobado que practicar deportes relajados ayudan tanto a la prevención de la enfermedad como a hacerla más llevadera y a mantener el bienestar físico una vez superada. «El yoga o el pilates son disciplinas que ayudan a aprender a respirar y a relajarse para evitar el estrés que genera la enfermedad, la incertidumbre ante la espera de resultados o los cambios personales que provocan la enfermedad», explican los monitores de Reebok. «El “yoga reparador” es lo que hemos diseñado para estos pacientes porque mejora el estado de ánimo, la calidad de vida y otros síntomas relacionados con la enfermedad como por ejemplo la fatiga. También, mientras los enfermos siguen el tratamiento oncológico, mejora la capacidad física a través de movimientos de columna vertebral mucho más suaves y dulces que en el yoga normal», añaden.
PILATES PARA EL CÁNCER DE MAMA
En las mujeres que sufren este tipo de cáncer es recomendable la práctica de pilates porque mejora la flexibilidad y la elasticidad de los tejidos y evita que las pacientes desarrollen enfermedades como la osteoporosis. «Los ejercicios ayudan a mejorar el tono muscular que resulta dañado con algunos de los tratamientos agresivos a los que se ven sometidos las pacientes», explica Marcos Florez, director de estarenforma.com. «Los ejercicios de resistencia muscular favorecen la densidad ósea y se han mostrado fundamentales en la mejora de la calidad de vida de pacientes y personas con movilidad limitada».
A la hora de practicar esta disciplina pueden servir de ayuda algunos complementos como el gym ball, los balones medicinales, las bandas elásticas o las mancuernas», aconsejan los monitores de Reebok.
AEROBIC SUAVE EN EL CÁNCER DE PRÓSTATA
En casos de cáncer masculino como este, los expertos recomiendan ejercicios aeróbicos de baja intensidad que ayuden a paliar los efectos colaterales como el exceso de peso o incluso el bajo estado de ánimo. «Mantienen a raya el porcentaje de grasa y pueden vencer la depresión por la sensación de bienestar y placer que proporcionan», indica Flórez. Las máquinas elípticas son perfectas para estos casos ya que permiten, mediante el suave movimiento de brazos y piernas, ejercitar todo el cuerpo sin demasiado esfuerzo. «Simulan un paso muy parecido a la carrera y con una intensidad mínima más que aceptable», concluye este entrenador.
CON PROBLEMAS DE MOVILIDAD
Caminar es una opción muy buena para practicar ejercicio al aire libre y disfrutar de la luz del día. Pero aquellos que no puedan salir a la calle pueden practicar ese deporte en casa con una cinta de correr. «Un estudio llevado a cabo por la Sociedad Española de Oncología Médica demostró que pacientes que no podían andar más de tres minutos antes de empezar a realizar ejercicio llegaron a hacerlo durante media hora después de seis semanas de práctica», añade.
Andar por una piscina es muy buena opción para personas con problemas máximos de movilidad ya que en el agua pesamos menos que fuera de ella.
EN NIÑOS
«Los ejercicios de fuerza se han revelado de gran ayuda en la parálisis cerebral y en algunos enfermos infantiles de cáncer», detalla Marcos Flórez. Lo demuestra el Hospital infantil del Niño Jesús de Madrid, pionero en realizar una terapia de ejercicio físico con máquinas de musculación, adaptadas para niños. Se les ofrece esta posibilidad mientras los pequeños pacientes están internados por el tratamiento oncológico.
Fuente: ABC.es
No es ninguna novedad afirmar que el ejercicio físico favorece la prevención de todo tipo de enfermedades ni que su práctica, junto con una dieta equilibrada, es símbolo de vida saludable. Lo que es nuevo es que algunas disciplinas son mejores para prevenir o superar los distintos tipos de cáncer. Así quedó de manifiesto en la jornada de puertas abiertas que organizaron el pasado sábado Reebok, el Instituto Madrileño de Oncología (IMO) y la revista de fitness Body LIFE, para buscar fórmulas que mejoren la calidad de vida de los pacientes oncológicos. Y estas son algunas de las conclusiones:
PARA BUSCAR EL EQUILIBRIO: YOGA Y PILATES
Después de llevar a cabo numerosos estudios se ha comprobado que practicar deportes relajados ayudan tanto a la prevención de la enfermedad como a hacerla más llevadera y a mantener el bienestar físico una vez superada. «El yoga o el pilates son disciplinas que ayudan a aprender a respirar y a relajarse para evitar el estrés que genera la enfermedad, la incertidumbre ante la espera de resultados o los cambios personales que provocan la enfermedad», explican los monitores de Reebok. «El “yoga reparador” es lo que hemos diseñado para estos pacientes porque mejora el estado de ánimo, la calidad de vida y otros síntomas relacionados con la enfermedad como por ejemplo la fatiga. También, mientras los enfermos siguen el tratamiento oncológico, mejora la capacidad física a través de movimientos de columna vertebral mucho más suaves y dulces que en el yoga normal», añaden.
PILATES PARA EL CÁNCER DE MAMA
En las mujeres que sufren este tipo de cáncer es recomendable la práctica de pilates porque mejora la flexibilidad y la elasticidad de los tejidos y evita que las pacientes desarrollen enfermedades como la osteoporosis. «Los ejercicios ayudan a mejorar el tono muscular que resulta dañado con algunos de los tratamientos agresivos a los que se ven sometidos las pacientes», explica Marcos Florez, director de estarenforma.com. «Los ejercicios de resistencia muscular favorecen la densidad ósea y se han mostrado fundamentales en la mejora de la calidad de vida de pacientes y personas con movilidad limitada».
A la hora de practicar esta disciplina pueden servir de ayuda algunos complementos como el gym ball, los balones medicinales, las bandas elásticas o las mancuernas», aconsejan los monitores de Reebok.
AEROBIC SUAVE EN EL CÁNCER DE PRÓSTATA
En casos de cáncer masculino como este, los expertos recomiendan ejercicios aeróbicos de baja intensidad que ayuden a paliar los efectos colaterales como el exceso de peso o incluso el bajo estado de ánimo. «Mantienen a raya el porcentaje de grasa y pueden vencer la depresión por la sensación de bienestar y placer que proporcionan», indica Flórez. Las máquinas elípticas son perfectas para estos casos ya que permiten, mediante el suave movimiento de brazos y piernas, ejercitar todo el cuerpo sin demasiado esfuerzo. «Simulan un paso muy parecido a la carrera y con una intensidad mínima más que aceptable», concluye este entrenador.
CON PROBLEMAS DE MOVILIDAD
Caminar es una opción muy buena para practicar ejercicio al aire libre y disfrutar de la luz del día. Pero aquellos que no puedan salir a la calle pueden practicar ese deporte en casa con una cinta de correr. «Un estudio llevado a cabo por la Sociedad Española de Oncología Médica demostró que pacientes que no podían andar más de tres minutos antes de empezar a realizar ejercicio llegaron a hacerlo durante media hora después de seis semanas de práctica», añade.
Andar por una piscina es muy buena opción para personas con problemas máximos de movilidad ya que en el agua pesamos menos que fuera de ella.
EN NIÑOS
«Los ejercicios de fuerza se han revelado de gran ayuda en la parálisis cerebral y en algunos enfermos infantiles de cáncer», detalla Marcos Flórez. Lo demuestra el Hospital infantil del Niño Jesús de Madrid, pionero en realizar una terapia de ejercicio físico con máquinas de musculación, adaptadas para niños. Se les ofrece esta posibilidad mientras los pequeños pacientes están internados por el tratamiento oncológico.
Fuente: ABC.es
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