Las impresionantes credenciales del dr. Burton Berkson probablemente harán pensar que cualquier estudio que el realizó sería publicado fác...
Las impresionantes credenciales del dr. Burton Berkson probablemente harán pensar que cualquier estudio que el realizó sería publicado fácilmente – especialmente uno que ha demostrado el notable éxito para tratar la hepatitis C crónica.
Tal no fue el caso con el estudio clínico de Berkson en los Estados Unidos, a pesar de sus credenciales. En cambio, el estudio terminó siendo publicado en la revista médica alemana Medizinishche Klinik.
Una muestra de las credenciales del Dr. Berkson:
- Profesor Asistente de la Universidad Rutgers
- Profesor Asociado de la Universidad Estatal de Chicago
- Profesor Visitante, Instituto Max Planck
- Consultor de envenenamiento con hongos, Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades
- Consultor de Toxicología, Centro de Control de Envenenamientos en Nuevo México
- Investigador Principal, FDA, IV( Ácido alfa-lipoico )
- Miembro, Medicos de Nuevo Mexico/ Panel Legal
- Médico adjunto, White Sands Missile Range
- Miembro, Comité de Medicina Alternativa en el Paso
- Presidente del Centro Médico Integral de Nuevo Mexico
Por qué el estudio no se publicó en los EE.UU.
Los dos últimos elementos de las credenciales pueden dar una pista de por qué el estudio de Berkson nunca fue publicado en Estados Unidos. El culpable real fue probablemente el hecho que en el estudio se utilizó una terapia barata no patentable de suplementos dietéticos comunes y una dieta saludable con cambios en el estilo de vida que tenían un costo de menos de $ 2,000 al año. Este bajo costo podría ser una amenaza para las ganancias en medicina de la hepatitis C.
Se estima que unos 3.2 millones de personas en los Estados Unidos tienen hepatitis C crónica, una enfermedad contagiosa del hígado que resulta por la infección con el virus de la hepatitis C. 17,000 personas se infectan con el virus cada año y el 85 por ciento llegan a desarrollar hepatitis crónica. La medicina convencional ofrece esencialmente dos opciones de tratamiento: tratamientos antivirales (como el interferón) o trasplantes de hígado.
Los costos del tratamiento antiviral van bien arriba de decenas de miles de dólares por año. Los tratamientos son exitosos no más del 30 por ciento del tiempo y los efectos secundarios pueden ser terribles, sobre todo con el interferón.
La cirugía de trasplante de hígado cuesta $300,000 o más durante los primeros tres meses solamente – además de los costos continuos de miles de dólares para los medicamentos contra el rechazo y visitas a las instalaciones de salud. También puede ser doloroso y debilitante. La tasa de supervivencia a 15 años es de aproximadamente 58 por ciento.
El estudio clínico de Berkson
En el estudio clínico de Berkson, tres pacientes fueron seleccionados al azar de un grupo de pacientes con infecciones crónicas en el Centro Médico Integral de Nuevo México en Las Cruces. Cada paciente recibió dosis diarias de los antioxidantes ácido alfa lipoico, cardo mariano (silimarina) y selenio (selenometiomina).
Los pacientes también tomaron vitaminas B, C, y E con un suplemento mineral cada día. Se les pidió comer una dieta que incluía al menos seis porciones de verduras y frutas frescas, cuatro onzas o menos de carne por comida, y ocho vasos de agua. También se sugirió reducir el estrés y hacer ejercicio, incluyendo al menos una caminata de una milla tres veces a la semana.
Los pacientes
Uno de las pacientes había sido tratada con esteroides y el interferón sin éxito. Una masa en su hígado se diagnosticó como cáncer y le dijeron que no había esperanza. Otra paciente de manera similar había sida tratada con interferón sin éxito. Le habían dicho que un trasplante de hígado era su única opción. La tercera paciente se encontraba al borde de tener cirugía de trasplante cuando decidió optar por un enfoque más conservador.
Los resultados
La conclusión del estudio:
“Las tres mujeres se recuperaron rápidamente y los niveles en sus pruebas de laboratorio mejoraron notablemente. Además, no tuvieron el trasplante hepático y están de vuelta en trabajando, llevan a cabo sus actividades normales y se sienten saludables.”
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